DAY 4: SLEEPOVER

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Al llegar a casa, después de un día agotador y estresante con la preparatoria y el entrenamiento de vóleibol, Kenma sólo tenía ganas de echarse en la cama y jugar con su preciada nintendo switch. Seguramente hoy estrenaría el nuevo juego que se compró la semana pasada, la segunda parte de HQ! Final Quest. Esperaba que fuese igual de entretenido que la primera parte.

Al llegar a su habitación, deja la mochila sobre el escritorio y empieza a buscar por los cajones del mueble. Al cerrar el último, Kenma no puede evitar arrugar la nariz. Él recuerda comprar el juego y, para evitar la tentación de empezarlo inmediatamente, lo escondió en alguno de los cajones. Pero se ve que lo hizo demasiado bien si ahora no lo encuentra. Al dar una ojeada por la habitación, recuerda que al cabo de dos días lo trasladó a los cajones de debajo de la cama, concretamente debajo de los libros del año pasado. Y efectivamente, allí está: el paquete con el envoltorio de plástico intacto y la tapa con la imagen del protagonista pelirrojo levantando la espada y su compañero arquero de cabellos negros a su espalda. Sin poder evitar la sonrisa de emoción, Kenma coge el paquete para dejar al descubierto un libro de tapas duras y desgastadas titulado "Mi primer libro científico". Alzando una ceja, Kenma lo coge y lo hojea, encontrando extraño que él tuviera este tipo de libro. Tampoco recuerda que lo pidiese en algún momento pero, teniendo en cuenta que muchas veces no recordaba que había comido el día anterior, tampoco le sorprendía demasiado. Al llegar en un capitulo concreto, lo asalta un recuerdo de cuando iba a tercero de primaria y Kuroo le enseño el libro emocionado. Realmente la curiosidad por las ciencias le viene de lejos, igual que la pasión de Kenma por los videojuegos. Dejando el libro sobre el escritorio, a la vista para devolverle a su propietario legítimo, Kenma se estira en la cama y empieza una nueva partida del juego.

El temporizador de la pantalla de guardado le avisa que lleva seis horas y veinte minutos jugando cuando escucha un trueno lejano y el sonido de la lluvia impactando contra la ventana, primero suave para, al cabo de pocos segundos, transformarse en una lluvia torrencial. El teñido se levanta y al ver la luz encendida en la casa de su compañero, suspira al tiempo que sale de su habitación.

Por culpa de la lluvia que caía en el exterior, Kenma y Kuroo estaban en la habitación del primero jugando con la PlayStation. De repente, un resplandor inesperado seguido por un trueno sobresalta al menor que mira por la ventana, descubriendo la tormenta.

- No pasa nada, Kenma, sólo es una tormenta.

- Ya...

- Sólo son descargas eléctricas entre el cielo y la tierra... Como si se estuvieran peleando. Y entonces el aire se calienta y hace ruido, quizá es su forma de decir que le dejen en paz.

- ¿Cómo lo sabes?

- Le leí en un libro. Te lo tengo que enseñar, ¡es muy guay! Se llama "Mi primer libro científico" y te explica por qué pasan las cosas. También leí que el nombre real del tifón es ciclón tropical, pero según el sitio se llama diferente. Por ejemplo, en América lo llaman huracán y en el Océano Indico y sud del Pacifico ciclones. Aunque también usan adjetivos según las islas.

- Kuroo...

- ¿Sabías que si las gotas de agua, que ahora caen, atraviesan una zona del cielo lo suficientemente fría durante un tiempo suficiente, se congelan y caen en forma de piedra o granizo? La diferencia es por el tamaño, según lo que entendí, lo cual me parece estúpido, así que supongo que debe de haber algo más.

- Kuroo.

- En cambio, la nieve, que yo creía que era lluvia congelada, es vapor de agua congelado. No lo hubiese dicho nunca... ¿Sabías que hay excursionistas que se han perdido en medio de las tormentas de nieve? Algunos dicen que puede llegar a marear porque la nieve, al ser movida por el aire, puede ir en todas direcciones y al final, no sabes dónde está el cielo, la tierra o la derecha y la izquierda.

El nuevo resplandor del relámpago con el trueno simultaneo, vuelven a sobresaltar a Kenma que se aferra a la mano de Kuroo. Viendo a su amigo temblando, Kuroo añade:

- ¡Se lo que tenemos que hacer!

Y sin soltar la mano de su amigo, Kuroo baja la persiana, desconecta la consola y coloca una grabación de un partido. Después de subir el volumen considerablemente, Kuroo los cubre con una manta.

- Venga, vamos a mirar el partido.

Perdido en sus pensamientos, Kenma se encuentra de pie en medio del recibidor de la casa de su pareja con los zapatos y el dobladillo de los pantalones empapados y el paraguas chorreando. Notando la casa silenciosa y con las luces apagadas, Kenma recuerda que la familia de Kuroo estaba de viaje durante unos días. Al subir las escaleras y abrir la puerta de la habitación de su pareja, Kenma alza una ceja ante la escena que se le presenta.

Kuroo, cubierto por una gruesa manta y sentado en la silla reclinable ante el escritorio, intentaba concentrarse en la libreta que tenía delante. La habitación estaba iluminada por la luz del techo así como por las lamparillas de la mesilla de noche y del escritorio. Acercándose, al bulto que representaba a su novio, Kenma oye la música proveniente de los auriculares que cuelgan de las orejas del mayor al tiempo que este susurra:

- Son descargas eléctricas... Descargas eléctricas... Sólo son descargas eléctricas...

Intentando no asustarlo más de lo necesario, Kenma se pone al lado del mayor, que al verlo, parpadea sorprendido.

- ¿Kenma?

- Sí, soy yo.

- ¿Qué haces aquí?

- Eso te lo tendría que preguntar yo. Son las tres de la madrugada...

- Oh... N-no me había dado cuenta... -responde el mayor mostrando una media sonrisa nerviosa, muy distante de su sonrisa altiva habitual.

- Ya... ¿Y no crees que deberías cerrar la luz e ir a dormir?

- Es que... Mañana tengo un examen... Y quería repasar... Ya sabes, tengo que mantener una dignidad... -finaliza con una risa nerviosa.

- Mentiroso, el examen es pasado mañana. Venga, vamos a dormir. –ordena Kenma cerrando la luz del escritorio.

- E-espera, n-no... -un trueno ensordecedor hace vibrar las paredes, provocando que Kuroo se sobresalte sin poder terminar la frase.

- A la cama.

Sosteniendo las manos del contrario, Kenma baja la persiana y apaga la luz del techo para finalmente, estirarse en la cama. Sin esperar ni un segundo, Kuroo abraza al menor con fuerza, igual que un náufrago se aferra a un bote salvavidas. El silencio entre los dos se ve interrumpido por los sucesivos truenos, provocando que Kuroo aumente la fuerza de su abrazo.

- H-hey, K-Kenma, ¿lo sabías? El código genético es universal, es decir, lo compartimos con todos los seres vivos, incluidas las bacterias. Aunque he leído que algunos tripletes no son codificadas en ciertas bacterias y protozoos. Los dos son unicelulares pero no son lo mismo. Las baterías son procariotas mientras que los protozoos son eucariotas, igual que nuestras células.

- Kuroo...

- Es como se dividen los tipos de células. Básicamente la diferencia es que las eucariotas tienen una membrana nuclear que separa el ADN del resto del citoplasma, además de algunos orgánulos como el aparato de Golgi, el retículo endoplasmatico y, en el caso de las plantas, los cloroplastos. Y dentro del núcleo tienen cromatina. En cambio, las procariotas no tienen estos orgánulos tan especializados ni membrana nuclear, de modo que el material genético esta libre por el citoplasma. Ah, pero los dos tipos tienen ribosomas, donde se hace la síntesis de proteínas, aunque son diferentes en composición. A parte,...

- Kuroo.

- ¿Qué?

- Kuroo, tranquilo. No pasa nada, estoy aquí. –afirma Kenma mientras le pone una oreja sobre su pecho y empieza a acariciarle los cabellos. ¿Lo ves? Estoy a tu lado. Duerme tranquilo.

Poco a poco, la fuerza del abrazo va disminuyendo hasta que, por la respiración pausada Kenma sabe que Kuroo ha caído dormido. Dejando un beso en la frente, Kenma cierra los ojos sin dejar de acariciar los cabellos negros del contrario.

- Sólo son descargas eléctricas entre el cielo y la tierra...

KuroKen week 2019Where stories live. Discover now