La cercanía

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Llega la madrugada

y aunque esté entre sábanas abrigada

puedo sentir la fría de tu ausencia inesperada

el silencio atormente a mi ser

y los recuerdos del ayer,

aquel ayer en que tenía tu querer.

Las horas siguen pasando

y los recuerdos siguen llegando

mientras a Dios le voy rezando

para que te regrese aquí, conmigo

le imploro porque ya termine con este castigo

que de a poco va acabando conmigo.

Tú me hacías sentir querida,

valorada

y hasta suertuda

en aquellos tiempos en los que te tenía

y como a nadie me querías

porque decías «tú eres mía».

Pero, ahora que ya no estás

sin saberlo entre recuerdos me matas

y la vida me arrebatas

tú me has dado tanto y me lo has arrebatado todo

sé que también eres culpable de algún modo

pero por favor conmigo ya no seas tan rudo.

Te juro que yo daría todas mis posesiones

y hasta la vida porque aunque sea una noche regreses

y entre el edredón que una vez fue testigo de nuestro amor junto a mi te acurruques

que abraces mi cinturita,

que me eches la patita

mientras mi voz una poesía recita. 

Mas yo tengo claro que todo esto es imposible porque has encontrado a otra mujer

de hecho, una más bella y que no ha hecho a tu corazón doler

mucho menos ha hecho estribos con tú ser

debo de conformarme admirándote desde la lejanía

anhelando la cercanía

que una vez tuve y hoy recuerdo con melancolía.

LetalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora