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La tercera vez que sucedió, marcó el comienzo de... algo.
Ha pasado una semana desde la última interacción entre Mary y DJ Riri, y casi todos dentro del grupo de amigos de la rubia saben que ella era la infame mejor amiga en KK Radio.
Afortunadamente, no se lo dijeron a nadie más, especialmente desde que algunos de los oyentes leales de KK Radio han comenzado a perseguir a Saotome.
Pero no fueron los únicos.
Durante los últimos días, Mary ha hecho de su misión buscar a DJ Riri. Ella intentó encontrar a alguien llamada 'Riri' o algo parecido en la lista de miembros de KK Radio, pero se quedó corta. El hecho de que nadie parezca saber exactamente quién es DJ Riri hace que todo sea aún más impreciso en la opinión de Saotome.
Sus amigas ya intentaron varias veces detener ésta –en sus palabras– obsesión suya, pero Mary se niega a detenerse hasta que la literal voz del mal sea derrotada. Incluso llegó al punto de tratar de involucrar a los profesores en su causa, pero o bien la cerraron cortésmente la puerta o se rieron de ella.
Quién quiera que sea ésta DJ Riri, suena muy poderosa.
Pero nada disuadirá a Mary Saotome de su objetivo.
Así que en el momento en que termina su última clase del día, ella camina, más bien corre, a su dormitorio para escuchar KK Radio, específicamente el segmento de DJ Riri. Mary piensa que la mejor manera de reunir información sobre DJ Riri es escuchándola, porque tarde o temprano dirá algo que pueda usar en su contra, o al menos eso es lo que se dice a sí misma.
─Así que, una familia con seis hijos y un perro grande y ruidoso se mudó al apartamento de al lado y son increíblemente irritantes.
─Oh no.
─Dejan la puerta abierta mientras sus hijos gritan. Y los niños suben y bajan las escaleras y dejan su basura por todas partes. Y de acuerdo, simpatizo con los padres, pero me gustaría que al menos tratasen de controlar los ruidos de su perro y de sus hijos. Especialmente ahora que se acercan los exámenes y no puedo concentrarme.
─¿Cómo sigues vivo?
La persona que llama se ríe. ─¿Verdad?
─¿Has hablado con tu casero?
─Sí, pero en realidad no le importa.
─Ya veo. Bien, esto es lo que hará; lanza un par de bombas fétidas en el pasillo regularmente. Eso les enseñará cómo mantener sus puertas cerradas y los niños no podrán correr por el pasillo. Las bombas apestosas son bastante baratas cuando las compras en línea, así que no te preocupes. También tienes que rellenar la parte inferior de la puerta con toallas gruesas para evitar que el olor llegue a tu apartamento, pero te prometo que vale la pena. ¡Gracias por llamar!
Bombas apestosas...
Por supuesto, carajo.
Saotome prácticamente ya tiene memorizado el número de la radio y marca a toda velocidad. Siquiera dejó que DJ Riri la saludase, Mary inmediatamente procedió a lo que quería decir.
─¡No! No, no, no, n-
─Oh dios, eres tú otra vez. Ha pasado un tiempo! El programa ya se estaba perdiendo tus cínicas despotricaciones.
─Alguien lanzó una bomba de olor en nuestro edificio hace un par de años, y no pudimos sacar el olor durante al menos seis horas. ─ Continúa la rubia.
─Suenan como seis horas de paz y tranquilidad para mí.
─Dios mío, no puedo creerlo. ─ Se queja Saotome.
─¿Qué sugieres, entonces?
─Haz una carta falsa que parezca que era del casero y que diga algo como; "Por favor, absténgase de hacer ruidos bla bla bla bla" y haz que parezca oficial
─Dudo que eso funcione. Creo que entonces debería hacer más ruidos que ese perros y esos niños, así sabrán lo que es tener que soportar ruidos molestos.
─Sé que he insinuado esto mucho, pero tus consejos apestan, Riri.
DJ Riri se ríe. ─¿Ahora nos llamamos por nuestros nombres? Eso es un poco injusto, ¿No crees? Todavía no sé tu nombre.
Mary pone los ojos en blanco. ─Es curioso cómo crees que me importa.
─Oh, creo que te importa. Mi gente me dijo que alguien ha estado preguntando por mí en el campus. No sabía que estabas tan interesada.
Están sobre mí, pensó Saotome. Sabía que debería haber sido más cuidadosa. ─Creo que me confundes con tus estúpidos seguidores. Para tu información, no tengo el más mínimo interés en ti. ─ Niega.
─Está bien, sólo decía. Pero si tienes tantas ganas de conocerme, siempre puedes venir al estudio. Tal vez puedas criticar mis consejos en persona.
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