Segundo.

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El sonido sordo de algo siendo golpeado contra la pared lo despertó.

Desde hacia ya algunos días - al igual que un pequeño caso de alergia por el verano - su joven vecino se había terminado de establecer, al parecer venia de intercambio a la institución que se encontraba cerca, sus padres viajaban mucho por lo que el solía siempre irse a vivir solo - información que había obtenido de escuchar a algunas de sus vecinas hablando -.

El chico parecía agradable, mas Park había mantenido la distancia con el, y es que cada vez que siquiera lo veía por los pasillos regresando del gimnasio o sacando la basura, el pulso de su pecho se hacia mas rápido y las palmas de las manos le sudaban como si de agua se tratase. Siendo así, que solo habían cruzado palabras y miradas aquel día que le pidió cargar el sillón.
Sin embargo, no dejaba de encontrarlo a todo lado al que fuese, algo que lo sacaba de quicio y lo ponía un poco nervioso.

Otro golpe retumbó en la pared que compartían ambos departamentos por la ubicación de los cuartos.
El cuarentón termino por despabilarse y tallandose un poco los ojos - para acostumbrarse a la oscuridad de su propia habitación -, miro el reloj que marcaba la 1:37 am.
¿Que hacia el vecino golpeando la pared a esa hora? ¿Estaria bien?

Se recostó totalmente recto mirando el techo mientras su mente se debatía si ir a ver si todo estaba bien o volver a dormir.
Sabia que no era correcto tocar la puerta de alguien a la una de la madrugada. Pero quería asegurarse de que Baekhyun estuviera a salvo.

Sus piernas tocaron el suelo frío mientras de sentaba un poco en la cama cuando escucho un ligero sonido al otro lado del muro. No sonaba como palabras, mas bien era... un gemido.

Sus ojos se abrieron grandes ante la sorpresa de lo que pudo ser confundido con otra cosa.
Para estar seguro de lo que estaba escuchando decidió acercar su oído a la pared de manera cautelosa, como si en cualquier momento alguien fuera a descubrirlo.
Como era de esperarse el sonido se repitió, ahora podía escucharlo con un poco mas de claridad y estaba seguro de que era un gemido de placer; y no cualquier persona, hubiera reconocido esa voz que le causaba escalofríos en cualquier lado, era de Baekhyun.

Joder... la palabra susurrada atravesó las paredes hasta llegar al oído del mas grande.

¿Te gusta?  Pregunto una voz mas gruesa que la anterior algo exaltada y cortante.

S-si... jumh... Respondió el primero al que Chanyeol identifico como la voz de Baekhyun.

Algo dentro de la pijama y entre las piernas de Park se movió por instinto.
Hace mucho que su miembro no se ponía erecto - como solía pasar con los hombres mayores-, así que lo tomo por sorpresa.
Mientras mas escuchaba atentamente los golpes de una piel contra la otra y los gemidos de placer - que se hacían un poco mas fuertes y mas claros - de ambos chicos en el otro cuarto, mas duro se ponía su pene hasta llegar el punto de no soportarlo mas.

Introdujo su mano dentro de sus pantalones - no sin antes escupirle a la misma - y tomo su miembro que palpitaba e irradiaba un calor único, podría decirse que prácticamente quemaba.
Sin perder mas el tiempo sus dedos se cerraron al rededor de su pene, empezó a subir y bajar a un ritmo que era todo menos lento.
Sin ningún tipo de cuidado y con los ojos apretados, sacio el deseo que lo consumía.
Termino por correrse dentro la pijama, sudando y con la respiración agitada.

Enseguida sintió asco de el mismo, le dio asco que aquel niño tuviera una vida sexual activa, asco de sentir ese deseo carnal por un chiquillo que había llegado de la nada solo para marear su mente.
Y es que el deseo que sentía por Baekhyun no era tanto del ámbito sexual, no lo quería solo para hacerlo suyo y ya; aquel muchacho se había convertido en su musa, su corazón anhelaba simplemente que se quedara cerca de el para poder siempre ver como sonreía al hablar con los amigos que solía traer a su casa, para cuidar de el como si fuera un culto, por que aquello lleno de belleza que le conmovía.

No, el no se consideraba una mala persona, jamas se abría aprovechado de Baekhyun, ni aun sin saber que tenia tan solo quince años. No sentía ansiedad por tocarle o besarle, tan solo deseaba que la belleza de su juventud lo hicieran nuevamente sentirse vivo y desear cumplir todo aquello por lo que sentía una gran nostalgia.

Acerco nuevamente su oído a la pared y escucho un silencio total; estaba tan metido en sus asuntos que dejo de poner atención a los otros dos.
Supuso que habían terminado y tal vez se habían ido a dormir.
No podía decir que el hecho de saber que Baekhyun estaba con alguien mas no lo hacia sentir dolido. Pero intento ignorar el sentimiento y volver a dormir sin importarle la suciedad en sus pantalones.

La luz del sol no tardo en despertarlo filtrándose por su ventana, nada había cambiado en su habitación, y en sus pantalones el semen se había endurecido

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La luz del sol no tardo en despertarlo filtrándose por su ventana, nada había cambiado en su habitación, y en sus pantalones el semen se había endurecido.
Después de quedarse un rato viendo al techo decidió por fin levantarse e ir a desayunar a su restaurante favorito; había una canción en la que estaba trabajando desde un tiempo atrás y aquel lugar lo ayudaba con la inspiración que solía rondar por su mente mientras recordaba la cabecita rosa de Baekhyun.

Tomo un baño y paso la navaja de afeitar por sus mejillas antes de salir de su pequeño departamento. Unos jeans, camisa negra y chaqueta lo vestían de manera informal.

Ya en el local, se ubicó en el lugar que para su opinión, era el mejor, daba a un gran ventanal que dejaba ver a aquellos que caminaban por la calle, pidió un café y saco las notas que llevaba en una pequeña carpeta para seguir intentando sacar aquellos sentimientos que inundaban su pecho evitándole casi respirar.
Las palabras fluyeron en su mente sin necesidad de buscarlas.

Cuando levanto la mirada para tomar un sorbo mas a su café, visualizo del otro lado del ventanal, cruzando la calle en un pequeño local de ropa, aquel niño que se había convertido en su obsesión, caminando junto a un señor que bien podía tener la edad de Chanyeol. Baekhyun llevaba puesta una sudadera color rosa que combinaba bien tanto con sus mejillas sonrojadas, como con su cabello - el cual comenzaba a despintarse -, su semblante se notaba angustiado y algo lleno de tristeza, ¿estaría enfermo? su piel casi tan blanca como el marfil frente a la luz del sol que arrecia con fuerza lo hacían ver cansado, el corazón del mayor se hizo pequeño, como si de esa manera pudiera guardar al pelirosa en el y protegerlo de todo aquello que pudiera causarle algún daño.

La mirada del otro vagaba por la calle sin rumbo, como un pequeño pájaro perdido intentando encontrar su nido de vuelta. Su cuerpo se balanceaba atrás y adelante como cualquier muchacho de su edad que no puede controlar sus ganas de correr y saltar por todo lado que se le presente, mas su porte indicaba que intentaba comportarse para no hacer quedar mal a su acompañante.

En cierto momento ambos ojos casi negros se cruzaron, tanto la de aquel hombre que tomando café escribía prosa en nombre de un adolescente de mejillas rojas, como la de un chico de cabello rosa juguetón y lleno de vida, con la mirada de un ángel.
Chanyeol se quedo muy quito en su contemplación, sin poder apartar la mirada de aquel muchacho que hacia saltar a su corazón.
El chico le sonrió, si, si, le sonrió a el, sabiendo que se podría malinterpretar; sus mejillas se habían levantado dejando ver unos dientes grandes y blancos como un huevo, sus ojos se habían hecho mas pequeños y se convirtieron en pequeñas estrellas tintineantes.

Sin perder momento, Park bajo la vista de nuevo hacia su late, lleno de pena y remordimiento por lo que había hecho la noche anterior. Aquel ángel tan puro jamas hubiera podido mancharse de sucios pensamientos. Su piel - que se veía tan suave como la seda - no podría haberse llenado de pecado mas que una vez.

La suavidad de su sonrisa hizo que aquel hombre mayor, de casi cincuenta años sonriera de nuevo por las mariposas que revoloteaban en su estomago como un muchacho enamorado.

Sonata de lo Sublime - ChanBaekDonde viven las historias. Descúbrelo ahora