Todo es muy tranquilo

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Los años pasaron y no se supo mucho de lo que pasó después con joxter, nadie ha sabido después de su último crimen y todos en el valle moomin se encontraban despertando poco a poco ya que la primavera llegó, toda la nieve iba a derritiéndose lentamente con el tiempo y de lejos en el camino, se escuchaba una música bastante reconocida, especialmente para un troll blanquecino como la nieve llamado moomin que suele ver a su mejor amigo todas las primaveras y eso lo emocionaba bastante que su amigo llegase de su viaje al sur. La música provenía de una harmonica un poco vieja pero en buenas condiciones que era sostenida por unas manos suaves y blanquecinas y el que lo sostenía, era el mismo snufkin.

Snufkin ya tenia 16 años y soplaba de su harmonica preferida mientras caminaba hacia la casa de los moomins y se detuvo un momento para mirar la casa un poco de lejos estando en el puente, mostró una sonrisa calida hacia la casa y dejó su mochila de lado para luego sentarse en la orilla del puente de madera y volvió a tocar su harmonica tranquilamente.

En menos de un minuto, un troll de pelaje blanco se asomó por la ventana para ver a su mejor amigo tocando la harmonica en la orilla del puente como siempre lo hace cuando llega la primavera.

—¡snufkin...!— exclamó moomin saliendo de la ventana de su habitación bajando por las escaleras y al llegar al último escalón, terminó en el suelo y fue corriendo hacia donde se encontraba su amigo.

En eso snufkin sentía que su amigo se iba acercando cada vez más y eso no le interrumpía en seguir tocando su harmonica, podia escuchar como moomin lo llamaba por su nombre y eso lo hizo voltear por unos cortos segundos y volver a cerrar los ojos. Moomin llegó con snufkin mirandolo en el borde de la escalera admirando la música de su amigo y después de un rato, se acercó de nuevo sentándose a un lado de él y snufkin paró su música para mirar a su amigo con una sonrisa.

—bienvenido snufkin.— dijo moomin con una sonrisa.

Snufkin no dijo nada, solo mantenia la sonrisa como un agradecimiento y se quedo mirando su harmonica.

—es bueno regresar al valle moomin de nuevo en primavera...— dijo snufkin levantando su vista mientras veía algunas aves volando y cantando.

—y tambien es bueno verte de nuevo, ¿como te fue en tu viaje?— preguntó moomin curioso.

—mmm... Quizás te cuente después moomin, ¿que te parece si vamos a escalar las montañas para empezar el dia?— preguntó snufkin mientras se iba poniendo de pie y moomin miró contento a su amigo.

—¡sería genial!— exclamó moomin y ambos amigos empezaron a caminar hacia las montañas.

Habían estado algunos metros lejos de la casa moomin y sentían que alguien los estaban seguiendo, sabían quien era y snufkin detuvo su paso.

—pequeñita.. Se que estás escondiendote detrás de esa roca.— dijo snufkin sin voltear hacia atrás.

Y no se equivocó, salió pequeñita cruzada de brazos mirando mal a los dos.

—¡eso no te importa en donde esté snufkin!— exclamó pequeñita.

—pequeñita, ¿no estabas durmiendo?— preguntó moomin mirandola.

—tus ruidos me hicieron despertar de nuevo, ¿a donde iban?— preguntó pequeñita manteniendo sus brazos cruzados mirando a los dos.

—solo decidimos caminar un poco..—

—¡no es cierto! ¡Ustedes iban a una parte! ¡Siempre que se van a una aventura o algo se van sin decirle a nadie!— exclamó pequeñita casi alzando mas la voz.

A veces suelen irritarle un poco, pero deben fingir que no les importan sus gritos, además.. Es pequeñita, con ella no se le puede ocultar nada y si no la invitaban a uno de sus caminos, ella le iba a hablar a alguien mas como sniff o a esnorkita, pero con pequeñita nunca se le debe negar nada ya que se podria volver mas exigente. Snufkin suspiró y miró a pequeñita.

—íbamos de camino hacia las montañas para escalar un poco y ver el valle moomin, pensabamos que es un hermoso dia para ver todo a nuestro alrededor.— dijo snufkin mirando de lejos las montañas con una sonrisa.

Pequeñita solo bufó. —espero que esto valga la pena— dijo para luego empezar a caminar dejando atrás a los chicos para después estos dos sigan caminando pero detrás de pequeñita.

Después de una larga caminata a la colina, finalmente llegaron a la cima y el aire calido golpeó los rostros de los niños que snufkin fue quien disfrutó de la brisa y soltó un suspiro mirando el mar del valle moomin.

—todo se ve tan hermoso cuando es primavera...— dijo snufkin que parecía decírselo así mismo.

—si tu lo dices snufkin, todo se ve igual, no le veo la diferencia— dijo pequeñita mirando el lugar bastante aburrida.

—no digas eso pequeñita, de verdad todo se ve lindo, solo que tu lo ves de otra forma.— dijo moomin mirando el mar al igual que snufkin.

—como sea.. Yo mejor regreso a la casa moomin, esto de verdad es muy aburrido, pensé que harian algo divertido pero me equivoqué está vez.— dijo pequeñita y se levanta para luego retirarse de la montaña y dejando solos a snufkin y moomin, quienes parecían disfrutar de la vista.

Snufkin admiraba el mar mientras cada momento que el respiraba, el disfrutaba de ese golpe de aire. Era uno de los dias de primavera que el le gustaba pasar cuando llega y está con su mejor amigo. Ver todo el valle moomin en el primer dia de primavera era lo más hermoso que se pueda ver, no podria haber nada que pueda interrumpir ese momento de paz y tranquilidad.

Moomin pudo ver detrás que se podía ver su casa desde lejos y notó que habia humo, pero humo blanco, cuando mamámoomin cocina algo delicioso.

—hey snufkin, mamá debe estar cocinando ahora mismo, ¿no quieres venir a comer?— preguntó moomin hacia su amigo.

—me encantaría moomin... Pero no quiero ser una molestia en tu casa, además... Debo armar mi carpa para asi ir a pescar.— dijo snufkin mirando el mar.

—no eres una molestia snufkin, de verdad, sólo vendrás a comer y eso es todo, vamos...— insistió el troll albino.

Snufkin no podia decirle que no a su mejor amigo, también suele insistir mucho, pero cuando moomin le pide algo, el acepta.

—está bien moomin, iré a tu casa...— volteó snufkin para sonreírle y moomin le regresó la sonrisa.

Se quedaron en la montaña un rato y luego decidieron bajar para ir a la casa moomin a comer. Para no aburrir mucho el viaje, snufkin sacó su harmonica de su bolsillo y empezó a tocarla mientras seguía caminando, moomin solo lo escuchaba tan tranquilo mientras miraba el valle como la nieve se iba derritiendo y mostraba el pasto y las flores iban saliendo, incluso se llegaba a oir las ardillas y las aves, la música de la harmonica hacia que el ambiente fuera más tranquilo y agradable. Era lo mejor que se puede escuchar en todo el valle...

finalmente te encontré... [snufkin & Joxter] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora