capítulo uno

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Ahora mismo estoy intentando traspasar el agujero que le hice a la cerca hace al menos unos 40 minutos, si no me equivoco. Cómo dije, intento, ya que la desesperación por correr de los feroces perros hambrientos con intenciones de devorar cualquier cosa con tal de comer algo. Tan flacuchos y tan rápidos.

Por fin logré pasar la reja, con algunos arañores pero pasé, y eso es lo que cuenta, tan rápido como pasé me incorporé y me puse a correr, como si mi vida dependiera de ello, ya que así es. Los perros pasaron fácilmente por lo que en ningún momento bajaron la velocidad.

Punto para ellos.

Después de correr por el extenso terreno salí a las calles, obvio que con los perros demonio siguiéndome.

Cómo si estuviera en una ciudad donde los autos, motos y camiones no existieran, me puse a correr por el medio de la calle por alguna extraña razón, aunque me subí a la acera para no ser atropellada, no quiero morir hoy.

Los perros demonio estaban cada vez más cerca mío les tire la mochila que llevaba sobre mi espalda para poder ganar algo de terreno, pero al hacerlo casi pierdo el equilibrio y caigo, sería fatal. Cómo lo pensé los perros demonio tropezaron con la mochila y algunos calleron al duro pavimento, dos para ser exactos. En total hay unos cinco perros ¿Por qué demonios tienen tantos perros? Y así de descuidados, se nota a planetas de distancia que esos perros no comen muy seguido que digamos, y sus dueños parecen bastante adinerados ¿Y no alimentan a sus animales? Que gente irresponsable.

Seguí corriendo hasta llegar a una esquina y doblar en esta hacia la izquierda.

Unos pares de segundos después comencé a escuchar las sirenas de la policía a lo lejos, obviamente acercándose. Genial, ahora no solo estoy por ser devorada por los perro demonio, sino que también me sigue la policía. Esto es lo más, y espero que se note mi hermoso sarcasmo.

La policía estaba cada vez más cerca. Debía perder, primero a los perros y después a la policía. Se ve que se enteraron de mi visita a la casa rica y que 'pedí prestado' el collar de la señora.

-¡Deja de correr y arriba las manos!-

Unos de los policías habló con un megáfono desde el interior del automóvil.

¿Dejar de correr? ¿Y que los perros demonio me alcancen? Ni crean. Mi prioridad en este preciso instante es escapar de esos perros, la policía es lo de menos. Después de todo, logré escapar de ella unas pares de veces.

No es como si robo por alguna necesidad, tipo, 'no tengo el dinero suficiente ni la edad para trabajar y comprar los medicamentos para mí enferma madre, y mi padre murió hace algunos años, no tengo otro familiar por lo que mi madre es mi única familia y debo cuidarla' robo por robar. No hay un porque del por qué lo hago, lo hago porque quiero y ya.

-¡Dije quieta!-

-¡NO!-

Seguí corriendo unas pares de calles más, aunque estoy cansada y mi respiración está bastante pesada, se me dificulta el pasar el aire a los pulmones, pero esos condenados perros no dejan de seguirme, sin contar a la desgraciada policía.

Un policía en una moto comenzó a acercarse peligrosamente hacia donde estaba yo.

Por más que quiera dejar de correr y descansar, que obviamente no va a pasar pronto, tengo a los perros demonio detrás y si me detengo me comen.

-¡Detente!-

-¡Olvídalo!, ¿¡Acaso no vez a los perros demonio que me están siguiendo!?-

Al parecer el policía lo pensó algunos segundos y pareció darse cuenta de los perros que me seguían.

Plan Cero Odio [Zamas y tu] -Dragon Ball Súper-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora