-Mamá, ¿a quienes habéis invitado a la fiesta? -pregunto Nadja sin dejar de estar en su mundo pensando que podría darles su nueva decisión a ambos hermanos, aunque uno de ellos ya lo supiera.
-Vamos a invitar a tus amigos de la aristocracia y a los de la compañía Dandelión-dijo con una dulce sonrisa y un fruncido entre ceño por parte de su abuelo dándole a tender que él no estaba de acuerdo con la segunda parte de los invitados- ¿por qué tesoro?
- ¿Les puedo dar las invitaciones en mano? -pregunto con una inocente sonrisa a su madre, ya que sabía que si se lo preguntaba a su abuelo este se lo negaría.
-Claro tesoro, pero ¿ocurre algo? -pregunto interesándose por lo que podría estar pasando por la cabeza de su hija.
-Solo quiero ver a los chicos, ver cómo has estado y disculparme por haberme ido sin apenas despedirme hace 5 años-dijo con una tímida sonrisa recibiendo otra por parte de su madre y un suspiro por parte de su abuelo-Además creo que con lo que hare en el baile te daré una alegría abuelo-dijo con una sonrisa radiante pero traviesa planeando lo que iba hacer, haciendo que su abuelo temiera lo peor.
Colette pidió a uno de los mayordomos que trajeran las invitaciones de todos los amigos de su hija, la cual se fue corriendo a su cuarto a escribir la carta de los chicos que más lejos estaban aún que estuvieran cerca, puesto que cada uno tenía su propia agenda con eventos que tenías que hacer en Paris.
Las únicas cartas con las que no mando algún detalle fueron los de la compañía Dandelión y la de los gemelos Harcourt, las cuales había decidido dar en mano. Rápidamente bajo hasta encontrar a un mayordomo para darles las cartas pidiéndole que mandara las cartas inmediatamente.
Se fue corriendo a darse una ducha, la cual misteriosamente ya estaba lista, se le paso por la cabeza que fuera cosa de su abuelo o de su madre así que no le dio mucha importancia, lo que no sabía es que en ese momento ambos hermanos habían ido a la mansión acompañando a su padre el cual si había recibido la invitación por parte del abuelo sin consentimiento de su hija o nieta.
-Señor Harcourt, que placer tenerles aquí-dijo Colette haciendo buena gala de sus años de práctica en la aristocracia, mirando a la chica que iba entre los hermanos intentando averiguar de quien se trataba.
-Colette, querida, tan fantástica como siempre-dijo el señor besando la mano con delicadeza- espero que no te importe que nos hayamos presentado unos de los primeros, pero acababa de llegar ayer cuando recibí la invitación a la fiesta-dijo explicando el porqué de su visita en compañía de sus hijos.
-¿Perdone?-dijo Colette sorprendida por la información recibida-Tenía entendido de que mi querida Nadja iría en persona a llevarles la invitación, es más no hace ni una hora que se metió en su cuarto para poder escribir sus disculpas a sus amigos que están mas lejos por haberse ido de aquella manera hace 5 años y por pedirles que asistieran en la fiesta para poder ponerse al día con cada uno de ellos-dijo explicándoles a los invitados el porqué de su asombro, haciendo que ambos hermanos se mirasen sorprendidos.
-Eso lo puedo explicar yo querida- dijo su padre apareciendo al pie de la escalera- te recuerdo que llevamos preparando esta fiesta casi un mes para poder ver que invitados podían asistir o no a la fiesta y ya que los Harcourt tienen una muy buena amistad con nuestra pequeña Nadja fue una de las primeras que mande, ya que había recibido la noticia de que el señor Harcourt estaba en Alemania por asuntos de negocios y sabía que sino asistirían se pondría triste-dijo explicando su decisión mientras bajaba las escaleras y se reunía con ellos.- de todas formas tienen sus aposentos listos, solo una pequeña pregunta si no es muy indiscreta, ¿la prometida de su hijo dormirá con él o en habitaciones separadas?-dijo como si hablara del tiempo haciendo que los dos jóvenes se sonrojaran, haciendo ver a Colette de quien era la prometida.
-Habitaciones separadas pero contiguas, por lo que pueda suceder-dijo el señor Harcourt sin mirar a sus hijos.
Dicho esto, todos fueron a las habitaciones guiados por un mayordomo. Keith se metió en su cuarto dándole una señal a su hermano para que fueran a hablar. Francis le pidió a su prometida que fuera deshaciendo el equipaje que él iría a hablar con su hermano.
-Muy bien, ¿ qué es eso de Nadja que me dijiste antes de que apareciera padre y mi prometida?-dijo interesado apoyándose en el escritorio cuando cerró la puerta viendo a su hermano revolviéndose el pelo sentado en el filo de la cama mirando el suelo nervioso.
-Pues ayer con los nervios y la ira que sabes que me dio por esa respuesta por parte de ella después de estos 5 años de calvario por intentar olvidarme de ella con la bebida-dijo recibiendo un asentimiento de cabeza por parte de su hermano como diciéndole que siguiera porque esa parte la conocía bien y quería que fuera al grano-Fui a buscarla y la bese-dijo así tal cual aún que seguía revolviéndose el pelo.
- ¿Qué tú qué? - preguntó sorprendido, haciendo que como toda respuesta Keith diera un puñetazo al baúl que tenía a los pies de la cama- Es que me hubiera esperado que hubieras vuelto a beber y que te hubieras acostado con otra chica o que te hubieras metido en una pelea, no que hubieras ido para besar a Nadja-dijo explicándose mirando a su hermano que al estar tan alterado comprendido que había pasado más que un simple beso- Keith no le habrás...-
-NO! -dijo en un grito mirando a su hermano sorprendido, pero cuando se calmó miro para otro lado-pero casi...
-CASI! -dijo Francis acercándose a su hermano amenazadoramente como a punto de darle una paliza sino le contaba.
-Si casi, fui a buscarla llegamos a los campos Elíseos y le empecé a decir cómo me sentía por lo que nos había dicho ayer, ella seguía igual diciendo que era lo mejor para los tres, le vi algo de duda en su mirada, pero es su decisión y sabes que por parte de los dos respetamos sus decisiones,-dijo reviviendo un asentimiento de Francis el cual seguía muy cerca suyo apretando los puños- así que le pedí un beso de despedida, si ella quería que me fuera lo haría, pero cuando la bese, dios no pude resistirme, y la atraje a mí y ella igual y cuando puse la mano en su muslo y ella sus piernas en mis caderas, fue como si los dos despertáramos y nos diéramos cuenta de lo que estábamos haciendo y nos separamos, por eso digo casi-dijo Keith un tanto nervioso y avergonzado por haberle tenido que explicar a su hermano lo que había pasado entre ellos.
Francis se quedó mirando a su hermano, seriamente después suspiro y le miro con una sonrisa divertida – va a ser muy divertido verte esta semana conviviendo con ella, además ella todavía no sabe que estamos aquí por la sorpresa con la que nos recibió Colette-dijo dándole palmadas en la espalda a su hermano como de ánimo.
-Lo sé-dijo Keith suspirando algo nervioso - ¿crees que sea malo si voy a su cuarto y le digo porque estamos aquí?
-Creo que será mejor si se lo dices no vallamos a causar un espectáculo en la cena-dijo divertido Francis.