capitulo _05

9.7K 315 1
                                    

Capítulo 5

El verano pasó rápido. Es impresionante como el tiempo puede ser tan relativo, como puede parecer una eternidad cuando esperas con ansias algo, y como este se va de rápido una vez que llega.

Después del incidente en la playa, había vuelto en el auto de mis padres, no he vuelto a hablar con Matt, él va seguido a casa pero no pasa de la puerta, ya que va siempre a recoger a Joseph para salir con sus amiguitas. Bonnie viajó con sus padres a Florida, dejándome completamente sola, bueno, no es que me moleste, simplemente la echaré de menos, aunque jamás se lo diga.

¿Mi verano? tomar fotografías, comer, dormir y hacer skate. Nada fuera de lo normal. Mañana comenzaríamos el curso de nuevo, último año, me sentía emocionada pero a la ves asustada, ¿Qué vendría el año que viene?, ¿Qué sorpresas me esperan este nuevo semestre?, no lo sé, pero hay algo que si se y es que al terminar el curso, me iré de aquí.

–Kris– llama mi mamá desde el primer piso de la casa –Baja a cenar–.

Dejé mi computadora en la cama y la cierro, bajo de esta y bajo al comedor.

–Ya estoy aquí– digo a mamá una vez que estoy abajo.

Ella sale de la cocina con una sonrisa y me sirve mi cena, hot dogs.

–No me ayudas con la dieta mamá– me quejé en un puchero.

Ella se encogió de hombros.

–Siempre puedes darle tu comida a Joseph– contestó mientras se sentaba en su silla.

–Jamás dije que no quisiera– dije rodando los ojos y dando un mordisco a mi hot dog –Está delicioso ma–.

Mamá siempre preparaba los mejores platos, en Blackwater era reconocida por eso, y también por su excelente trabajo en el centro de salud.

Ella asintió con una sonrisa.

– ¿Dónde están papá y Joseph por cierto?– pregunté tomando mi jugo.

Ella terminó de tragar y respondió.

–Tu padre está con el señor Thompson ayudándolo con su discurso de mañana, recuerda que ya mañana los estudiantes de la secundaria regresarán a clases y él quería darles uno de sus “discursos motivacionales” a los de último año, ya sabes– dijo mientras hacía un ademan con sus manos.

Asentí entendiendo, el señor Thompson podía ser una excelente excusa para perder clases, por eso me caía tan bien.

– ¿Y Joseph? – Pregunté dando otra mordida.

–Salió con Matt, el hijo de los Trevino– contestó simple –Se han vuelto muy amigos–.

Rodé los ojos.

–No me lo recuerdes– murmuré algo fastidiada, Joseph en las cenas últimas no hacía nada más que contar anécdotas tontas de cosas que le pasaban a él y a Matt, no lo puedo negar, eran graciosas, pero a me fastidiaba que Matt siempre fuera el tema de conversación.

Terminé de comer y me levanté con los platos, los llevé a la cocina y los lavé.

–Hija me iré a dormir, mañana tengo turno temprano– dijo mi madre recostada en la entrada de la cocina –No te duermas hasta que llegue tu hermano, si ves que llega muy tarde no importa, lo dejas fuera por desobediente– reí.

–Adiós mami descansa– dije dándole un abrazo.

–Igual hija, te amo–.

Con eso mamá subió las escaleras y sentí la puerta de su habitación cerrarse mientras que la principal se habría, era papá.

–Hola cariño– dijo papá al verme con un vaso en la entrada de la cocina.

–Hola– saludé sin muchas ganas, estaba cansada y solo quería dormir, había estado haciendo skate toda la mañana.

–Luces agotada– me dijo mientras entraba en la cocina y se servía jugo.

–Lo estoy– dije más para mí que para él.

Salí de ahí y subí a mi habitación, me cambié la ropa por un pantalón de chándal y un blusón grande, recogí mi cabello en una cola desordenada, lave mi cara y tomé mis cobijas y bajé a la sala. Papá ya había subido a su habitación, seguro también estaba cansado.

Entré en la sala y encendí la televisión, me acomodé en el gran sofá en L de la sala y estuve viendo una maratón de como conocí a tu madre casi por cuatro horas. Me quedé finalmente dormida hasta que sentí las luces de un auto afuera.

Lentamente me senté en el mueble y froté mis ojos que pesaban más que mil toneladas en ese momento. Arropada por las cobijas fui hasta la puerta principal y abrí dejando entrar el viento helado de la noche.

–Hola pequeña– dijo Joseph una vez que me vio.

–Hola– dije en un murmuro, él se despidió con su mano de un auto que estaba aparcado esperando en la acera y este se fue.

– ¿Trevino? – pregunte, Joseph asintió.

–No sé cómo te cae mal, el tipo es genial– dijo entrando en casa, rodé los ojos.

–Sí, sí lo que digas– respondí bostezando.

–Me iré a dormir– avisó subiendo las escaleras –Hasta mañana hermanita–.

–Sí, sí adiós– dije adormilada.

Yo todavía tenía que arreglar la sala, el sofá había una quedado desordenado después de mi siesta, una vez había terminado de organizarlo, sentí que tocaban la puerta, dudé un poco en abrir, pero luego al ver por el vidrio de al lado de la puerta, pude notar de quien se trataba, abrí despacio la puerta, aún arropada por las mantas.

– ¿Qué quieres? – dije cortante.

–Te vez tan tierna– dijo Matt divertido.

Rodé los ojos.

– ¿Qué quieres? – volví a repetir una vez más, con más cuidado y más lento para que supiera que no me agradaba su presencia.

–Tu hermano olvidó esto en mi auto– dijo tendiéndome un celular, el celular de Joseph.

–Hay pero será burro el otro– pensé en voz alta mientras recibía el aparato –Bien adiós, le diré que te envié una carta de agradecimiento– sonreí sarcásticamente e iba acerrar la puerta en su cara pero él la trancó con su pie.

–Eres muy maleducada ¿Sabías?– dijo cuando abrió de nuevo por completo toda la puerta.

–Sí, ya me lo han dicho– dije encogiéndome de hombros –Ahora si me Disculpas–.

Volví a intentar cerrar la puerta pero era imposible, solté un bufido, frustrada ¡QUERÍA DORMIR Y ESTE CABEZA DE CHORLITO NO ME DEJABA!

– ¡¿QUÉ DEMONIOS QUIERES TREVINO?! – dije ya exasperada.

Mi estúpido vecino*cancelada*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora