Capítulo 7

91 0 0
                                    


-¡Emma ya llegué!

-¡En la cocina amor!- escuche la voz de mi bella esposa y me dirigí a la cocina. Cuando entre la vi de espaldas mientras revolvía algo en la sartén.

-¿Que cocinas de rico mi vida?— dije mientras me acercaba a ella abrazandola de la cintura y poniendo mi cabeza en su hombro mientras aspiraba su cuello. Dios mío me encanta el olor de esta mujer.

-Solo estoy haciendo pasta con salsa de tomate, con el tema del embarazo estoy un poco cansada, ya sabes, los mismo síntomas que sentía cuando...

-Si lo se no es necesario que me lo recuerdes— la corté antes de que siguiera hablando. No me gustaba hablar de estos temas. Emma solo bajó la cabeza y siguió revolviendo la salsa, creo que mi tono de voz salió más fuerte de lo que esperaba. Solo suspire y la abraze más fuerte— Te digo algo— le susurre en el oído, ella hizo un sonido con la boca en señal de que siga hablando— Hoy Ryan fue a mi oficina y me dijo que mañana viaja a Italia, debido a eso no tiene a quién dejarle a April y bueno como es mi amigo y tu adoras a esa niña le dije que se podía quedar con nosotros esos tres días que el está fuera— Emma inmediatamente soltó el cucharón y apagó la sartén mientras se giraba a mirarme.

-¿Enserio mi vida?— Dios amo tanto ver ese brillo en sus hermosos ojos verdes. Solo me limité a asentir— ¡Esto es genial!— chilló e inmediatamente abrió sus ojos en grande— Tendré que prepararle la habitación, oh y también puedo hacer unas galletas para recibirla con galletas ya sabes que las adora, oh mejor aún puedo esperarla y cuando llegue preparar las galletas juntas o podemos hacer un pastel y...— Paró de hablar cuando escucho mi risa— ¿De qué te ríes? ¿Acaso dije algo tan gracioso?— Frunció el seño.

‐No mi amor— Dije sonriendo— Es solo que me encanta ver como te emocionas cuando April viene a nuestra casa— Ella sonrió. Amo tanto su bella sonrisa.

-Ya sabes que me encantan los niños, y más si se trata de April. Es por eso que no entiendo por qué no quieres...— Frunci el seño y hablé antes de que ella continuara.

-¿Por que no quiero un hijo?— Sin querer eleve un poco la voz. Emma solo asintió y bajo un poco la cabeza— ¡Ya te lo e dicho Emma no quiero tener hijos! ¡no estoy preparado aún para tener hijos!

-Pero Max entiende no es cosa de si estes preparado o no, tienes 27 años ya y este niño ya está en mi vientre. No lo podemos regalar como si fuera un perro.

Solté su cintura y caminé hasta el otro extremo de la cocina— No digas que lo regalaremos como a un perro Emma por que sabes que no será así. Esto es distinto ya e visto a muchas parejas que dan en adopción a su hijo y siguen con su vida completamente normal por que saben que el niño está bien. Además mi secretaria dijo que iba a hacer todo lo posible para que le busque a una buena familia.

-¿Acaso te estás escuchando Max?— Me miró con sus ojos cristalinos— "Dan en adopción a su hijo y siguen con su vida completamente normal" ¡Como puedes decir eso! ¡Es nuestro hijo! Es sangre de tu sangre, es tu futuro heredero como se te puede pasar por la cabeza regalarlo a una familia completamente desconocida.

-Rose buscará a alguien de confianza, confío en que encontrará a alguien que quiera tener un niño.

-¡Bueno quizás en ella puedes confiar pero no en las otras personas! No puedes...

-¡¡Ya basta Emma!!— grité mientra golpeaba la mesa con mis manos haciendo que Emma se sobresalte por el repentino ruido— ¡Digas lo que digas no cambiaré de opinión! ¡Ese niño que llevas ahí se irá en adopción  y punto se acabó el tema!— Me miró mientras una lágrima resbalaba por su mejilla.

-No te reconozco Max, te refieres a tu hijo como si fuera cualquier otro niño. Sinceramente no siento rabia hacia ti, si no decepción— Me miró mientra lanzaba a la mesa el paño de platos que tenía en sus manos— Si tienes hambre cena tú, la comida está lista, yo me iré a dormir— Dijo mientras salía de la cocina para luego subir las escaleras hacia nuestra habitación.

Coloque mis manos en la mesa mientras agachaba la cabeza y dejé que una lágrima se deslice libremente por mi mejilla. Esto me duele al igual que ella, tampoco me gustaría dar mi hijo en adopción. Así como tampoco podría soportar otra pérdida más.

Mi Maravilloso ErrorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora