Capítulo 6: Cumpliendo sueños

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Luisita estaba algo nerviosa...siempre le pasaba cuando empezaba una nueva aventura. Llegó antes de hora y decidió sentarse al final de la clase. No quería hacer el ridículo el primer día. Lentamente se fueron ocupando todos los asientos, hasta quedar únicamente vacío el del profesor. Era un tal Alberto y decían que su última novela se había vendido como churros. Sería un gran escritor pero muy puntual no era, pensó Luisita.

-"Me parece una falta de respeto, nunca pensé que el nuevo rumbo de mi vida se iba a retrasar tanto..."- dijo Luisita al chico que se había sentado a su lado.

-"Quizás no consigue aparcar...ya se sabe que en Madrid cada vez está más difícil".

-"Ya, bueno, eso no es excusa. Menos mal que me he puesto aquí, así no verá mi cara de decepción cuando entre por la puerta...y así no me preguntará. Prefiero pasar desapercibida al principio, quién sabe la de tonterías que nos puede empezar a preguntar para romper el hielo...¿te imaginas?- dijo Luisita riéndose.

-"Sí, es cierto"- dijo el chico, devolviéndole la sonrisa. –"¿Qué crees que debería preguntarnos, según tú?"

-"Pues no sé...por ejemplo, qué queremos conseguir a través de las palabras...es decir, por qué expresarnos a través de las palabras y no a través de otros medios...

-"Sí, interesante cuestión. Quizás un poco profunda ya desde el inicio, ¿no?"- preguntó el chico.

Entonces éste se levantó y alzó la voz:

-"Buenos días, siento el retraso...Soy Alberto Ruíz, autor de "Leyendas sin explorar" y un humilde escritor que tratará de sacar lo mejor de cada uno. Siento la tardanza pero siempre me ha gustado observar primero y actuar después"- dijo, ante la atónita mirada de la rubia.

-"Y para romper el hielo empezaremos por la compañera que está aquí sentada"- dijo señalando a Luisita, -"Nos gustaría que te pusieras de pie, hicieras una pequeña presentación sobre ti para empezar a conocernos todos y que nos dijeras qué quieres expresar a través de las palabras"- dijo Alberto con una amplia sonrisa.

Así comenzó la nueva andadura de la rubia en el mundo de la escritura, metiendo la pata y siendo el foco de atención de un grupo de desconocidos.

-"Bueno, tampoco ha sido tan grave, y has salido del paso muy bien". Alberto pretendía quitar dramatismo a la escena que se había sucedido tan solo unas horas antes. En la barra del Asturiano todo se recordaba de una forma más divertida.

-"Abuelo, ¿ha tomado nota de las bebidas y los menús que tiene que llevar a nuestra mesa?"- dijo Luisita no muy animada.

-"Claro, charrita, sentaos, que en seguida estaréis servidos".

-"No teníamos porque haber venido al bar de mi familia, no lo mencioné por eso en clase"- dijo algo confusa.

-"Es lo mínimo que podía hacer después de la vergüenza que te he hecho pasar al principio. Pero he de decirte que no ha estado mal...si escribes igual de rápido que hablas, a los 25 ya habrás escrito tres novelas por lo menos"- dijo riéndose Alberto.

Ambos se unieron al resto de estudiantes, que comentaban animadamente esa primera lección y que se mostraban ansiosos por hacer preguntas a Alberto, tratando de absorber al máximo los conocimientos que éste quisiera darles. Luisita pensó que se podía acostumbrar fácilmente a ese ambiente intelectual.

-"Aquí tenéis el aperitivo, en seguida saldrán los platos principales. Luisi, acércate un momento"- pidió Pelayo.

-"Dígame abuelo, ¿sucede algo, le molesta que hayamos venido aquí? Si ya les dije yo que lo mismo éste no era el lugar más adecuado para estar divagando sobre libros mientras llenamos el estómago".

Un nuevo comienzoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora