¿por que es tan difícil...?

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Desde que dejé a snufkin en aquel canasto... No podía dejar de pensar en lo que hice, es como si nisiquiera lo haya pensado antes de abandonarlo... A veces quisiera volver al pasado y evitar ese abandono, pero... Lamentablemente eso nunca va a pasar.

No puedo dejar de pensar en aquella mirada... Ese rostro mostraba tanta tristeza y decepción, snufkin sabía que lo que hice es malo, pero yo no quería que esos malditos letreros te prohiban las cosas; esa ley nunca piensa por los demás que hacen lo que quieran, piensan por ellos mismos, no por la gente, eso lo detestaba...

Pero lo que mas detesto ahora... Es tener que ir y hablar con snufkin, cuando lo vi... No me podia creer que de verdad fuera él; snufkin está bastante bien, caminaba con total libertad en el bosque mientras tocaba su harmonica, el tocaba exactamente la misma canción que yo le solía cantar cuando el era pequeño, es bueno saber que aun lo recuerde, pero... Por lo que me había contado antes moomin... Dice que snufkin no recuerda quien se lo cantaba.

Estaba totalmente devastado... No tengo el valor para acercarme a mi hijo y decirle quien soy.

Soy incapaz, he tenido oportunidades para acercarme y contarle todo, pero en ves de eso... He preferido esconderme y vigilarlo, soy una sombra para él, soy un desconocido para él, es lo mas probable que nisiquiera me reconozca, pero si... No es por que no lo quiera ver; tengo miedo... Miedo a que me oide por lo que hice y que me deteste por dejarlo abandonado.

Pero... También sería una oportunidad para tratar de arreglar el problema y pasar el tiempo con él, como no lo estuve hace 17 años.

Aún así pensaba mucho las cosas y la situación en la que ahora está pasando, snufkin sabe que yo lo rescaté en esas dos ocasiones y ahora quiere saber de mi, pero no se si es por curiosidad, felicidad o enojo para verme. Ojalá no sea lo último, me doleria mas saber que me quiere ver solo para decirme el mal padre que fui por abandonarlo...

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Salí de mi carpa tayandome los ojos con una mano mientras que con la otra aun tenia la pipa encendido, me quedé mirando el fuego que aun seguia encendido y en eso... Estaba viendo un recuerdo... Era snufkin...

El siguiente recuerdo fue cuando snufkin llevaba algunos meses de nacido, yo lo tenía en brazos y estaba junto con mymble. Me sentía tan feliz en ese momento, qué aún no me podía creer que soy padre.

Snufkin estaba dormido en mis brazos, era tan pequeño y frágil... No lo quería soltar en ningún momento, por nada en la vida lo soltaba, ahora su vida dependía de mi y siempre juraba protegerlo.

Fue mi primera promesa rota...

Snufkin abrió sus ojos lentamente y soltó un pequeño bostezo, yo solo mantenía mi sonrisa mirandolo y dandole pequeños mimos en su rostro, su piel era muy suave y frágil, era como tocar el pétalo de una rosa... Snufkin solo se reía y me agarraba la mano de ves en cuando, incluso llegué a acercarme a su rostro y así pegar mi frente con la suya, podía sentir sus pequeñas manos tocar mi rostro y yo solo frotaba mi nariz con la suya.

En poco tiempo, snufkin volvió a dormir y cubrió su cara entre mi pecho, quería buscar calor y comodida. Era tan adorable ese momento que hizo que se me resbalara una lagrima, mymble al darse cuenta me la quito y me abrazó por detrás, apoyando su cabeza contra mi hombro y diciéndome lo tan adorable que me veía con mi hijo.

Yo estaba acostado en el sofá de la cabaña en la que viviamos mymble, snufkin y yo, estaba dormido y acostado como un felino. En eso apareció snufkin, que se trepó en el sofá para luego sentarse a un lado mío y me trataba de despertar, pero como yo no despertaba, él al parecer aprovechó y me quitó el sombrero que posaba en mi cara.

Le quedaba muy grande pero aun así se lo mantenía puesto, snufkin solo reía mientras trataba de acomodar el sombrero, pero solo se le caía y le cubría toda su cara. En eso me puse frente a él y le subí el sombrero mirandolo con una sonrisa.

—creo que este sombrero le pertenece a alguien, ¿no crees?— le dije manteniendo la sonrisa.

—quiero el sombrero de papí.— exclamó snufkin aun agarrando el sombrero.

—se que te gusta mucho ese sombrero snufkin, pero lo necesito, te prometo que te conseguiré uno para ti.— dije poniéndome de rodillas frente a snufkin.

—¿lo prometes?— me preguntó con una gran sonrisa en su rostro.

—te lo aseguro...— afirmé abriendo mi mano frente a snufkin y el puso su manita en la mia, como un sello de promesa.

Claro que... Eso nunca pasó... Y esa fue la segunda promesa que rompí con mi hijo....

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El fuego de la fogata se habia apagado poco tiempo después, como también me acabé el tabaco de mi pipa; me había quedado sentado un rato en el tronco mirando la leña quemada que exparsia un poco de humo blanco. Esos recuerdos me habían hecho llorar y de nuevo sentía ese nudo en la garganta, aun sentía culpa, culpa de haberlo dejado y no cumplir con mi promesa de que no lo abandonaría por nada y que lo protegería de cualquier cosa... Solo lo abandoné...

Pero... Tomé mi decisión...

Saqué el tabaco quemado de mi pipa y fui a desarmar mi carpa, echaba todas mis cosas a mi mochila de viaje y mantenía mi mirada seria.

Moomin tenía razón... Soy un cobarde, solo huyo de la ley y me burlo de ella. Soy un cobarde por no ir de una vez con mi hijo y decirle quien soy. Soy un cobarde de todo.

Al terminar, me puse la mochila y sin mirar atrás, empecé a caminar. No quería solucionar el problema, no aún, no de esta forma, no en éste momento...

finalmente te encontré... [snufkin & Joxter] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora