5. Feliz vida

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—¿Estás bien con esto? —preguntó Hatori al señor Sohma—, sabes que podría terminar con ella odiándolo, ¿o no?

—Lo sé —respondió el hombre con calma—, pero no será su madre quien le odie, será solo una desconocida.

—Y pensar que Momiji se aferraba con todo al recuerdo de ella, aunque era tan doloroso —dijo Shigure que atestiguaba una charla que cambiaría la vida de muchos.

—Creo que se aferraba a ese doloroso recuerdo porque era mucho más doloroso no tener una madre —dijo el padre del chico rubio—, ahora que él tiene una madre no necesita seguir colgado del dolor.

—Momiji lo había entendido mal —dijo Hatori—, no borro los recuerdos, lo que borro es el dolor para poder continuar.

—Pero él es demasiado fuerte, cargaba todo ese peso porque lo necesitaba —dijo el mayor de todos sonriendo por lo placentero de la situación actual, una desencadenada por la petición de su propio hijo—, ahora esa carga estorba su felicidad, quitémosla de encima de él.

Hatori asintió mientras Shigure sonreía, él solo quería la felicidad de todos, apoyaría a cualquiera que pudiera hacerla realidad.


* *


—¿Estás bien con esto? —preguntó Hatori a una mujer castaña sentada frente a él—, no habrá vuelta a atrás una vez que altere tu memoria.

—Estoy bien —aseguró Leyna mirando al adolescente rubio que descansaba en una camilla luego de que Hatori hubiese cumplido su egoísta petición—, si es lo que hace falta para que él sea feliz, yo aceptaré lo que sea.

—¿Incluso ser la otra? —cuestionó el médico y la mujer sonrió divertidísima.

—La otra será ella —soltó con sorna—, Momiji es el mayor, así que fui primero.

Hatori suspiró moviendo la cabeza en negativas, estaba a punto de destruir la reputación de dos personas que lo único que querían era proteger a ese chico que ambos amaban.

—¿Segura que no quieres recordar a tu hija? —preguntó el médico y la mujer negó con la cabeza sin ser capaz de ocultar sus lágrimas.

—La amé demasiado mientras vivió, eso es suficiente para ambas —aseguró Leyna—, pero necesito seguir y el dolor no me deja. Creo que está bien ser libre, de esa manera podré amar mucho más a Momiji, sin culpas ni sombras. Los vivos lo merecemos.

Hatori asintió y, poniendo su mano sobre los ojos cerrados de la chica, hizo lo que debía hacer, borrar el dolor del corazón de esa mujer, llevándose en el camino algunos recuerdos.


* *


—¡Älterer bruder! (Hermano mayor) —gritó la rubia corriendo hacia Momiji que la recibió con los brazos abiertos—, ya quería que fuera viernes para poder pasar el fin de semana contigo y papá.

—Solo que papá estará libre hasta la noche —recordó Momiji tomando la mano de su hermana y caminando hasta la mujer rubia que les miraba a ambos—, ¿está bien que me la lleve a casa un rato?

La rubia le miró con seriedad y, sin decirle nada, asintió y se inclinó a su pequeña hija.

—No causes problemas, y cualquier cosa que pase pídele a tu hermano que marque a tu padre o a mí, ¿de acuerdo?

—Yep (Síp) —respondió la chiquilla sin soltar la mano de ese que adoraba aunque su madre no lo quisiera mucho.

—No se preocupe por nada —dijo el chico—, mamá estará con nosotros, así que todo estará bien.

La mujer sintió la rabia consumirle. Podía aceptar sin problemas que su hija conviviera con el hijo de la primera mujer de su marido, pero que fuera ella quien pasara tiempo con su pequeña le hacía hervir el hígado en rabia, sobre todo por el agrado que la pequeña rubia mostraba a esa que no era santo de su devoción.

—Lo siento —dijo una castaña que andaba a paso veloz hasta donde tres rubios estaban—, me quedé dormida.

—Mutti (Mamá) —se quejó el rubio sin dejar de sonreír—, tenemos esperando casi media hora.

—¿En serio? —preguntó la castaña mirando su reloj—, ¿no habíamos quedado a las dos?, son las dos diez recién.

Momiji sonrió mientras Leyna le miraba con los ojos entrecerrados.

—Me avergüenza ser tu pariente —se quejó la actual señora Sohma.

—A mí también —dijo la que jamás había llevado ese título, a pesar de que el mundo entero creyera que sí.

La historia en sus cabezas era un poco compleja y mucho de fantasiosa, pero todos debieron creer que Leyna había concebido a Momiji en un fugaz amor de verano, años después el padre de Momiji se enamoraría de su actual esposa sin saber que era pariente de la madre de su hijo, una con la cual no vivía porque su amor había sido una ilusión que vivió poco, pero que había dejado una bella vida que compartirían y amarían ambos para siempre.

—Vamos, preparé algo rico de comer. El presidente se desocupará temprano y pasará por ustedes a mi casa alrededor de las cuatro, necesitas tu maleta Momiji.

—Danke mutti (Gracias mamá)—dijo el rubio y, después de que la castaña dijera de nada, todos se despidieron de esa mujer que necesitaba asistir a una cita en diez minutos, razón por la que había dejado que su no tan querida prima se llevara a su bebé.

—Es curioso que siendo primas no se parezcan —dijo Momiji mirando a su madre y a la madre de su hermana.

—No es tan curioso, yo no recuerdo un solo primo tuyo al que te parezcas —dijo Leyna andando a su carro, siendo acompañada por su hijo y la hermana de este. Momiji asintió recordando a todos los Sohma, ninguno parecido a ninguno—, aunque si me molesta un poco que te parezcas más a ella que a mí, solo por eso de pronto desearía solo un poco haberme parecido a la bruja de la abuela, ella debe ser su reencarnación.

—Sí, también hubiera preferido parecerme a ti que a tu abuela —soltó el rubio sonriendo y miró a su hermanita—, pero me encanta que Momo y yo nos parezcamos gracias a eso.

—A mí me encanta que seas tan lindo como Momo —dijo Leyna sonriendo, acariciando la cabeza de su falsa sobrina y conteniéndose de abrazar a ese que adoraba con todo su ser para no causar una conmoción por un poof  y una transformación.

—Mutti, bitte (Mamá, por favor)—pidió avergonzado el chico, pero feliz de que su madre le llamara de esa forma y le amara incluso con la mirada y su bella sonrisa.


—FIN—



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Corta pero sustanciosa xD

Deseo les haya encantado la historia, yo la amo porque me deja un súper buen sabor de boca luego de que el anime me hiciera llorar hasta rabiar. En serio odio a la mamá de Momiji, no se merece esa cosita hermosa que la vida le regaló y ella lastimó. 

En fin... Gracias por pasar a leer. En serio deseo les gustara. Besitos hermosuras!

UNA MAMÁ PARA MOMIJIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora