No es cuestión de sexo.

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Antes de empezar, este es un AU donde no existen los superhéroes y Peter tiene 23.







Ya como se les había hecho costumbre, luego de unas dos rondas de sexo duro salieron al balcón para charlar.

Tony llevó su botella de whisky y Peter llevó su cigarrillos.

Parker encendió un cigarrillo y se lo llevó a la boca, miró aquél hermoso paisaje desde la torre y expulsó el humo de su boca, luego dió un suspiro profundo de frustración.

— Te vas a matar si sigues con eso — señaló la caja de cigarros.

— Como si tuviera algo que perder. — contestó sin darle mucha importancia. — ¿Sabes? De todos mis clientes... Tú eres el mejor. Y no me refiero al sexo o al dinero.

Tony de dió un trago a su vaso.

— No capto.

Peter volteó a mirar de nuevo la ciudad desde arriba, cada que iba a casa de Tony contemplaba todo lo que nunca podría tener y lo guardaba en su mente para siempre, incluso a Tony.

— No te importa sólo coger y ya.

Stark se acercó a él, se quedó justo al lado y sin mirarlo habló.

— Me interesas, Parker, y no solo sexualmente.

El menor dejó escapar otra bocanada de humo hacia el lado contrario de Tony.

— Tú eres tan increíble, Pete... Qué no me explico como una persona tan maravillosa llegó a parar al mundo del puterío.

El chico negó.

— No siempre la vida te sonríe, Tony... — bajó la mirada — la necesidad a veces te obliga a hacer cosas que no deseas — siguió. Tony sintió todo el pesar en su voz, si bien, Peter ganaba mucho dinero semanalmente por sus servicios, no era para nada feliz — Yo tenía sueños, muchos en verdad. — continuó y sus ojos traidores empezaron a cristalizarse por las lágrimas que amenazaban — Siempre quise ir al MIT, seguir una carrera, tener un trabajo digno y vivir de lo que amo, pero no pude y ya no puedo. — bajó la cabeza tratando de ocultar su malestar — Al menos tú tienes ganas de oírme y eso es muy lindo para mí.

Tony tomó ligeramente su mentón con dos dedos y levantó su rostro.

— Parker, no es cuestión de sexo — limpió sus lágrimas con la otra mano y lo miró a los ojos — Desde que te conocí, hace casi un año ya, supe que no era tu lugar aquél burdel de mala muerte, sabía que lo hacías por necesidad — hizo una pequeña pausa — Peter, déjalo.

El menor lo miró algo confundido.

— ¿Perdón?

— Déjalo, Peter, ven conmigo. — simplemente no lo podía creer — ya te he dicho que no es cuestión de sexo, es cuestión de amor

Entonces sus lágrimas estallaron.

Desde siempre, él había soñado con ser amado y poder amar. Había tenido algunas parejas antes, pero la mayoría terminaban echándole en cara su trabajo, lastimandolo, destrozando su corazón, hasta que él había decidido ya no volver a amar.

Y así pasó el tiempo, dos años largos donde solo sentía placer sin sentimiento, o al menos hasta conocer a Tony. Él había llegado una noche al burdel de Chris, dónde trabajaba Peter, muy borracho lo compró por unas dos horas. Pero ni siquiera se atrevió a tocarlo, al contrario solo quería llorar.

Había descubierto a su mujer, en la cama con otro. Peter lo consoló aquella noche, sintió la necesidad de hacerlo.

Días después volvió, y poco a poco frecuentaba más aquél barato lugar.

Peter se había vuelto exclusivo de Tony.

Tony se había vuelto el favorito de Peter.

Sin darse cuenta, dejaban el sexo de lado muchas veces por charlar de cómo les había ido en la semana o simplemente para descargarse.

Ahí es dónde ambos se dieron cuenta de lo roto que estaba el otro y empezaron a sanarse mutuamente.

Tony sufría por los fantasmas del pasado y Peter lo cuidaba.

Peter lloraba por la desgracia del ahora y Tony lo protegía.

— Tu... ¿Tu me amas, Anthony? — preguntó con miedo a la respuesta, ya tantas veces le habían jurado amor falso que temía confiar y salir lastimado de nuevo.

— Te amo demasiado, Peter. — tomó sus mejillas entre sus manos y sonrió levemente — Déjame ayudarte, Peter. Déjame rescatarte de tu infierno.

Peter siempre había soñado con que alguien lo salvara de su calvario, y la felicidad absoluta fue que la persona que más amaba sin saber lo quiera rescatar.

— Tony, yo no sé si pueda amar de nuevo... — el miedo a fallarle a él lo atormentó momentáneamente. — No quiero herirte.

Tony sonrió y lo besó tiernamente sin permiso, revolvió un poco sus despeinados cabellos y se separó de él dándole así más confianza.

— Sé que no vas a herirme, porque sé que me amas tanto como yo a ti. — volvió a sonreír — te tengo enterrado en mi alma, Peter, y no puedo sacarte.

Parker tomó sus manos y las miró juntas, al igual que sus corazones.

— Yo dejaría todo por ti... — tomó más fuerte sus manos y lo miró a los ojos — Y lo haré.

El mayor sintió su victoria muy retificante y se permitió volver a besar al menor en los labios.

Peter esta vez no se quedó atrás, pasó sus brazos por detrás del cuello de Tony, y este bajó las manos a sus caderas. Sintiendo electricidad mútua el menor dejó pasar a la lengua de Tony, mezclando los sabores a wisky y cigarrillo en sus bocas. Permitió que llevará el control de aquél pasionario beso, lleno de romanticismo y lo haga sentir nuevamente lo que era el amor correspondido sin dolor.

Se separaron y dejaron un leve y transparente hilo de saliva entre sus labios, los ojos de Peter brillaban fuertemente y los de Tony ni hablar.

El menor se aferró a él con un necesitado abrazo y le susurró levemente al oído.

— Gracias por ser mi ángel...

¡Estación Starker!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora