No tengo nada que hacer. Es más: no tengo la más mínima idea de qué puedo hacer hoy, mañana, dentro de un mes, un año o un siglo. Tal vez lo mejor es no angustiarse ni creerme perdido. No sabes qué vas a hacer para sobrevivir, pero no importa. Vives como un cometa, arrastrado por el viento, y te sientes bien. Sólo que muchas veces ni siquiera sopla el viento.
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Pequeña poesía
PoésieLo único que necesitamos al final del día es un café acompañado de pequeña poesía. RECOPILACIÓN.