Capítulo 5 Especial

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3 años atrás.


—¿Siempre juntos?

—Siempre juntos. —le afirmó mientras me da un suave beso en los labios antes de envolvernos en las sabanas y dormir profundamente.

Antes de quedar completamente dormida, él susurra muy cerca de mi oído.

—Mi preciosa, Madison.

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Me levanto de golpe con mi respiración agitada, un nudo en el fondo de mi garganta y mis párpados húmedos.

—¿Por qué yo? ¿Por qué me hiciste esto? —la puerta de mi habitación se abre dando paso a Chloe quien se acerca y me abraza fuertemente— Quizás si no hubiese sido tan estúpida y más inteligente no me habría pasado esto —me yo sola me regaño una y otra vez, y ella solo me escucha atentamente— Yo no soy lo mejor pero aun así lo amaba con cada parte de mí, siempre fui honesta y no fue capaz de decirme la verdad para así acabar con la farsa.

Chloe comienza a jugar con las hebras de mi cabello antes de hablar.

—Ya no te tortures con esto, no fue tu culpa que se haya comportado de esa manera. Créeme que te amo, sólo que no de la manera correcta. —Eso es lo que más me dolía.

Carter tenía problemas con las drogas y las peleas, en ese entonces no tenía nadie quien lo incentivara a cambiar su ritmo de vida.

Su mamá era adicta al trabajo y no le prestaba atención a su hijo por que le recordaba a su ex marido, el padre de Carter los abandonó por otra mujer cuando tenía cinco años.

Era algo en común que teníamos, mi padre también hizo lo mismo y sé del dolor que sintió. Ambos teníamos once años cuando nos conocimos y yo quedé hipnotizada por sus ojos azules que lucían tan fríos gran parte del tiempo, aunque él no quisiera.

Su cabello castaño despeinado con su piel pálida y unos carnosos labios rosados, sus preciosos hoyuelos me habían atrapado por completo en cuanto entre en su radar.

Pase muchas noches en el hospital con él por diferentes casos, siempre estuvimos para el otro. Todavía recuerdo cuando a mis dieciséis quedé internada por anorexia, Carter pasó todas y cada una de las noches conmigo y cuando mejore lo estuvo aún más. Muchas veces me lastime físicamente y dejaba de comer.

Yo tenía problemas de confianza y a pesar de que mis hermanos me quisieron ayudar junto a mamá, no lo lograban. Nunca, solo él podía hacerlo.

Sólo él lograba traerme paz, era el único que traía colores a mi cielo gris.

Siempre dijo que yo era lo que más amaba de los dos, me prometió que pase lo que pasara jamás me dejaría.

Y yo fui una tonta que le creyó ciegamente, confíe, y acabé con el corazón roto y una depresión que casi me llevo a la muerte.

Lo peor de todo es que sigo teniendo sentimientos fuertes como el primer día por él.

Que imbécil.

—¿Todavía quieres saber qué frase le había escrito y tuve que recitárselo delante de toda la clase cómo castigo? —Chloe me suelta y me da una mirada curiosa.

—Sólo si lo deseas no quiero obligarte. —mi amiga sonríe  de manera comprensiva.

—Quiero hacerlo. —Afirmo— Eres una preciosa portada de libro; con un contenido vacío y sin escritos deslumbrantes.

Silba mirándome socarronamente.

—No sabía que eras una poeta de primera, ese año yo te veía de lejos y pensé que eras una bastarda sin corazón. —Admite, la observo atónita, ella se da cuenta dando paso rubor en sus mejillas— Perdón es que cuando te vi gritándole cosas horribles a Sally me diste una impresión equivocada. —se encoje de hombros y yo hago una mueca.

Preciosa, Madison. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora