Prejuicio (Tododeku)

Para

Había caminado hasta su casa, necesitaba tiempo para pensar. No sabía si su padre estaría ese día, pero si era así necesitaba darse ánimos antes.

Sólo con pensar en los suaves labios de su novio le volvían las fuerzas, quería estar con él.

¿Se sentía mal por preferir a Izuku que a su padre? En lo absoluto, el pecoso le había dado todo el amor y ternura que le había hecho tanta falta hasta el momento.

Mientras caminaba sentía que todo parecía más lleno de vida, el aire era fresco, las hojas más verdes, las risas de niños jugando daban un aire de alegría a todo.

El auto de su padre esperaba fuera de la casa. Eso era extraño, pero era probable que por una vez Enji llegara temprano a casa. Agarró su maleta con fuerza, estaba nervioso.

Cuando estaba próximo a su vehículo la puerta del mismo se abrió, mostrando a su padre dentro del mismo. La expresión del hombre era indescifrable, pero sus puños apretaban con fuerza su teléfono celular.

- Te he estado llamando Shoto.- Su voz carecía de expresión, y era por eso que el miedo comenzó a crecer en el pecho del bicromático.

- Tenía el teléfono en silencio.- Respondió con indiferencia, no debía mostrar inseguridad.

- Me pregunto por qué... Ah, tal vez para hablar con tu noviecito.- Su mirada se clavó en los ojos de su padre, era el momento de hablar. - Bonitas fotos, en serio. No me esperaba recibirlas hoy por correo.-

- Si, de hecho fue eso. ¿Me mandas las fotos? Es para enmarcarlas.- Su tono sarcástico era el mecanismo que utilizaba para esconder el temblor de su voz.

-¡No más Shoto! Te lo advierto, no tengo paciencia para tus insolencias ahora.- El volumen qué empleó Enji causó sobresalto en el joven, que luchaba por mantenerse firme.- Como te vuelva a ver con él vas a ver, he aceptado demasiadas cosas hasta ahora, pero el futuro de la familia Todoroki.- Con pasos rápidos se aproximó a su hijo, para después apretar con fuerza sus brazos.

- Tal vez debiste haber pensado un poco más en eso cuando mandaste a mamá al hospital ¿No crees, padre?- Su tono se había llenado de rabia, detestaba que hablara de la familia, que se sintiera en el derecho de interponerse en su relación.

- Eres un insolente ¡Ven!- Jaló el brazo de su hijo en dirección al auto.

- ¡¿Qué te pasa?! ¡No me toques!- Trató de zafarse del agarre del mayor, aunque fue en vano.- ¿A dónde me llevas?- Estaba desesperado.

- ¡No me cuestiones!- Rugió.- No te atrevas a hacerlo de nuevo, vas a dejar a ese chico y buscarás a Yaoyorozu.- Lo arrojó en el asiento del copiloto.

- ¡No! No lo haré, antes dejo el modelaje.- Había recuperado el aliento, y necesitaba hablar. - No me importa ser como All Might, no me importa la empresa. Solo Izuku vale, él me dio aquello que tú me quitaste.- Hizo un último intento por abrir la puerta, pero esta ya había sido asegurada. - Sinceridad, cariño, seguridad... -

- Deja de decir eso.- Enji pisó el acelerador a fondo, arrancando el vehículo.- Por años tu madre no ha querido volver, y siempre traté de compensarlo... ¡Pero esto es demasiado!- Ingresó en la autopista, zigzagueando de manera peligrosa entre ellos, era su forma de liberar la rabia.

- No te creo nada... ¿Crees que me sentiré mal por eso? Ridículo.- Pero la mirada de Shoto estaba fija en el camino, le aterraba la forma de conducir de su padre.

No hablaban, pero la tensión era alta. Los autos pasaban a gran velocidad a su lado - O mejor dicho ellos los pasaban- y se habían saltado varios semáforos en rojo y altos.

Shoto sentía su estómagos revuelto, tenía ganas de gritar cada vez que cruzaban una intersección, y se mantenía alerta de cualquier vehículo que viera a la distancia.

Pero eso no servía a la gran velocidad a la que iban. Era un camino relativamente vacío, pero esa camioneta también iba demasiado rápido.

- ¡Papá para!- Gritó cuando la divisó momentos antes, logrando que Enji apretara el freno, pero era demasiado tarde.

El vehículo colisionó contra el capó izquierdo, provocando que padre e hijo se movieran agresivamente en sus asientos. El vehículo se deslizó unos momentos, dejando desconcertados a ambos.

El menor de los Todoroki se sentía desconcertado, y su brazo derecho dolía , pues se había golpeado contra la puerta del coche.

Su padre era quien había recibido la mayor parte del impacto. Su sien estaba abierta con un profundo corte, y su rostro se había llenado de cortes debido al cristal roto. Su muñeca se había desplazado de manera poco natural y su pierna izquierda se había atrapado entre el asiento y la puerta.

Y mientras vio a su padre así, por primera vez en años Shoto sintió miedo de perderlo. Porque aunque le costara aceptarlo él quería a su papá, y verlo así de vulnerable lo hacía sentir mal.

El dolor se hacía mas fuerte en su brazo, pero el recuerdo de la brillante sonrisa de Izuku lo asaltó, haciendo que, por un momento, olvidara todo lo malo.

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