Ethereal | ʸᵒᵒⁿᵐⁱⁿ

O n e; first sight.

Corrí. Corrí. Corrí y corrí tanto como mis piernas me lo permitieron. En lo único que estaba pensando era en alejarme de la estación de trenes. De todos los guardas de seguridad que había a mi alrededor. Me sentía paranoico tener que mirar a todos lados porque sentía que todos me miraban. Bueno, si fuera más normal y no estuviera tan loco mirando a todos lados no me vería como un subnormal.

Suspiré con tranquilidad cuando por fin me alejé de la estación. Me acomodé mejor la gorra, con la visera cubriendo casi por completo mis ojos y el cubre boca negro igual. Hacía un frío horrible, pero era lo mejor que pude traer conmigo. Mi estómago comenzó a hacer ruidos extraños por el hambre que estaba comenzando a sentir. Suspiré mientras me metía en uno de los baños en el primer McDonald que encontré para contar bien el dinero que tenía.

—Bien, una hamburguesa no me vendría mal.

Luego de pedir mi hamburguesa sencilla me dediqué a buscar una banca en el parque más concurrido a esta hora. Lo escogí por el simple y sencillo hecho de que habían muchas parejas acostadas en el pasto, otras con sus hijos jugando y personas haciendo ejercicio. Un extraño comiendo una hamburguesa no levantaría sospechas. Miré mi móvil solo para saber la hora. Yo sabía a la perfección que mantener mi móvil era algo idiota, por eso, lo único que pude hacer fue dejarlo en modo avión, así nadie podría saber cuáles eran las últimas antenas en las que estuve cerca.

Comí con tranquilidad mi hamburguesa y una vez lleno, me levanté para buscar un motel barato o algo similar. Quería descansar y pensar bien lo que tenía que hacer. En algún momento el dinero que tenía conmigo se terminaría, debo conseguir un trabajo que no sea tan obvio y después ver qué... Mis pensamientos fueron interrumpidos cuando sentí que alguien chocaba conmigo.

—¡Cuidado! —abrí los ojos cuando sentí que alguien me gritaba —. Casi cruzas la calle con semáforo en rojo.

Abrí mi boca antes de darme cuenta de mi estupidez. Por poco y todo esto se iba a la mierda, Park.

—Muchas...

Mis palabras se quedaron atoradas en mi garganta cuando el sonido de unas sirenas se hicieron presente. Me tensé por completo cuando sentí que el chico que me tomaba de la muñeca para correr con él.

—¡Corre, hyung! —de pronto, otro chico se encontraba a nuestro lado corriendo también. Creo que no se había dado cuenta de que yo me encontraba aquí, ¡corriendo con dos chicos que no conozco y que huyen de la policía! ¡Oh, por Dios, estoy corriendo contra la policía! Si me atrapan, estoy jodido.

Corrimos unas cuantas cuadras más hasta que llegamos a un callejón, nuestras respiraciones era lo único que se escuchaba. El segundo chico, comenzó a reírse solo.

—Se han ido —anunció, al volverse se me quedó viendo. Era alto, tenía puesta una linda chaqueta azul y el cabello castaño peinado hacia abajo —. ¿Quién eres tú?

—Un tonto que estaba por cruzar la calle sin fijarse a los lados —explicó el alto y moreno, al que según le debo la vida —. Enserio, ¿nunca te enseñaron a mirar a ambos lados antes de cruzar?

Bufé mientras me acomodaba el abrigo. —Sí lo hicieron, iba distraído.

El moreno alzó una ceja como dándome a entender que ya se había dado cuenta. Hice una fina línea con mis labios, me quería ir ya. Quería encontrar un motel y dormir unas cuantas horas.

—Aun no te vayas, nos meterás en problemas —el chico con la voz gruesa habló, después me sonrió de manera cálida —. Soy V, por cierto.

¿Decirles mi nombre? Ni loco.