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—Es lindo ¿no? —preguntó Robin expectante a la respuesta de su amigo

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—Es lindo ¿no? —preguntó Robin expectante a la respuesta de su amigo.

—Sí... —respondió instintivamente—. ¡No! No sé de qué me hablas...

—¡Vamos Steve! Eres bastante obvio —el negó a tal acusación—. ¿Qué es lo que siempre dicen los niños que cuidas?

—Que moriré soltero...

—¡No!

—¿No?...

—"Los amigos no mienten" —le aclaró con dulzura—. ¿Somos amigos? —él asintió—. Entonces, cuéntame. ¿Tú y Danny?

—No sé... Yo... Tsk —no tenía en claro lo que sentía, sus ideas no están tan ordenadas, pero lo más difícil es aceptarlo—. Yo soy Heterosexual... —se dijo para si mismo intentando creerse.

—Tu mismo has dicho que lo que importa es la persona, sus acciones y sentimientos no el cuerpo —le recordó Robin.

—Ya sé... Ya sé... Pero ¡Agh! —Steve se encontraba cada vez más frustrado—. Si al final me equivoco... No quiero lastimar a Danny... A todos menos él.

—Si en verdad no lo quisieras no te preocuparías tanto por él —le tocó el hombro manejándolo para consolarlo—. Te propongo algo.

—¿Me ayudará? —preguntó expectante.

—Por supuesto —le guiñó y sonrió—. Bésalo —le dijo simple.

—...

—¿Ahora cuál es el problema? —rodó los ojos.

—JA JA JA Eres tan graciosa —le respondió nervioso limpiándose una lágrima falsa.

—No es broma —le dijo y Steve se quedó en shock—. Dale a little kiss mientras duerme, sólo un roce y por fin tendrás tu respuesta.

Steve se mordió el labio nervioso y fijó su mirada a dirección de Danny, el cual se encontraba muy concentrado jugando en las Máquinas.

—¡Wuuu! —gritó de felicidad el azabache al ganar y obtener el mejor puntaje.

Steve se acercó hacia él y lo abrazó por detrás, levantándolo y dando un par de vueltas.

—Felicidades —le dijo al detenerse pero ahora no podía de mirar los labios del contrario desde que Robin mencionó un posible beso—. Tan grandes...

—¿Qué? —le preguntó al no escucharlo bien por estar riéndose.

—Que grande... ¡Puntaje! —le compuso rápidamente para no ser descubierto—. Y gruesos...

—¿Qué? —repitió pero ahora sí lo escuchó perfectamente.

—¡Hueso! Te debió costar un hueso —le respondió nervioso rascándose la cabeza.

Friends don't lie - Steve HarringtonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora