Not so poetic

3 0 0
                                    

  Abrí mis ojos y todo se veía como si hubiera una espesa neblina. Los bordes se degradaban a blanco, como una viñeta clara. Parecía una visión al cielo o un sueño muy reconfortante. No podía vislumbrar mucho más allá de mí.  Yo estaba recostada sobre una cama muy grande de sábanas rosadas.

Un hombre de cabello castaño claro con la cara borrosa, se acercaba hacia mí con lo que supuse, era una bandeja. Escuché el sonido de una sonrisa despidiendo un poco de aire entre dientes, y mientras lo hacía, una dulce voz, que parecía extranjera me dijo.

- Volviste - acercándose - y sigues sin reconocerme.

  En ese momento desperté, siempre lo hacía luego de que él me decía esa frase. Siempre tuve la duda de que si ese sujeto era mi novio o lo que sea, en otra vida. Lo único que supe de sí es que, era años mayor que yo. 

Antes de levantarme vi hacia mi lado izquierdo, en donde estaba mi Zalvus.

El hombre de mi sueño me conocía, yo siempre supe que él sabía todos mis secretos y sueños.  Me largué a llorar en silencio, mi zal a penas me conocía y no se molestaba en hacerlo, no me decía que me quería, no subía fotos conmigo a sus redes sociales, no conocía a mi familia y en repetidas ocasiones encontré mensajes suyos con otras chicas. Estuve a punto de dejarlo muchas veces tratando de no escucharlos, pero dejarlo significaría dejarlos. Dejar a él, a nuestros vicios, a nuestros negocios, a sus amigos. Por eso antes de irme, aunque imponía resistencia, me ablandaba y lo perdonaba. 

Dejé de llorar y salí de la habitación sin hacer ruidos, fui a la cocina a buscar servilletas para quitarme los mocos. Puse agua a hervir para tomar mates, la dejé ahí en el fuego salí afuera. Todas las mañanas me transformaba en Sailor Moon, me convertía en mi heroína, podía salvarme a mí misma, podía hacer lo que quisiera. Pero mientras me perdía sentía la presencia de alguien que me miraba desde adentro de la casa y no venía a abrazarme, en todo caso enunciaba las palabras "Qué haces ahí afuera? Entra a la casa".

Ni siquiera tuve el valor para dejarlo. Tuvo que ser él.


Don't Open Until The EndDonde viven las historias. Descúbrelo ahora