Capítulo 4.

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-Estoy enamorado Mario-Colombia lo mira fijo-De su hija y es lo que más quiero en este mundo-El viejo levanta las cejas y hace un ademán con las manos como de y dale pibe seguí-Pero tengo miedo de perderla.
-Para mí sos un buen pibe-Empieza-Creo que seria muy lindo tenerte de yerno-El joven sonríe-Aun así yo veo a Anahí como una piba complicada, difícil de conquistar.
-Es que con todos esos villeros con los que se junta
-Tranquilo yo con eso te ayudo.
-¿Cómo?-Mario lo para con la mano.
-Eso dejámelo a mí.

César, Rosario y Oaky estaban sentados en el techo del último fumándose un porro:
-Que lindo que te quedes che-Dice el primer chico mirándola sonreír a su comentario.
-No hay de que-Le guiña un ojo.
-Manga de giles me voy a bañar-Nicolas les avisa.
-Dale Oaky no hay drama- Responden ambos mirándose picaros, ven al pibe bajar del techo y perderse en la casa.
-¿Cómo te sentís César?-El sonríe porque lo llamo con su nombre.
-¿Sobre qué?-La mira entusiasmado.
-Físicamente bobo-Se ríe levemente.
-Ah-Triste-Bien che ya casi no me duele nada-Se golpea internamente ya que si está bien no va a necesitar más de Anahí, o eso cree ella.
-Me alegro-Sonríe con los dientes.
-Claro por qué soy tu paciente y hiciste bien tu trabajo-Que comentario pelotudo piensan ambos.
-Además-Se acerca un poco a él-Me importas por eso me preocupo de como estas y por eso también me alegro de que estés bien-El suelta el aire en el pecho sorprendido-Que se yo alta goma mejor no te jodo-Triste se aleja.
-Nada que ver piba-La agarra suavemente de la cara para que lo mire-Me encanta que seas así-Anahí sonríe apenas y apenada lo mira a los ojos y siente que el tiempo se para ahí mismo, sus hermosos ojos marrones la miran con brillo y el corazón le late fuerte, su respiración tranquila la pone nerviosa y sus labios entre abierto que la invitan a probarlos la cegan maravillosamente, vuelve a conectarse de nuevo con esos hermosos ojos marrones que encuentra mirando los labios de la chica, ambos iban a hacerlo, se iban a besar y sellar el principio de un magnífico amor puro. No se pensaba quedar quieta esperando un milagro, si este era el momento lo iba a aprovechar, así que poco a poco se fueron acercando hasta besarse suave y a la vez apasionadamente.
La panza les dolía por lo dura y cosquilluda que se puso, el corazón golpeaba contra el pecho fuerte, el tiempo paro de nuevo, esta vez un poco más, los amantes llenos de amor y lujuria se demostraron el amor que se tenían el uno al otro, con las caricias y besos más puro.

Los Indefendibles (El Marginal)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora