Capitulo _12

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- ¿Qué haces? - pregunté curiosa.
-Busco algo-.
Rodé los ojos.
-Eso lo sé- dije obvia - ¿Qué buscas? -.
El sonrío y dejó de buscar, al parecer había encontrado lo que buscaba.
-Esto- dijo sacando un hermoso dije de oro en forma de una gota de agua, pero con una forma como si algo le faltara, un pedazo sin pegar.
-Es hermoso- dije en un susurro tomando el dije en mis manos.
-Lo es- dijo con una sonrisa -Era de mi abuela, mi abuelo se lo regaló cuando se dio cuenta de que ella era el amor de su vida, me lo regaló hace poco, lo tengo guardado desde entonces, espero hacer lo mismo que mi abuelo algún día- dijo nostálgico.
Aparté la mirada del hermoso dije y le vi a la cara, su rostro parecía decaído pero aún conservaba su sonrisa, pero no era una divertida, sino una nostálgica.
- ¿Dónde está tu abuela? - pregunté curiosa por saber por qué no tenía ella el dije.
-Ella murió hace un año Kris- dijo con un tono triste, miró el suelo por un momento pero levantó la mirada y volvió a sonreír -Ella era fantástica-.
Sonreí de medio lado.
-Lo siento- dije lamentando su muerte.
-Tranquila- dijo encogiéndose de hombros.
Tomé el dije y lo puse de nuevo en la caja.
- ¿Qué haces? - preguntó con el ceño fruncido.
-Guardando el dije- dije obvia -Es muy valioso, no quiero que se pierda-.
Él sonrió y guardó la caja.
-Está bien- dijo, se levantó y guardó la caja en el cajón - ¿Qué quieres hacer ahora? -.
- ¿Qué hora es? - pregunté levantándome de la cama recorriendo la habitación con la mirada.
-Son las... 19:58 de la tarde- dijo mirando el reloj de su mano.
Miré hacia la ventana que tenía en su habitación, caminé lentamente a esta y abrí un poco las persianas.
¡Santa Mierda! ¡Si de aquí él me podía espiar!
Su ventana daba a la parte trasera de mi casa, no me había dado cuenta de que su casa estaba justo detrás de la mía y compartíamos patios traseros. Demonios que despistada podía llegar a ser. La ventana de mi habitación se veía claramente dejando ver mi cama con sábanas blancas y moradas, mi espejo y la puerta del baño. Dios seguro me había visto desnuda, no eso no es posible, siempre estoy muy atenta a no tener la persiana abierta cuando me cambio.
-Linda vista eh- dice la vos de Matt a mis espaldas sintiendo su aliento en mi cuello.
-Eres un maldito espía- dije viendo perpleja a mi habitación.
Él rio.
-No soy un espía- dijo alejándose y caminando a la cama -Por cierto, linda pijama la de anoche- dijo divertido, lo fulminé con la mirada y me senté a su lado dándole con una almohada en la cabeza.
-Eres insoportable- dije aburrida.
Él rio.
-Y tu amargada- dijo encendiendo el televisor.
Rodé los ojos.
-No soy amargada- me defendí.
-Sí, claro- dijo sarcástico -Y yo odio la pizza, Kris eres una amargada-.
-Que no me digas Kris- dije rodando los ojos -Y no, no soy amargada, soy... realista-.
-Como digas- dijo divertido.Matt puso la televisión y puso un partido de futbol. Aburrida decidí por sentarme en el puf que había al lado de la cama, el cual no había notado su presencia.
- ¿Por qué no te sientas aquí? - preguntó Matt dando golpecitos en la cama.
Negué con la cabeza.
-Esto es más cómodo- digo intentando que sonara convincente.
- ¿Segura? Porque si quieres yo...-.
-Estoy segura- lo interrumpí.
Él asintió y se concentró en el partido de futbol, cuando por fin logro acomodarme en el puf el sueño se apoderó de mi cuerpo quedando completamente dormida en el puf de Matt.
Sentí como me movían pero sin escuchar nada, unas manos pasaron por debajo de mis piernas y otras en mi espalda. Me estaban cargando pero tenía demasiado sueño como para reclamar algo. Me habían dejado en una cama ahora. Seguro era Joseph que ya había ido a recogerme, seguro ya estaba en mi cama en mi habitación.
Me acomodé en la cama y abracé la almohada. Cayendo en los brazos de Morfeo.

Mi estúpido vecino*cancelada*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora