唐人街 ↬ Tendery

#8

—Sucede que... aveces los más callados..., son los más silenciosos.

Kun levantó las cejas, mientras inclinaba su cabecita ligeramente hacia atrás, como con sorpresa.

—No tenía idea.

Xiaojun acercó su cara con curiosidad hacia el mayor, y abría sus ojitos brillantes esperando por una respuesta afirmativa a su petición.

—Está bien, le diré —Responde el mayor, casi como si no quisiese—. Pero tienes que limpiar el baño hoy. Todavía hay partes de la caca que Winwin y Ten intentaron ponerle a las plantitas.

Dejun bajó la mirada un poco, descubriendo que su pancita se revolvía con la idea. Sin embargo, el Tendery era más importante.

Sucedía de esta manera:

Hendery le pidió a Sicheng que se comiera a Hutong –y que luego lo escupiera, después de todo, él ama al gatito–, es entonces que arman una escena frente al tailandés a favor de que crea que Hutongie ha desaparecido de nuevo. Así, Chittaphon buscará a Tongie, quien ha estado todo el tiempo con Guanheng.

¡Já!, había dicho Kunhang esa vez al finalizar su explicación.

—¡Li Yongqin! —Vociferó Qian, sacando a Xiao de su ofuscación –Kun era tan bonito–, tras el grito se podían oír los pasitos de Ten apresurándose—. ¿Podrías buscar a Hutongie para poder darle su almuerzo?

Ten asintió, como tenso, apenas suprimiendo su pánico ahora.

—Winwin... comer... caballo, no, gato... ajá.

Ten asintió energéticamente.

Ambos chinos fruncieron el ceño ante el mandarín roto del tailandés, mas dejaron pasar la sentencia, empujándolo hacia la salida para que buscase al animalito apropiadamente.

—Dile que está hardcore el whiskas.

...........

Chittaphon caminó junto al cortocircuito y a la canción que se alojaban en su cabeza, y al encontrarse peligrosamente cerca de Yangyang, caminó en cuclillas hasta robar su scooter. Liu estaba tan concentrado en poner las perlas de ender en el portal –y en aguantar la risa que le provocaba el reflejo de Li en su pantalla– que el tailandés pudo fácilmente llevarse el vehículo.

—Boom boom, boom, bum bum... boom boom, boom....~ Já, niño tonto.

Chittaphon se subió al scooter y avanzó por el pasillo hasta la puerta principal.

—nO aDeNTRO DE LA CaSA —Oyó. Kun.

—Ah... está bien, reliquia histórica —Bufó.

Se bajó penosamente de su vehículo mientras oía el rumor de la risilla del taiwanés, y avanzó con el scooter en su mano izquierda hasta la salida.

—Uh, ahora, ¡vroom vroom!

¡Una colita!

Ten pensó, tras ver en una fracción de segundo un rabo perderse en el recodo, entonces acelera en el scooter, con suerte de agente secreto.

—¡Te tengo, Hutong!

Bueno, eso último era mentira. Avanzó hasta quedar frente al postigo, que se batía ante el viento, mas no se encontraba ningún felino en derredor.