Capítulo 17

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Capítulo 17

  Cierro los ojos y vuelvo a abrirlos, una densa neblina aparece en medio de mí, rodeándome, cubriéndome lentamente, evitando con ello que pueda ver más allá. Hay sombras a su alrededor que se ríen de mí, se burlan porque es lo único que puedo ver. Los recuerdos se dispersan en fragmentos que se me hace imposible unir. Pasado, presente, futuro son términos que desconozco de pronto.

    He olvidado quien soy. Mi nombre y todo aquello que me identificaría como alguien en particular.

_ Soy tu madre… Y ella es tu prometida._ me dijo mi madre cuando le indicaron que podía entrar y verme, haciéndome saber sobre mi estado de amnesia. Algo que mi madre encontró a su favor.

   Miré a ambas como si lo hiciera por primera vez, tratando de buscar un recuerdo sobre ellas que realmente no encontraba.

_ No debes presionarte…_ prosiguió mi madre con un tono aún más suave, fingiendo preocupación y un amor lleno de abnegación_ El médico ha sugerido que no lo hagas porque sería peor hasta el punto de volverse frustrante._ sonrió mientras tomaba mi mano derecha_ Lo importante es que estás vivo y sigues con nosotros. Has tenido todo este tiempo a Giselle tan preocupada por ti… Ciertamente cuando se comprometieron siempre supe que era la mujer indicada para ti. Hiciste una buena elección._ miró a Giselle a los ojos para que ella siguiera con la falsa. Era la única oportunidad que les quedaba sabiendo que posiblemente no recuperaría mis recuerdos.

_ Me alegra que estés bien…_ expresó Giselle mirándome a los ojos.

_ Perdóname si no te recuerdo. Pero si mi madre dice lo que dice, debe ser así…_ le sonreí, cayendo en aquella mentira.

    Mi madre hizo todo lo que estaba en sus manos para manipularme, aprovechándose de mi estado. Mi padre se hizo cómplice incluso de eso. Lo único que les interesaba era los intereses de la familia, aquellos que se lograrían si conseguían que me casara con Giselle Miller.

   Cierro los ojos una vez más y me encuentro en ese pasado lleno de mentiras, siendo el títere de mis padres y desconociendo aquella verdad que se me negaba. Andrea pronto se encontraba allí, en Londres, y en aquel hospital, siendo engañada también. 

_ No me digas que no estoy haciendo todo esto por el bien de mi hijo, Emma. Porque realmente lo estoy haciendo… El médico me ha pedido que no perturben a mi hijo con recuerdos que no existen, sino más bien le ayude a afrontar a su presente y a su nueva vida._ fingió preocupación y dolor. 

_ Margaret, te conozco a la perfección…

_ ¿Quieres que mande a llamar al médico y se reúna con nosotras? Mira que no me negaría ni podría objeción por eso… ¿Quieres escuchar de él todo lo que me ha informado y estoy dispuesto a hacer por mi hijo? No me quedaría más, si con ello dejas de atosigarme. Es mi hijo quien casi muere y quien hace menos de una semana ha salido de un coma profundo… Es mi hijo quien ha perdido sus recuerdos y ni me reconoce como su madre. ¿Crees que no me duele?

_ No queremos atosigarla, señora Barlow…_ interrumpió Andrea, sintiéndose culpable al creer en las palabras de mi madre_ Prometemos que no inquietaremos a su hijo. A Harry. Pero, ¿podría permitirnos al menos verlo? Prometo que no le diré quién soy realmente… Tampoco quiero que se sienta aturdido por todo esto… Simplemente le diré que soy una vieja amiga.

_ No lo sé… No lo sé…_ fingió que se quebraba en el dolor.

_ Tía, por favor, y luego nos iremos. Si quieres puedes incluso estar presente. Solo queremos ver que está bien. Así tanto Andrea como yo estaremos tranquilas.

   Mi madre hizo que pensaba y luego asentó. Nada perdía si ella estaba presente como la madre abnegada que nunca antes había sido, sin hacerles ver todas aquellas mentiras que me había hecho a mí creer, al yo despertar.

   Las vi entrar a mi habitación, haciéndoles ver que realmente no las reconocía. Pude ver el dolor en la mirada de Andrea, aunque intentaba contener aquellas lágrimas que nublaban sus ojos. 

_ Hijo, ella es tu tía Emma, estuviste viviendo un año en su casa, en Venezuela. Ella es tu prima Melissa y ella es su amiga, Andrea. Ambas estudiaron contigo…

_ Hola…_ expresó Andrea con un tono dulce, mirándome con alegría de saber que al menos estaba bien. Prefería eso que saber que había muerto en el accidente. El amor podía con todo, menos con un dolor de pérdida.

_ Hola…_la miré con extrañeza.

   En ese instante era como si la viese por primera vez, aunque a diferencia de la primera vez cuando éramos niños, en esa nueva ocasión no sentí la curiosidad de querer saber sobre ella. En parte todo se debía a aquella mentira que mi madre me había dicho sobre Giselle, y quizás una parte de mí, aquella que nacía de la honestidad y el respeto me hacía ser así.

   Ellas no estuvieron mucho tiempo, comprendieron que tenía que descansar, tantas sorpresas había recibido en ese corto tiempo que todo era nuevo para mí. Incluso la forma de como sobrellevar aquello.

_ ¿Ahora bien?_ le dijo mi madre a mi tía.

_ Está bien, te creo…

_ ¿Pretenderán seguir viniendo y viéndolo?

_ Solo hemos venido por un corto tiempo… Nos iremos pasado mañana. No ha sido un viaje de placer sino de emergencia. Y creo que le debes al menos a Andrea que lo vea por última vez antes de que regresemos…

_ Mientras que no lo perturbe, mañana puede verlo antes de que regresen._ su tono se había hecho tan frío y prepotente. Era un “es todo o es nada” que le ofrecía  de una forma tan déspota a Andrea.

_ Prometo que no perturbaré a Harry. No quiero ser la causante de su inquietud. Sólo vendré a despedirme y a desearle su pronta mejoría.

_ Y yo vendré con ella, tía.

   Mi madre alzó su quijada, las miró un instante y luego aceptó, sin hacerle saber aquel plan que ejecutaba en su cabeza.

“Él nunca será para ti… No arruinaras nuestro estatus, niñita”, pensó mientras la veía fijamente.

Te amé primeroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora