Una semana después y se encontraba sentada en una de las mesitas de madera que había en la feria. Sus amigas habían ido por algodón de azúcar y Momo se había quedado a cuidar el puesto.
El parque de diversiones era magnifico. Todas parecían estar pasándolo bien, a excepción de Momo, que llevaba todos estos últimos días deprimida.
Aun recordaba el rostro de Dahyun, tan roto y en verdad parecía muy golpeada por las palabras que le había dicho Momo.
La pelinegra se arrepentía mucho.
Lo peor de todo es que después de aquella pelea se había encontrado con la rubia. Al igual que otra veces, la había fastidiado con sus amigas, sólo que había algo diferente.
Cuando la estaba insultando, no tuvo ni una vez la oportunidad observar sus ojos fijamente, Dahyun siempre parecía evitarlos o de alguna manera la insultaba desde lejos, sin querer acercarse.
Ya comenzaba a desesperarse, porque Momo quería ver ese color chocolate que le quitaba el aliento. Se sentía cómo una necesidad, una ridícula y patética necesidad de ver sus ojos para poder estar en calma consigo misma.
No había ayudado en nada el nuevo pensamiento acerca de la rubia: querer besarla.Observaba el rostro de Dahyun y sin poder evitarlo los ojos se le iban a su boca, tenía los labios más hermosos del mundo y Momo solamente tenía unas desesperantes ganas de morderlos y besarlos hasta que le dolieran sus propios labios.
Suspiró ¿que rayos le estaba sucediendo? No creía que fuera muy normal el soñar todos los dias con la misma chica y desear besarla. Mas si no era su amiga, mas bien lo contrario.
Era la chica que le hacia la vida imposible, y ahí estaba Hirai Momo, suspirando por la pequeña rubia.
Cada vez... cada vez más las palabras de Dahyun hacían eco en su mente "¿No será que estás enamorada de mi?"
Y en verdad, Momo intentaba convencerse de que no era así, imposible. No, era una locura.
-¿moguri, estás bien?-preguntó mina, acercándose a su amiga. Llevaba una gorrita de oso en la cabeza, que había ganado en unos juegos.
-Sí, claro. -mintió de forma mediocre, sabía con antelación que si le contaba a sus amigas respecto a su problema, ellas comenzarían a delirar.
-¿Quieren ir a las tazas giratorias?-preguntó Somi al llegar, habían rastros de azúcar en sus labios.
-¡Será divertido, vamos!-animó Mina, jalando a Momo y a Sana de las manos, hasta llegar a la atracción y montarse en ella.
Estaban bajándose de los carritos cuando vieron a lo lejos al grupito del salón, parecía la realidad despotricara sobre la suerte de Momo.
Todo le salía mal, y para joder más las cosas allí estaba Dahyun, igual de hermosa que siempre.
Llevaba un vestido negro y el cabello suelto en ondas, reía mientras iba de la mano con JaeBum y entrelazaba su brazo con el de Chaeng.
Quería besarla, quería besarla y quería que la tierra se tragara a JaeBum. Esa era una gran idea rondando en su cabeza.
Soltó un gran suspiro y tomó a Mina de la mano, quería alejarse de ellos a como diera lugar.-¡Claro!
-Vamos todas-dijo alegremente Sana y las cuatro se fueron a la atracción, dejando a los otros atrás.
Momo logró respirar tranquila por unos segundos, eso hasta que fueron a comprar palomitas de maíz y casualmente allí estaba Dahyun. Tenía que ser una cruel broma de la escritora, ¿no?
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-RIVALES- [DahMo] 《Adaptacion》
FanfictionBy: TheBookstore Hirai Momo comienza la secundaria sintiendo las burlas de sus amigos, entre un grupito de chicas que la fastidian conocerá a la popular Kim Dahyun. Durante varios años ellas comienzan una gran rivalidad entre ellas, se odiaban a mue...