Ashley es una chica bastante soñadora, es una romántica empedernida, le encanta leer historias de amor e imaginarse cómo conocerá al amor de su vida. Pero a la hora de enfrentar al amor en su vida real y no en sus sueños, no ve la manera de hacerlo...
Los rayos del sol entran por la ventana de mi habitación, debido a que Liam y yo dejamos la persiana abierta para que entre un poco de luz mientras dormimos. Cosa buena en ese momento, pero se convierte en una bastante mala cuando comienza a amanecer, pues acabamos desvelándonos un poco.
Cojo mi móvil, que se encuentra en mi mesita de noche, y miro la hora. 7:56. Joder. Me levanto de la cama y me dirijo hacia la ventana, para cerrar la persiana. Seguidamente, me tiro a mi cama bruscamente para continuar el precioso sueño que estaba teniendo. En ese sueño estaba en el concierto de Shawn Mendes.
Y... No logré continuar el precioso sueño. Típico. Soñé con que una cucaracha enorme me perseguía por una calle interminable. Le tengo pánico a las cucarachas. Y más si son gigantes. Y me persiguen.
Creo que es el primer día que me levanto antes que mi hermano, cosa extraña porque él es de las personas que quieren levantarse temprano para aprovechar el día. Y son las once y media.
Decido no despertarlo y salgo del cuarto para lavarme los dientes y la cara.
- ¡Ashley! ¡Papá y yo nos vamos a desayunar! - grita mi madre al otro lado de la puerta.
- ¡Vale mamá! ¡Ya prepararé yo algo para mí!
Después de esto, escucho el sonido de la puerta principal cerrarse.
Ya hace un rato que Liam y yo hemos desayunado y ahora mismo estamos tendidos en el sofá viendo absolutamente nada, ya que están los anuncios.
Miré hacia mi hermano, estaba medio dormido, por lo tanto, decido coger mi móvil y mirar instagram o lo que sea.
"@natehenderson ha solicitado seguirte"
¿Quién será? Ah, vale. El chico del queso rallado ha solicitado seguirme. Lo acepto y le sigo de vuelta. Y comienzo a "stalkearle" un poco la cuenta. Tiene unos fotones, y encima es guapo de cojones.
- ¿Qué haces? - pregunta mi hermano, sobresaltándome.
- Eh, nada. Estoy mirando instagram.
- Pensaba que estabas hablando otra vez con tu mejor amigo.
- ¿Con Mike? - asiente -. No, hoy no he hablado con él.
- Que raro. Ese chico está pilladísimo por tí.
- ¿Qué dices? No lo está.
- Sí, sí que lo está.
- Que no.
- Venga, vamos. ¿Nunca has pensado en él como alguien más que un simple amigo?
- Quizás. Pero eso no viene a cuento.
- Si tú lo has hecho, el lo habrá hecho el triple de veces que tú, créeme.
- Déjame.
- No te pongas a la defensiva.
- No lo estoy.
Y acto seguido, me fui a nuestra habitación y me tiré en la cama.
¿Salir con Mike?
¿Mike colado por mí?
¿En serio?
A nadie se le ocurre semejante tontería, sólo a mi hermano Liam.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Mentiras. ¿Las mentiras son malas o buenas? En resumidas cuentas, por un lado una mentira es muy mala, ya que le estás diciendo a alguien algo que no es cierto, pero, ¿y si lo haces para no lastimarlo?
Sí, sigue siendo una mentira. Y por eso yo siempre decía la verdad. O al menos lo intentaba.
- ¿Qué quieres? - pregunta mi primo Sam, un poco harto, de mi primito Dylan.
Dylan solía ser pesado muchas veces, cómo todos los niños pequeños. Pero Sam solía tener muy poca paciencia con los pequeños.
Para no aguantar la discusión de mis dos primos, me fui al agua. A dónde me siguieron Liam y Louis. También pasaban de aguantarlos.
- ¡¿Chica del queso rallado?! - cuestiona un chico que se encuentra a pocos metros de mí.
- ¡Eh! Que sólo yo te puedo llamar así - respondo con una sonrisa.
- Ya veremos - suelta y seguidamente se va, dedicándome una preciosa sonrisa.
¿Me explicas que acaba de pasar? Yo simplemente se que no entiendo absolutamente nada.
- ¿Quién era ese chico? - pregunta Louis.
- Es un... ¿amigo? O conocido. Mira no sé. Lo conocí hace nada.
- Ajá - asintió el chico sin entender absolutamente nada de lo que dije. Nunca me he explicado especialmente bien.
