e p í l o g o

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𝚃𝙷𝙴 𝙴𝙽𝙳

𝘏𝘢𝘺 𝘣𝘦𝘭𝘭𝘦𝘻𝘢 𝘦𝘯 𝘭𝘢𝘴 𝘤𝘦𝘯𝘪𝘻𝘢𝘴𝘥𝘦 𝘶𝘯 𝘤𝘰𝘳𝘢𝘻ó𝘯 𝘲𝘶𝘦 𝘢𝘳𝘥𝘪ó𝘱𝘰𝘳 𝘭𝘰 𝘲𝘶𝘦 𝘢𝘮𝘢𝘣𝘢

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𝘏𝘢𝘺 𝘣𝘦𝘭𝘭𝘦𝘻𝘢 𝘦𝘯 𝘭𝘢𝘴 𝘤𝘦𝘯𝘪𝘻𝘢𝘴
𝘥𝘦 𝘶𝘯 𝘤𝘰𝘳𝘢𝘻ó𝘯 𝘲𝘶𝘦 𝘢𝘳𝘥𝘪ó
𝘱𝘰𝘳 𝘭𝘰 𝘲𝘶𝘦 𝘢𝘮𝘢𝘣𝘢.

Lily suspiró mientras las lágrimas volvían a invadir sus ojos. El miedo se había apoderado de ella. Dos semanas desde su muerte. La muerte de Scorpius. Parecía imposible, era imposible. ¿Por qué Scorpius había decidido suicidarse? Aunque, quizás, no había sido un suicidio...

Dejó la pluma a un lado, y observó las notas que había estado escribiendo desde lo sucedido. La ayudaban mucho. Al principio lo había encontrado una tontería porque, al fin y al cabo, unas simples palabras no lo podían hacer volver. Pero, pasaron los días, y empezó a sentir su presencia. Y, quién sabe, tal vez sí que las estaba leyendo. Quizás, y solo quizás, estuviera entendiendo cómo se sentía. La ventana se abrió a causa del viento aue soplaba afuera. La pelirroja se estremeció y se levantó pars cerrarla. Mientras, seguía inmersa en sus pobres pensamientos. Dos semanas de dolor. Dos semanas de perdición. La familia Weasley estaba destrozada por la muerte de una de sus integrantes. Hugo, aunque no solía compartir mucho tiempo con su hermana, se sentía solo. Y Lily no lo podía ayudar. El señor Malfoy no había salido de su mansión. Albus no hablaba con nadie. Todos estaban rotos a su manera. Sobretodo nuestra chica enamorada.

Volvió al escritorio y apoyó la cabeza entre sus manos. Entonces, empezó a sollozar, mojando las pequeñas notas. La tinta empezó a correrse, borrando las palabras que con tanto sentimiento había escrito. Los recuerdos, invadieron su mente cruelmente. Su sonrisas, sus abrazos, sus besos. Todo eso, y mucho más, se había esfumado como las cenizas de un gran fuego. Y él no era un fénix, él no podía resurgir de ellas. Scorpius ya no estaba, y nunca volvería a estar. Esa era la triste realidad. Y él tampoco la amaba, nunca lo hizo.

De repente, la ventana volvió a abrirse, provocando un molesto ruido. Lily levantó la cabeza, y la miró fijamente. Un sentimiento de conformismo se apoderó de ella. Ya conocía ese sentimiento. Sus ojos se agrandaron y se acercó a la ventana a paso lento.

—¿Scorpius? —susurró.

Lo notaba. Sabía que estaba allí. Su piel se erizó y respirar empezó a ser una acción complicada. La chica se giró hacia todos lados, como si esperara encontrarse con su amor ahí mismo.

—Scorpius, por favor, sé que estás aquí. Te quiero, por favor, háblame, por favor, por favor, Scorpius. Te quiero.

Ella repetía las mismas palabras, esperando que se manifestara. Su pulso temblaba levemente. Su garganta estaba seca. Y, entonces, lo escuchó.

"Lily…"

Fue solo un susurro, quizás provocado por el viento, pero la pelirroja lo sintió real. Cayó de rodillas, incapaz de mantenerse en pie.

"Lily, ven con nosotros. Lily, te extraño, te quiero."

Era su voz, la voz de su amado Scorpius. Lily sabía lo que tenía que hacer, lo había sabido todo este tiempo. Ella no podía dejarlo solo. Así que, se arrastró hacia el escritorio, escribió la última nota, agarró su varita y apuntó a su cabeza.

—Lo siento —se disculpó. Quizás era para sus padres, para James, para Hugo, o para Albus, no lo sabía. Pero necesitaba disculparse. Luego, suspiró, su último suspiro—. Avada Kedavra.

Segundos después, un cuerpo inerte cayó al suelo, marcando un final para siempre en la vida de esa chica que solo quería amar.

El día siguiente, no tardaron en encontrar muerta a la pelirroja. Una gran desgracia. Fue Albus, el hermano de la chica, quien la halló, juntamente con todas esas notas y una carta, una sola carta:

Todo lo que he hecho, hice y haré, es por amor.
Él me habla, él sabe que estoy aquí. Él me necesita.
Scorpius y yo estaremos juntos. Para siempre.

De más está decir, que pocas personas lloraron su muerte. Para la sociedad, y para el mundo en general, solo había sido una pobre chica que no había podido soportar el dolor de la perdida. Una débil. Alguien que no estaba cuerda. Porque, ¿quién en su sano juicio diría que un muerto le ha hablado? ¿Quién en su sano juicio moriría por un hombre que nunca la amó?

Y aunque sus padres quisieron encontrar una razón válida para el suicidio de su hija, la sentencia ya estaba dada.
Los médicos aseguraron que, Lily Potter, se había vuelto loca a causa del amor.

Lovers | Lily Luna PotterOpowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz