Capítulo 4. - ¿Estás intentando ligar conmigo?

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Y este es uno de esos momentos en los que no tienes ni idea de lo que hacer. Acabas de llegar a casa de tu prima y te abren la puerta dos chicos a los cuales has conocido hace poco. Y encima a uno lo llamas chico del queso rallado. ¿Pero qué te pasa en la cabeza?

- Hola, chica que no sé como se llama porque no me ha dicho su nombre - dice Alex sonriendo.

El chico del queso rallado sólo se limita a sonreirme. Dios. Su sonrisa es demasiado bonita.

- ¿Pensáis entrar algún día? - pregunta Mia apareciendo detrás de sus "amigos".

- Eso me preguntaba yo - suelta mi hermano -. Parece que aquí hay un reencuentro o yo que sé que mierdas.

- Entonces ya conocerás a Alex y...

- Y al chico del queso rallado - digo sin vergüenza alguna. Y después me doy cuenta de lo que acabo de decir. Y me pongo totalmente como un tomate.

- Me llamo Nate. Encantado - dice el chico extendiéndome la mano.

Después de saludarnos y reírnos por lo que acababa de pasar, entramos en la casa. Nos sentamos todos en la mesa del comedor y comenzamos a hablar, mientras esperábamos a que mi tía acabara la comida.

- Entonces a Ashley le gustan mucho los niños pequeños, ¿no? - me pregunta Alex.

- ¿Los niños pequeños? - cuestiono -. Eh, sí.

- No lo pillas. ¿Y las gaviotas? También te molan bastante.

- La verdad es que sí. Me parecen unas aves de lo más interesantes y bonitas, aunque... ¡Mierda!

- Sí. Mierda - y tras decir esto rompe a carcajadas.

- Capullo - espeto.

- No entiendo nada - dice Nate.

- Me encontré a Ashley después de haberse caído un par de veces a la arena por culpa de un balón de un niño pequeño y con una cagada de gaviota en la cabeza. Justo después salió corriendo y se sumergió en el agua.

- Mi hermana haciendo el ridículo como siempre - comenta Liam riéndose.

- ¿Estaba rica la caca? - pregunta Mia. Ya tuvo que abrir la boca mi queridísima prima. No hay cosa que le guste más que joderme. Y más si es delante de otras personas.

Sólo la miré con mala cara, y antes de soltarle cualquier cosa, mi tía nos interrumpió.

- ¡La comida está lista! ¡Venid a por vuestros platos!

Y fuimos a por nuestra comida.

Después de comer nos sentamos en el sofá y pusimos una película. Una película la cual nadie vio. Pues, se quedaron todos dormidos, menos Nate y yo, y como no nos gustaba lo que estábamos viendo, nos pusimos a hablar.

- Cuéntame - suelta Nate.

- Uno, dos, tres, cuatro - cuento acompañada de mis dedos.

- Que graciosa eres.

- ¿Has visto? - Nate suspira -. Ay, ¿qué quieres que te cuente?

- No lo sé.

- Muy bien, Nate. Quieres que te hable de algo, pero no sabes de qué.

- Pensaba que ibas a comenzar a hablar de algo - ríe.

- ¿Cuándo conociste a mi prima? - le pregunté.

- Me la presentó Alex. Yo la había visto por la calle, pero nunca había hablado con ella - asiento -. ¿Por qué te llevas tan mal con ella?

- Simplemente nos llevamos mal. Como que nuestras personalidades no encajan y encima se ha metido siempre conmigo.

- Vaya. A mí al principio no me cayó especialmente bien, pero después me fue cayendo mejor. No es mi persona favorita, pero para pasar un rato no está mal.

- Bueno, está claro que yo no pienso lo mismo.

- Ya - ríe.

- Cada uno tiene una visión diferente de cada persona.

- Sí, yo también pienso lo mismo. Es tan simple como que no le puedes caer bien a todo el mundo, y ya está.

Antes de continuar con la conversación, recibo una llamada de mi mejor amigo. Me veo obligada a contestarle, así que lo cojo, disculpándome.

- ¡Hola fea! - exclama.

- ¡Hola feo!

- Te echo de menos.

- Oh, yo también te echo de menos - puse cara de triste, aunque el no me viera.

Después de estar hablando durante unos minutos más, colgué y miré hacia Nate, quién me ha estado mirando durante toda la llamada.

- ¿Tu novio?

- No tengo novio - río -. Era mi mejor amigo.

- ¿No tienes novio? Pensaba... pensaba que sí.

- Eh, no. ¿Por qué pensabas eso?

- No sé. Simplemente, eres muy buena persona y muy guapa, sólo lo creía.

- Nate.

- Dime.

- ¿Estás intentando ligar conmigo? - cuestioné repentinamente.

- ¿Qué? Eh... No. Claro que... Por supuesto que no. Sí, eso, no.

En cuanto acabó de balbucear cuál bebé, nos miramos y reímos muchísimo, haciendo despertar a todos.

Y pues aquí tenéis otro capítulo:) Es un pelín corto

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Y pues aquí tenéis otro capítulo:) Es un pelín corto.
Espero que os guste. 💜

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