Los naranjas

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Volar quizá sea la cualidad mágica más asombrosa y más valorada tanto por magos como por muggles. Y, en mi opinión, la mejor cualidad mágica, sin lugar a dudas. Es la cualidad que cualquier humano (mágico o no mágico) desea. Supongo que es un deseo frustrado de nuestros ancentros que nos han ido transmitiendo.

Pero hoy no solo se trata de volar. Hoy hay que jugar y hay que ganar. No podemos permitirnos la derrota, tenermos que sacarle ventaja a los Tornados. Este año nos llevamos la copa.

Me estoy atando las botas cuando siento unas palmaditas en el hombro. Es Beatrice, la capitana. Siempre nos da palmaditas a todas antes de salir al campo de juego. Acabo de atarme los cordones y me peino los mechones de pelo que se han salido de la trenza mientras maldigo el día en el que Quinn me convenció a cortarme un poco el flequillo, ¿cómo es posible que crezca más lento el pelo del flequillo que el del resto de la cabeza? Suspiro, no hay nada que hacer, me pondré las gafas protectoras con cuidado de que no quede dentro ningún pelo. Las gafas protectoras son como las de los antiguos aviadores, en el fondo me gustan, tienen algo vintage que me atrae.

Cojo mi escoba y siguiendo al resto del equipo, nos dirigimos al túnel del vestuario, colocándonos en formación. Al otro lado, están los naranjas. Nuestros rivales de hoy. No tengo miedo al fracaso, pero aún así tengo el corazón acelerado, la adrenalina está empezando a circular por mis venas. Me coloco las gafas lo mejor que puedo y me subo a la escoba. Ivy, la tercera cazadora, me sonríe a mi lado. Dan la señal y salimos por el túnel. Nunca me acostumbraré a los grandes estadios y al gran bullicio. Hay gente vitoreando muchísimos nombres, la mayoría, evidentemente, del equipo contrario, ya que juegan en casa, pero también oigo gritos de aficionados a favor nuestra.

Realizamos el saludo reglamentario y oímos el himno de los naranja, los Cannons. Me da tiempo a mentalizarme en el juego, de repasar rápidamente en mi mente las jugadas ensayadas y los puntos débiles de este equipo.

Tras acabar el himno, nos dirigimos a las posiciones. Es Quinn la receptora de la quaffle, la que va a salir a por ella frente al cazador de los Cannons, Ezra. Primero es liberada la snitch dorada, lo sé porque me pasa rozando la mejilla, me giro y veo a Adele en su posición, sin quitarle los ojos de encima a la pequeña pelota dorada. Liberan a las bludgers y los golpeadores de cada equipo están más que preparados. El árbitro lanza la quaffle hacia arriba a la vez que toca el silbato. Ivy y yo adelantamos posiciones, cerca de Quinn que ha ganado el puesto y ha conseguido cazar la quaffle en el aire. Quinn se la pasa a Ivy, y yo adelanto posición, llamando la atención de uno de los cazadores del otro equipo, que se me pega a la cola. Justo como preveíamos, consigo despistarle tras varias fintas y cazar la quaffle que Ivy me ha tirado desde la otra banda. Quinn ya esta en su posición, le paso la pelota y de un golpe de escoba, mete la quaffle por el aro más lejano al guardián vestido de color naranja.

Volvemos para defendernos, mientras que una pequeña parte del estadio ruge vitoreando a mi rubia amiga. Ya estamos en posición de defensa cuando los Cannons comienzan su ataque, pero Ivy consigue interceptar un pase y salimos de nuevo a la carga. Tengo que esquivar una bludger y una cazadora para llegar al área del guardían, pasarle la quaffle a Quinn, que la deja pasar, tal y como hemos ensayado e Ivy es la que marca en este caso.

Tardamos demasiado en volver, así que la contra nos pilla a mitad de camino, por suerte, el lanzamiento lo para Verity sin despeinarse siquiera y nos devuelve la quaffle en ventaja. Sólo quedan atrás un golpeador y una cazadora que pueden entorpecernos, pero los sobrepasamos sin problemas, para que en esta ocasión, vuelva a marcar Quinn, que es la que va por el centro.

Llevamos dos horas jugando y sacamos una gran diferencia en el marcador, a penas han conseguido marcar 40 puntos frente a nuestros 160 puntos. Y, mientras recuperamos posiciones echo un vistazo a cómo va Adele en busca de la snitch. Sería el momento propicio para acabar el partido. Pero Adele no está sobre mi cabeza, me cuesta localizarla, ya que ella y el otro buscador se encuentran entre el resto de jugadores, esquivándonos con gran velocidad y agilidad para alcanzar la snitch.

 Entre QuafflesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora