Entre a la ducha y vi las marcas en mi cuerpo. Siempre atiendo a los clientes más locos, tengo marcas por todo mi cuerpo. Ya no duelen fisicamente pero psicologicamente creo que jamás dejaran de doler. Termino mi ducha y me visto rapido, es sólo un atuendo comodo para ir al cine con Ryan, mi mejor amigo. Él siempre a estado conmigo, desde que perdi a mis padres, él me dio un techo y cariño, que era lo que más necesitaba en ese momento. Él se me ha declarado ya varias veces pero no puedo verlo de esa manera,es un buen chico pero es como mi hermano.
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—Hola, no eres de por aqui, ¿Cierto?-Un chico rubio se diria a mi, estaba sentado solo en una banqueta.
—Hola, no lo soy.-Mire sus ojos color cafe—No sabía a donde ir.- Me detengo.
—¿Estas bien?-Se pone de pie y se me acerca despacio.
—No lo estoy.-Rompo en llanto y el chico me mira extrañado. Ya no podia aguantar más, necesitaba llorar.
—¿Qué pasa?-Lo miro dudosa—Puedes confiar en mi, mi nombre es Ryan.
—M-mi nombre es E-emily.-Tartamudeo. Se que no debo confiar en él pero en verdad ya no tengo nada que perder.
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Esa tarde además de conocerlo a él, conocí a Chaz, un tipo de unos 20 años que más tarde se convertiría en mi proxeneta. Mis padres habían muerto y yo acepté entrar a un mundo que me atormentaria. Donde habria nuevas experiencias y repentinas para una adolescente. Recuerdo que después de un tiempo quise dejar el trabajo sucio pero no podía ¿Quién le daria trabajo a una niña de 15 años? ¿A dónde iria? No seria una carga para Ryan bastante tenia él con sus problemas. No tengo familia, ni amigos sólo a Ryan. De algo tengo que vivir.
Termino de amarrar mi cabello en una coleta cuando escucho que tocan a la puerta. Supongo ques Ryan asi que camino a abrirle.
—Hola guapo.-Saludo aún sin ver quien esta del otro lado.
—Hola nena.-Definitivamente no era Ryan. Es un tipo, un viejo cliente. Esta ebrio, nose como demonios me encontro, no acostumbro dar información personal.
—¿Qué haces aqui? ¿Quién te dijo donde encontrarme?-Empiezo a asustarme.
—¿Eso qué importa?, quiero tus servicios pequeña zorra.
—No me llames así idiota.-Trato de cerrar la puerta pero él es más fuerte que yo —Alejate de mí.-Le pido cuando a entrado por completo al departamento.
—¡Tú aras lo que yo te diga!-Cada vez se acerca más a mí, me sujeta de los hombros y me lanza al suelo. Se inclina hacia mí. Tengo miedo.
—¡Por favor no me hagas nada!-Digo sollozando pero el tipo me da una bofetada.
Narra Ryan*
Me encuentro en el pasillo, busco el número 43 del departamento de Emily. Quiero verla de nuevo. Encuentro el departamento, hace mucho que no vengo aqui. Emily vivio poco tiempo en mi casa después de que sus padres murieran, ella debia quedarse conmigo, pero siempre tan terca. Quiso irse. La puerta esta abierta, entro y escucho gritos, es Emily. No esta sola, hay un hombre con ella. Él tipo trata de besarla, Emily forsegea. Quiere alejarse de él, pero él esta muy ocupado tratando de quitarle la ropa. No hace caso de los gritos de Emily. Estoy muy enojado, Emily no merece esto.
Emily se gira hacia donde estoy, pongo mi dedo índice en mis labios en señal de silencio. Me acerco despacio hata el tipo que esta de espaldas, lo empujo y cae completamente al suelo. Pateo su estomago con fuerza, estoy furioso, debería matarlo. Emily se levanta pronto, esta asustada y llora inconsolablemente. La abrazo.
—Todo esta bien, ya paso.
—Idiota.-Dice el hombre desde el suelo tratando de levantarse.
—Que bueno que llegaste.-Ahoga un sollozo.
—Toma tus cosas.-Le ordeno-Nos vamos a casa.
No dejo que Emily hable. Levanto al hombre del suelo y lo llevo a la puerta.