El espacio idóneo para...

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—¡LUCY! —gritaba Atsushi, buscando a la chica, sin suerte, mientras las personas comenzaban a avanzar en dirección opuesta. El chico, furioso consigo mismo, avanzaba lo más rápido posible pero como cada vez más gente caminaba contra su flujo, ya que todos se dirigían a ver los fuegos artificiales que en minutos serían lanzados.

En tanto, Lucy se detenía de correr , cansada por las getas. Había dejado atrás el festival y se encontraba en lo alto de la montaña, en un sitio apenas iluminado por la luna y solitario, donde el bullicio del lugar no se escuchaba y donde estaba segura que nadie la encontraría, porque incluso, nadie notaría si ella estaba ahí o no.

—Soy una tonta. Seguramente todos se han estado burlando de mí la tarde entera y estos días... Y ese tonto de Atsushi, él... lo odio... —se decía ella, en voz alta, pegando con la palma de su mano en la baranda del lugar, mientras miraba en la parte de abajo todas las luces y puestos del festival—. Te odio...

Y secándose las lágrimas, furiosa consigo misma, cerró sus ojos, decidida a transportarse a la habitación de Anne, cuando de repente...

—¡LUCY!

—A, Atsushi... 

—Lucy, por favor, espera, escúchame —gritó él, corriendo casi sin respiración, llegando al lado derecho de la chica, quien lucía decepcionada y furiosa.

—No tengo nada que hablar contigo, ya tuve suficiente de tus burlas con tus amigos. ¿Creíste que sería buena idea traerme al festival por lástima? —reclamó ella, severa y aguantándose las lágrimas. 

—Estás equivocada, por favor, escúchame.

—Oí todo lo que le dijiste a Tanizaki, y me es suficiente. Ahora, déjame en paz —pidió la joven, dándose media vuelta, siendo detenida por la mano izquierda de Atsushi, aferrando su muñeca, sorprendiéndola.

—Solo escúchame un momento Lucy, y después, si aún no crees lo que te digo, entonces, no será hoy pero si mañana y pasado mañana que te pediré de nuevo que oigas lo que tengo que decirte, lo haré hasta que creas en mis palabras. 

El silencio se apresó del sitio un momento. Lucy soltó de un jalón su muñeca de la mano de Atsushi, y volteando a verlo nuevamente, se limitó a cuestionarle.

—¿Por qué me invitaste a salir realmente? 

—Porque, Kunikida-san dijo que, si un chico llevaba a una chica al festival, ella, le perdonaría todo lo que él le hubiera hecho... Y yo aún siento no haber ido por ti aquel día.

—Solo por eso... Entiendo —respondió la chica, decepcionada, mirando el barandal—. No tenías que hacerlo.

—Pero quería hacerlo. Y, aunque a inicio fue por eso, luego, pensé en que sería genial poder salir y conocer un sitio y un festival que, estoy seguro, jamás habías experimentado, ¿no? —dijo Atsushi, notando el decaimiento de la joven,  tratando de animarla.

—Ciertamente nunca había venido a un festival de verano... 

—Ni yo. Por eso quería compartir esta primera juntos. Aunque no lo creas, puedo entenderte más de lo que te imaginas.

—¿Lo dices por haber estado ambos en un orfanato? —cuestionó ella, aún con tristeza en la mirada.

—Lo digo porque puedo notar en tu mirada muchas cosas, aunque no lo creas.

—Ah ¿si? Pues dime ¿que notas ahora?

—Que te has divertido tanto como yo. Y que esperas ver los fuegos artificiales, ¿cierto? 

¿Esto es una cita? La salida al festival de verano... Atsushi X Lucy SERIE 1/3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora