– ¡¿QUÉ DEMONIOS QUIERES TREVINO?! – dije ya exasperada.
Él rio bajito divertido y puso sus manos en forma de paz.
–Relájate Saint Claire, solo quería charlar un poco, pero veo que eres muy amargada a estas horas– dijo divertido, lo fulminé con la mirada y me giré para irme a la cocina en busca de algo que tomar, estaba seca.
–Cierra la puerta si entras– le dije antes de comenzar a caminar, sentí la puerta cerrarse a mis espaldas, no presté atención si él había entrado o no, solo estaba concentrada en tomar agua, abrí el refrigerador y saqué una jarra, serví el agua en un vaso y me lo tomé rápidamente.
–No tan rápido que te vas a ahogar– dijo Matt a mis espaldas.
–Pensé que me había desasido de ti– murmuré cerrando el refrigerador quedando a oscuras con él en la cocina. Quedando alumbrados tan solo por el brillo de la luna.
–No soy tan fácil de correr– dijo encogiéndose de hombros.
Lo miré mejor, estaba con un jean negro y una camisilla blanca que dejaba ver sus musculosos brazos, en su pecho colgaba un collar que al parecer era de oro y su cabello ligeramente despeinado, cualquiera estaría loca si lo quisiera correr, yo definitivamente lo estaba.
– ¿No tienes algo mejor que hacer? – dije mientras me servía otro vaso de agua.
–En realidad no– dijo encogiéndose de hombros, de nuevo.
–Como sea – dije dejando el vaso en el lavado –Yo voy a dormir–.
Salí de la cocina y subí a mi habitación convencida de que me había desecho de Trevino, me tiré en mi cama y cerré los ojos, sentí como iba cayendo lentamente en los brazos de Morfeo, hasta que un movimiento en el otro lado de la cama me alertó y en mi cabeza solo se repetí a la palabra peligro, peligro, peligro, mientras una luz roja se encendía y apagaba causando pánico en mi mente, me hice la dormida, ni siquiera sabía porque sentí unos fuertes brazos agarrarme la cintura pegándome a la persona que tuviera atrás, yo le daba la espalda así que no podía ver su rostro, me relajé cuando aspiré ese aroma a vainilla con CH inconfundible.
Era el imbécil de Trevino.
–Descansa– escuché decirle antes de que depositara un beso en mi cabello.
El beso me dejó tonta, o a lo mejor era el hecho de que estaba medio dormida aún. Me giré para quedar frente a frente, abrí mis pesados ojos por un momento para encontrarme con un Matthew muy calmado, su respiración era pausada y se veía jodidamente hermoso, ¿Es posible que aún durmiendo se pueda ver tan sexy? Seguro yo parecía un simio en estos momentos.
Decidí dejarme llevar del sueño y quedarme dormida en su pecho aspirando ese aroma a él…
Sentí que picaban la puerta de mi habitación, adormilada contesté mm, mm y esperé a que la persona que molestaba tan temprano se fuera.
–Hija levántate, se te hará tarde para ir al instituto– gritó mi mamá desde el otro lado de la puerta.
Intenté ponerme en pie pero sentí un peso y una fuerza que no me lo permitía, abrí poquito mis ojos y miré a lo que no me permitía salir de mi cómoda cama.
¡SANTA MIERDA!
Abrí mis ojos como platos y empecé a removerme hasta salir de los brazos de Matt cayéndome de la cama de culo.
–Mierda– digo en un quejido.
–Kris vuelve a la cama– oigo decir a Matt quien agarra una almohada y la abraza en mi ausencia, tomo una de las almohadas del piso y se la lanzo a la cara, luego otra y otra hasta que Matt se despierta.
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Mi estúpido vecino*cancelada*
Novela JuvenilDos mundos diferentes. Muy diferentes. Personalidades diferentes. Podrá convivir juntos? Surgirá amor? O odio? Serán el uno para el otro? O sólo serán amigos? Todo puede pasar pero nunca olvides escuchar a tu corazón. Esta el la historia de kriste...