Inesperado.

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            —Logan como no lo hagas...—Intentó amenazar, estaba seguro que eso era completamente lo contrario a lo que haría un buen omega, pero ahora no le importaba para nada aquello, notó la cabeza roma del pene del mayor empujar sobre su entrada y jadeó empujando su cadera hacía atrás, su entrada parecía resistirse un poco, gimoteó ante la sensación de ardor y dolor cuando su entrada virgen fue estirada hasta dar paso al glande de mayor. Todo su cuerpo se tenso, gimió mordiendo la almohada, había dolor, pero estaba mezclado con tanta necesidad que eso le hizo estremecer.

Pulgada a pulgada Logan fue penetrando al menor hasta que todo su miembro estaba dentro, se inclinó a besar su cuello, sosteniendo sus caderas y escuchando la quebrada voz de menor.

—¿Estas bien, bebé? —La masculina voz del mayor hizo estragos en Peter, sobre todo aquel cariñoso apodo que nunca antes había escuchado, incluso podía sentir lo que la gente llamaba como "mariposas en su estomago". Su entrada apretando la gran polla de su alfa le hacía solo desear para que el calor se aplacara.

—S..Sí—Su voz no debería haber salido inestable, pero no podía ni armar una respuesta coherente, empujó sus caderas hacía atrás y casi cayó su cara contra la cama ante el placer que se apoderó de su cuerpo.

—Esto te encantará, estas hecho para mí, Peter. —Gruñó posesivo el moreno, comenzando a moverse en la pequeña cavidad húmeda de su pareja, notando como afloraban de él hermosos gemidos de placer, sin restricción, empujando sus caderas para que diera justo en ese punto que le hacía curvar la espalda y apretar los puños hasta que sus coyunturas quedaran blancas de placer.

Las embestidas se volvieron salvajes, el respaldo de la amplia cama rebotaba contra la pared y el sonido de sus pieles húmedas chocando hacían una sinfonía armoniosa, al compas de sus gemidos. Logan notó como Peter bajaba su mano derecha para poder tocarse y de inmediato la detuvo, dejando por sobre su cabeza, tomando ambas manos.

—No puedo...—Gimió Peter temblando de placer, cada vez que Logan tocaba su punto dulce, estaba a punto de correrse sin lograrlo, agonizante placer.

—Tú puedes. Bebé, podrás para mí. —Gruñó en medio de una orden que hizo estremecer al omega, notando como el nudo del contrario comenzaba a hincharse dentro. Por un segundo había olvidado eso de los alfas, ellos anudaban para tomar a sus parejas y si Peter antes creía que estaba lleno, ahora sabía que estaba equivocado, el nudo pegado a su punto dulce le hizo sentir la humedad correr por sus blancos muslos y sensaciones inigualables.

—Ma-Marcame...—No sabía de donde habían salido esas palabras, pero sentía su cuerpo quemarse desde dentro y cuando los dientes se posaron en su cuello vio luces flotando tras sus ojos, gimoteó ante la necesidad y cuando por fin los colmillos de su alfa se apretaron en aquella zona todo explotó a su alrededor, el placer se intensifico hasta el nivel que no pudo respirar, no podía pensar y todo su cuerpo era un punto erógeno y húmedo, tan caliente que parecía nunca terminar.

—Mío. —Escuchó en la lejanía decir al mayor y una cálida sonrisa se formó en sus labios, sintiendo que luego de meses su vida estaba en paz, justo en el momento y lugar correcto con la persona indicada.

Peter parpadeó confundido, estirando su cuerpo, desde hace cinco días Logan había dejado su marca en su cuello y desde entonces comenzó a pensar que ser omega había sido lo mejor de la vida, su primer celo había sido un asco, seguro, pero su segundo celo, el cual compartió con su Alfa fue lo mejor de su jodida vida, si bien se había desmayado luego de tener sexo por primera vez – Algo jodidamente vergonzoso para Peter – El resto de los días habían sido maravillosos en todo su esplendor.

Cuando nuestras miradas se juntan.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora