¿Podrá la felicidad de Mihye abrir el frío corazón de Jeon Jungkook? Un chico frío y serio metido en el mundo de las drogas.
¿Podrá Jungkook dejar su adicción por las malas substancias y cambiarla por otra adicción? ¿Mihye, talvez?
×no copias ni...
Estiré mi mano y la preparé detrás de mi espalda esperando a que Jungkook hiciera lo mismo. Cuando lo hizo, lo miré con el ceño fruncido.
–la persona que gane, elige la casa a la que irán primero, ¿de acuerdo?–
Jungkook asintió levemente y yo conté hasta tres para después, los dos, sacar nuestras manos de la espalda y enseñar lo que habíamos elegido.
Jungkook piedra.
Yo papel.
Dejé escapar de mi boca un pequeño chillido cuando me dí cuenta de que había ganado el juego.
Jungkook rodó los ojos y soltó un bufido mientras se cruzaba de brazos.
–¡Primero iremos a tu casa!– dije emocionada mientras daba saltitos, miré a Jungkook el cuál tenía la mirada perdida. Toqué su hombro varias veces hasta que giró su cuello para mirarme a los ojos.
–¿qué día? y ¿A qué hora?– dijo serio, cosa que me hizo sonreír y responder.
–¿qué te parece mañana cuando salgamos del Instituto?–
–está bien. Mañana.–
Cuando me fijé en la clase me dí cuenta de que estábamos solos, era la hora del recreo pero recordé que nos habían castigado.
Me volví a sentar en la silla y estiré un poco mi brazo hasta llegar a mi mochila, la cuál estaba cerca de mis pies. Abrí el bolsillo más pequeño buscando mi almuerzo, pero recordé que al haber salido tan rápido de mí casa no me había acordado de ponerlo dentro.
Resoplé cerrando los ojos, tenía mucha hambre, pero no podía salir de la clase para ir a la cafetería.
Miré con envidia como el azabache comía unas galletas, él me miró y sonrió de lado.
Hice un puchero –Jungkookie~– dije mientras hacía aegyo.
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–No.–
–Venga~ ¡por favor!– decía acercándome a él mientras seguía haciendo aegyo.
–No.– se iba alejando de mí.
–¡tengo hambre!~– dije mientras me acercaba mucho más a él, estaba a unos metros de su cara, haciendo movimientos y caritas tiernas, aunque el no se inmutara, solo me miraba.
Una tercera voz me hizo girar el cuerpo hacia la entrada, donde ví a un Jimin un poco confundido. Cuando vió la persona que había detrás de mí su media sonrisa desapareció por completo.
–¿interrumpo algo?– su voz salió más grave y ronca de lo que normalmente era, lo cuál hizo estremecerme.
Narrador POV
El azabache sonrió de lado mirando al rubio, el cuál estaba enojado, preocupado y demasiado celoso por la imagen que había visto de Jungkook y Mihye, el no sabía que realmente no se habían tocado.
La mano de Jungkook se paseó por la pequeña cintura de la chica, ese gesto se ganó la atención de ésta y de Jimin. Este último cerró con fuerza sus puños viendo la escena. Mihye sintió algo en su vientre que la hizo suspirar.
El más alto, Jungkook, paró la mano en el vientre de la chica, haciéndole tragar saliva un poco asustada por la escena, empujó su pequeño cuerpo hacia él y dejó que Mihye cayera en su regazo, apoyándola en su pecho, sin dejar que se moviera del sitio en el que estaba.
–Ju-Jungkook...– dijo susurrando la chica confusa y un poco asustada.
–déjala.– dijo entre dientes y con odio Jimin mientras se acercaba a los otros dos. Jimin miraba a Mihye con un poco de preocupación, la cuál no se notaba ya que su cara solo mostraba enfado.
Jimin estiró la mano de Mihye con fuerza, haciendo que ésta soltara un quejido y que Jungkook la soltara divertido.
El Rubio sostuvo la cintura de la chica, haciendo que ésta se apoyara en el pecho del chico más bajo.
–no te acerques a ella, jungkook.– dijo Jimin enfadado mirando al azabache.
Jungkook sonrió de lado y se excusó levantando las manos y asintiendo.
Se levantó mirando a la chica a los ojos, luego miró a Jimin y por último salió de la clase con un aire de superioridad.
Jimin acariciaba la cabeza de Mihye con cuidado, pasaba los dedos por el suave pelo de ésta y pensaba, en silencio, en lo que acababa de pasar.
–no puedes acercarte a Jungkook, Mihye.– dijo aún con un todo enfadado en su voz, haciendo que la chica asintiera con la frente en el pecho del rubio.
La chica no se atrevió a decirle que al siguiente día tendría que ir a su casa, tenía miedo de como podía reaccionar Jimin, no quería que se enfadara con ella.
–está bien, Minnie...– se sentía mal por mentir a Jimin, pero tenía que hacerlo, no podía suspender esta asignatura.
–¿de qué conoces a Jungkook..?– preguntó Mihye curiosamente.
