Un... ¿Accidente? [CAMUS X MILO]

Parte 6. Un Final Feliz.

Un dolor en mi espalda me hizo jadear para abrir mis ojos de golpe, por un momento me encontré desubicado pero identifique al lugar como la cámara de recuperación que tenía lugar en un espacio general ¿Cómo demonios pare en este lugar?

— ¿Milo? ¡¿Milo de verdad estás despierto?!- una voz lejana retumbo en la gran habitación.

— ¿Quieres callarte Aioria? ¿Por qué estoy aquí? – pregunte en cuanto pude levantarme un poco.

— Deja eso de lado ¿Cómo te sientes? Has estado durmiendo por al menos tres semanas.

— ¡¿Qué?! ¡¿Tres semanas?! Como...- él se acercó y se sentó en uno de los niveles para quedar junto a mi.

— Veras, al día siguiente que te fue a ver Camus te fuimos a verte los cinco para ver como estabas y si querías salir pero estabas profundamente dormido, intentamos despertarte pero estabas muy frio, pensamos lo peor al instante pero Saga dijo que seguías respirando normal. Llamamos a Atenea para que te viera pero dijo ella que tú mismo te lo habías provocado algo como una hibernación... ¿Los escorpiones invernan? –le pegue un zape que lo mando casi al borde de escenario.

— No idiota, no lo hacen – suspire y espere a que continuara.

— Ya pero no me maltrates, bueno siguiendo... ella intento despertarte con su cosmos pero no hubo éxito, esperamos unos días pero nada así que propusimos el enviarte aquí, Camus se ofreció a llevarte en sus FUERTES brazos y depositarte con MUCHA DELICADESHH –le di otro golpe que lo mande de bruces al filo de los niveles.

Sentí mi cara arder, ahora que me daba cuenta, tenía una máquina que media mi presión y el latir de mi corazón. No tenía nada como un tubo de alimentación o liquido ni siquiera un respirador.

— ¡MALDICION NO HAGAS ESO!

— ¡DEJA DE DECIR TONTERIAS Y DIME!

— Le hubieran puesto una inyección en el culo para que aprenda – el llego murmurando algo que no alcance a escuchar, se sentó a un metro de mi — bueno, Camus te dejo aquí y desde entonces te vienen a visitar cuando está libre o antes del anochecer, Atenea también te vienen a ver de vez en cuando ya que los chicos ya dieron a l...- De inmediato se silenció pero entendí.

Entonces Saga y DM ya habían dado a luz a sus hijos... una ligera sonrisa se coló en mi boca, bien por ellos, deberían de ser hermosos esos niños. Aioria parece que había recordado algo por lo que dijo que tenía que ir de inmediato. Se levantó como resorte y salió por la puerta, yo me recosté, sentí mi cuerpo adormilado y otro ligero dolor se coló en mi espalda ¿será por estar mucho tiempo acostado?

Di un suspiro y me volví a dormir, pero no paso mucho cuando unos pasos delicados resonaron por el lugar, el lugar prácticamente estaba vacío por lo que pudiera ser que fuese un caballero para recuperarse, así que no le tome importancia. No hasta que sentí como se detenía a mi lado, soltó un ligero suspiro y se sentó.

— Ey, ¿Cómo estas hoy?

La voz de Camus llegó y sentí a mi corazón dar un vuelco, lo confirmo la máquina a los segundos.

— Vaya, hasta que reaccionas, me alegro... sabes... he estado algo ocupado las últimas dos semanas, pero los chicos me dan su apoyo, aun Kanon no sabe cómo mirar a su hermano sin recordar lo sucedido, Dita esta más que feliz y molesta mucho a DM como siempre ¿y tú? Ya llevas mucho tiempo dormido ¿no lo crees? – su voz se quebró y un sollozo salió de su boca - ¿no crees que ya es suficiente escarmiento por no responder la pregunta de aquel día?

Sentí como tomo mi mano y le daba un beso en mi palma, sus labios estaban calientes y mojados, abrí mis ojos y lo que vi me dejo con la boca abierta, Camus tenía el cabello recogido en una gran trenza, unos pasadores acomodaban su flequillo y su piel estaba algo pálida, había bajado un poco de peso ¿acaso eso era posible en tan poco tiempo? Tenía unas ligeras sombras bajos sus ojos cerrados y su cuerpo carecía de calor como...