Inefable Destino

Capítulo 2 - Asimilación

Resumen: Jin Guangyao, ahora como mujer, está comenzando a comprender un poco más los misterios de aquel mundo.

Notas: ¡Segundo capítulo arriba! Espero que les guste. Voy contra reloj pero creo que lo estoy haciendo bien xd

Segundo día: Modern AU

Inefable Destino

Asimilación

Jin Guangyao volvió a abrir los ojos, parpadeando con risueña somnolencia. Pero pronto quiso volver a cerrarlos cuando se percató de que aún continuaba en ese extraño mundo.

¿Entonces, no había sido un producto de su desequilibrada imaginación?

Sí estaba casado con Nie Mingjue, es mujer y tienen un hijo.

¡Un hijo!

Con rapidez, se incorporó de donde yacía acostado, sentándose. Una vez más, retornaba a la habitación que ahora asume, es el aposento nupcial que comparte con su esposo. Termina de levantarse de la cama y nota que tiene un extraño, pero no incómodo vestido de seda color bermellón de tirantes, cayendo con gracia sobre su cuerpo, llegándole hasta los muslos. Jin Guangyao asume que Nie Mingjue lo vistió luego de su para nadacobarde desvanecimiento.

Despierto y curioso, sus ojos ámbar viran en varias direcciones, enfocándose con avidez en cada esquina particular de aquella habitación. No tiene ni la mitad de grande que sus pabellones privados cuando era hombre y dirigía una prominente secta.

Una sonrisa amarga surcó sus facciones.

Ya no era Jin Guangyao, líder de la secta Jin Lanling. Ese mundo que conocía, ya no existe.

Jin Guangyao se preguntaba vagamente cómo se llamaba en ese extraño mundo que ahora pertenece.

Niega con la cabeza rápidamente para enfocarse en pensamientos más productivos. No era momento de llorar, ni mucho menos de lamentarse. Aquel mundo donde era hombre, pereció de la forma más vil y deleznable. Le han dado una nueva oportunidad y quiere aprovecharla.

... Por mucho que sea esposa de Nie Mingjue y tenga un hijo con este.

Decidió pronto explorar su habitación. Concentrado, no escuchó que la puerta tras él se abría con silencio, la figura de Nie Mingjue emergiendo en el quicio.

—A-Yao —llamó Nie Mingjue.

Sobresaltado, pegó un brinco del susto, llevándose rápidamente la mano al pecho, intentando controlar los desbocados latidos de su corazón. Jin Guangyao se giró para observar la figura de Nie Mingjue, y aunque sigue usando vestimenta extraña, de alguna forma se ve mucho más elegante en ese raro ropaje negro.

No pudo evitar darle una mirada apreciativa. Sin ese aire adusto de líder de secta, Nie Mingjue podría considerarse casi atractivo.

—A-Yao —volvió a llamar Nie Mingjue, sacándole de sus ensoñaciones.

Recién en ese momento, reparó en su mirada y él seguía observándole con preocupación. Se lamió los labios, pensando en qué le diría a continuación:

—Me disculpo, Da-Ge, mi intención no ha sido preocuparte innecesariamente —dijo, notando con horror que su voz era demasiado suave para su gusto. ¿Cómo aterrorizaría a la gente con esta voz?

Sin embargo, eso no era lo importante en ese momento. La idea era hacer sentir mejor a Nie Mingjue para que no sospechara de él, ¿verdad?

Ya tendría momento para llorar la pérdida de su hombría.