Narra Emily*
Llegamos a casa de Ryan, es una casa hermosa. Ya había estado aqui antes incluso había vivido aqui y volver a hacerlo la hace ver aun más hermosa.
—Bueno ya que no fuimos al cine, ¿Poqué no vemos una pelicula aqui?-Ryan pregunta y me regala una sonrisa torcida.
—¡Genial!-Me emociono- Oye, gracia por todo lo que haces por mi.-Le agradezco antes de ir a la cocina- Nose que hubiera pasado si no hubieras llegado a mi casa.
—Olvidate de eso, no paso nada y eso es lo que importa. Además sabes que te quiero y por eso te cuido.-Sonríe y mete sus manos en su pantalón como si estuviera nervioso.
Sonrio—Gracias otra vez.-Esta vez me giro y camino a la cocina.
—¡Yo pondre la pelicula!-Grita Ryan dirigiendose la sala.
Tardo un poco en encontrar la bolsa de palomitas en la alacena, pareciera que Ryan esta peleado con el orden. Cuando al fin encontre las encontré las meti en el microondas y presione unos cuantos botones. Tomo un poco de agua mientras espero a que esten listas. Justo cuando el microondas emite un sonido para avisar que ya todo estaba listo, senti un para de manos en mis hombros. Ryan estaba masajeando la parte tracera de mi cuello. El chico se acerca y deposita un beso.
—¿Qué haces?-¿Qué le pasa? ¿Porqué hace esto?
—Dejate llevar.-Contesta. Vuelve sus labios a mi piel, me estremesco.
-No Ryan, no quiero.-Suplique.
—¿Porqué me rechazas?-Esta molesto puedo verlo en su expresión.
—Estoy arta de esto, cansada de tener sexo. ¿No lo entiendes?
Jamás he estado con Ryan, no le he permitido siquiera besarme. Nunca lo he visto como algo más que un amigo.
—Tú lo has dicho. ¡Arta de tener sexo! Pero, ¿Alguna vez te han hecho el amor?
—¿No se supone que para hacer el amor los dos debemos estar enamorados? Porque este no es el caso. -Me atrevo a decir. Mis palabras son frias, se que le duele escucharme hablar asi pero él tambien me habia hecho sentir mal, es verdad, nunca he hecho el amor siempre todo fue por "trabajo" y no por placer.