Deseo

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Deseo con mis manos dibujar cada milímetro de tu piel. Deseo acariciar toda la extensión que posee tu hermosa figura. Sentir toda tu estampa, escuchar con oídos finos el sonido de tu corazón, sus incesantes latidos.

Peinar tu sedoso cabello, no precisamente con objetos, sino con mis manos en unos sútiles pero premeditados movimientos. Deseo ver tus ojos, esos que se hacen llamar a sí mismos los espejos del alma, observarlos muy detenidamente, poder llegar a sentir todo lo que transmiten, tus miedos, tus gustos, sonrisas, lágrimas.

Es mi anhelo grabarme en la psiquis la imagen incluso de tus cejas pobladas, tu nariz, tus sonrojadas mejillas, incluso tu mentón, atreverme a indagar profundamente en tu rostro. Aprender de él cada detalle, para cuando la luz no se encuentre conmigo, poder pensarlo en la oscuridad de mi mente.
Guardarme cada fragmente del mar de sensaciones que nacen de tu alma, cada sutil gesto, cada brillante sonrisa, el placentero sonido de tu risa, más sin embrago el doloroso sollozo de tus llantos.
Deseo tocar tus labios, esos tan carnosos y delicados, culpables de que pierda la cordura con tan solo observarlos. Sentirlos, recorrerlos con los míos, pero sin embargo, no en besos apasionados y desesperados, sino en una fusión cargada de amor y sentimiento, con la suavidad y lentitud que la misma nos ofrece, así, transmitirte todos esos deseos. Todos los anhelos que me corresponden, que me roban el sueño cada noche, convirtiéndome en insomnio, en pensamientos vanos, que por desgracia o salvación, llevan grabados tu nombre.

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