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Tony sonrió travieso al bajar de su lujoso auto, hace dos semanas su mejor amiga Pepper le había puesto a dieta pues ella decía que tanta azúcar no podía hacerle bien, pero que podía saber ella... bueno era doctora pero no era doctora en azúcar, no? Ella era especialista en fertilidad, como quiera que fuera Pepper le había puesto a dieta de comida chatarra.
Pero era miércoles y los miércoles Tony podía comer lo que quisiera de acuerdo al trato final que había tenido con ella. Así que ahí estaba frente al supermercado dispuesto a llenarse los bolsillos de golosinas y comida chatarra. Tanta como pudiese comer ese día.
Tony Stark a sus casi 38 años era un genio y empresario multimillonario que dedicaba su vida a idear y crear nuevas formas de reducir el impacto de la contaminación en el medio ambiente. Su padre le había dejado una fortuna enorme al morir. Herencia que Tony había sabido administrar y amasar hasta obtener mejores resultados. Hoy su planta de energía sustentable era la que proveía a prácticamente a todo Nueva York de electricidad. Después de iluminar la gran manzana habían seguido otras grandes ciudades como Chicago y San Francisco, así había sido como Tony se había convertido en menos de 10 años en uno de los alfas más ricos e influyentes de todo el país.
Pero eso no era algo que hubiese cambiado mucho su carácter divertido y amable, en su círculo cercano Tony seguía siendo ese Niño genio al que podías sobornar con una tableta de chocolate o una dona glaseada. Justo como las que ahora mismo estaba poniendo en su carrito de compras.
Suspiro alegre paseándose por los pasillos hasta que su nariz detectó el suave aroma... era apenas una nota en el aire pero fue suficiente para atrapar al moreno. Como un canino con la nariz alerta siguió el delgado hilo aromático hasta llegar al pasillo de conservas, en el solamente había una persona... un omega rubio y menudito que parecía tener un conflicto frente al estante de las aceitunas.
El aroma era... suave, dulce e increíblemente especial, Tony jamás había olido algo parecido sin embargo tan pronto como llegó a la fuente el aroma se evaporo por completo dejando el ambiente a su alrededor tan plano como antes y por un par de segundos Tony se quedo congelado en el principio del pasillo sin saber muy bien como reaccionar.
Steve quien había caminado por los pasillos del supermercado dispuesto a hacer las compras había descubierto que hacer una tarea tan simple en ese estado era una odisea pues cada nuevo pasillo representaba una nueva oleada de antojos o ascos. Ya habían pasado 6 semanas desde el gran día y ahora estaba parado frente al estante de aceitunas intentando decidir cuál de todos esos frascos contendría las más deliciosas y jugosas aceitunas, aunque a su paladar se le antojaban todas, sabía que tenía que elegir solo un frasco, "solo uno Steve" se regaño mentalmente haciendo un mohín de descontento, aún no podía terminar de adaptarse a todos los cambios que estaban sucediendo.
-Yo me llevaría estas... - una mano de dedos largos y perfectamente bronceados por el sol se estiró para tomar un frasco pequeño de aceitunas de un verde algo más vibrante que el resto, el hombre junto a él le sonrió al ofrecérselo.
-estás son Del Valle de Napa... y sin duda son deliciosas-
Fue inevitable que las mejillas de Steve se colorearan al percibir el aroma del alfa junto a el y el rubio sin darse cuenta acomodó su suéter para asegurarse de que el gafete estuviese bien escondido bajo la tela, lo había ocultado para poder entrar al supermercado sin el peso de las horribles miradas sobre él, era tonto pero fue como si algo en su interior hiciera click e intentar agradar al hombre frente a él fuese un instinto. El embarazo aún no era notorio y no había chance alguno que el alfa pudiese saberlo así que Steve simplemente le sonrió de vuelta con agradecimiento y tomó el frasco de aceitunas que este le ofrecía.
-Nunca he comido aceitunas y no sabía cuales elegir, gracias-
Él le sonrió en entendimiento y Steve pudo sentir su propio corazón ir más rápido al ver esa sonrisa de labios carnosos y perfectos dientes blancos como perlas.
-Descubrirás que además de ser deliciosas son también muy buenas para la salud.-
Steve leyó la etiqueta en el frasco y fue fácil memorizar de inmediato el nombre de la aceitunas.
-Gracias por la recomendación-
Acto seguido añadió el frasco a su carrito de compras y luego extendió una mano hacia el hombre como saludó.
-Soy Steve... Steve Rogers-
-mucho gusto Steve, yo soy Tony, Tony Stark-
Él le guiñó un ojo antes de estrechar la pequeña mano que se le ofrecía y el rubio no pudo evitar regalarle una pequeña sonrisa de vuelta, sonrisa que se congeló en una mueca cuando la sensación eléctrica en sus dedos al rozar por primera vez la piel del contrario se expandió como la pólvora por todo su brazo y luego todo su cuerpo. La sensación que dejó era cálida y ciertamente agradable pero también era algo completamente inesperado que dejó al rubio en shock.
Su respiración se congeló por un par de segundos pero de inmediato tiró de su mano y asustado retrocedió un par de pasos viendo al alfa con los ojos azules abiertos como platos por la sorpresa.
Tony por su parte al igual que Steve lucia en shock, sabía por esa sensación que... ese chico era el "correcto" pero ahora el rubio no olía a absolutamente nada... ¿era un beta? Quizá su nariz le había engañado hacía unos minutos... pero, ¿como podía ser un simple beta su destinado? ¿Que clase de broma era esa?
Aún más asustado al ver la mueca de claro rechazo en el rostro del moreno Steve se olvidó por completo de las compras para poner pies en polvorosa y salir de ahí. Su muñeca ardía como si se acabara de hacer una quemadura y el rubio sabía bien el motivo.
Pero lo ignoro hasta que pudo salir de la tienda y asegurarse de poner distancia entre el mismo y Tony Stark. Veinte minutos después con la respiración agitada y el corazón golpeando su pecho con la fuerza de un tambor en pleno carnaval descubrió su muñeca con cierto temor solo para encontrarse con las letras negras de una marca aún enrojecida que sabía jamás se borraría. En su muñeca se podía leer un muy claro "Tony Stark" y solo bastó dar un vistazo para que todo en el rubio se derrumbase por completo.
Esa tarde el rubio lloro en silencio acurrucado en el sofá de su pequeño departamento pues todos sus miedos y anhelos se acaban de hacer realidad, en el peor momento y de la peor forma.
Tony por su parte se había quedado clavado en su sitio sin poder procesar lo que acababa de pasar... su naturaleza le habría empujado para ir tras su pareja si esta fuese un omega, completamente atraído por las hormonas que habría soltado al reconocerle como su pareja pero la realidad era otra... y su instinto ni siquiera picaba un poco por seguir a Steve.
Ofuscado gruñó su molestia al sentir el ardor en su muñeca y la indignación le inundó por completo cuando descubrió el nombre de "Steve Rogers" ahora tatuado en su piel. No es que tuviese algo con esas uniones "raras" que últimamente estaban muy de moda, pero él era Tony Stark un Alfa prime que se suponía debería estar destinado a un omega prime... o al menos a un omega por Dios!
Después de eso había abandonado el supermercado para irse a refugiar a su laboratorio intentando de alguna forma olvidar lo que a acababa de suceder.
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😅 opa! Aquí está ya el segundo capítulo.
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Jupiter
FanfictionSteve toma la decisión de prestar su cuerpo y vida para darle una familia a una pareja de alfas.. jamás se imagino el giro que tomaría su vida en el momento en que menos lo imagino.