❤⚣↱-ˏˋ ᴠ ᴇ ɪ ɴ ᴛ ᴇ ˊˎ-↰⚣❤

708 97 2
                                    

Se abrazaron el silencio hasta que ya no quisieron derramar una lágrima más.

Yukhei beso sus mejillas, su pequeña nariz y sus labios, aprovechando que no podría hacerlo mañana.

Tomó su rostro, haciendo que Jungwoo lo mirara, con ojos cansados de llorar, aún así sonrió.

—¿Puedo amar a alguien en tan poco tiempo?—Murmuró el menor, aunque fue un pensamiento que se escapó.

Jungwoo sonrió, escondiendo sus ojitos tras sus mejillas.

—El corazón no pide permiso para amar, Yukhei-yah. Tampoco pide tiempo.—Dijo.—A demás... Somos predestinados, Yukhei-yah, ya nos amábamos, sólo necesitabas darte cuenta...

Yukhei no pudo sonreír del todo.

No sabía si aquello era muy injusto, o muy justo.

Jungwoo era demasiado para él, alguien tan dulce, tan tierno, con esa apariencia digna de un ángel, con el don de ser un adorable amigo peludo a voluntad... Alguien así no merecía un delta como él, una vergüenza de alfa, un don nadie en el mundo.

Tenía toda la suerte del mundo por sólo conocerlo, y no se iba a cansar de repetirlo, porque era la única certeza que tenía en ese momento.

—Jungwoo.—Lo llamó, el tono hizo que el omega borrará su sonrisa.—Hay personas que nunca encuentran su predestinado... Hay quienes ni siquiera tienen... Yo... Creo que debes buscar a alguien mejor.

Jungwoo pareció decepcionarse con sus palabras.—No quiero a nadie más.—Dijo, con total seguridad, mirando directamente a sus ojos.

Yukhei negó ligeramente.—No quiero que esto sea difícil.

—Nunca fue fácil, no pongas excusas.

—Bien.—Yukhei dio un pequeño suspiro.—No quiero que sea más difícil.

Jungwoo no dijo nada.

No quería rendirse, no podía rendirse, no después de haber llegado hasta ahí.

—¿Sabes cuándo fue la primera vez que sentí tu olor, Yukhei-yah?

El menor alzó una ceja, no sabía de a dónde ni a qué venía esa pregunta.

—Cuando viajé a Hong Kong para conocer a uno de mis pretendientes.—Dijo.—Qian Kun, alfa, con olor a menta y chocolate  demasiado fuerte, al punto en que pensé que era así porque estaba en celo, y agradecí tener el collar por cualquier cosa que intentara conmigo. Pero no intentó nada. No estaba interesado, y tampoco en celo, su olor fuerte era una peculiaridad. Me dijo que necesitaría tiempo para saber si quería algo conmigo o no, y que había aceptado la reunión conmigo porque no tenía ninguna razón para decir que no. Pero todo ese día pasábamos hablando, y me habló de ti, mucho.

Yukhei se sentía un poco atacado por el informalismo, pero sabía que era una costumbre del omega, de cuando se molestaba.

—Me mostró tu habitación, Yukhei-yah.—Continuó.—Kun no lo sentía, pero yo percibía perfectamente tu olor, en toda la habitación. Por primera vez sentí algo, mí lobo reaccionó a tu olor, quería mostrar sumisión y tuve que salir de allí para no agobiarme, no sabía lo que me pasaba... Pero mi lobo sí, sabía que había encontrado a mi predestinado, aunque no estaba allí, eso lo hizo desesperarse un poco. Y luego tú olor me persiguió varias días más, no sé cómo. Y camino a otro pretendiente, pasamos cerca de aquí... Y sólo hice lo que mí lobo quiso hacer, corrí a buscarte.—Jungwoo sonrió.—Y aquí estás, aquí estamos...

La temperatura de Jungwoo volvía a descender, alarmando a Yukhei, quien sostuvo con fuerza a su Omega, transmitiéndole todo su calor en el más fuerte abrazo de oso que alguna vez dio en su vida.

『🌙』•Delta. 《 LuWoo 》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora