E For Extinction [KookV][Bts]

♦Capítulo 10♦

Nunca esperó que en medio de su campaña para gobernador ocurriera tal cosa.

La gente alborotandose luego entrando en un pánico mayor dando gritos desesperados y comenzando a huir hacia distintas direcciones.

¿Y él? sólo siguió con su discurso como debía ser. Claro. Hasta que vio con sus propios ojos que era lo que realmente atormentaba a la multitud.

Y no. No era un loco con un arma buscando ahuyentar a su público. Eran personas pero de aspecto raro como si estuviesen bajo los efectos de alguna sustancia o algo ya que sus ojos sangrantes no eran normales junto con venas negras marcándose en sus cuellos, rostros o alguna parte visible y menos que estos se estén lanzando sobre otras personas y mordiéndolas.

—¡Debemos irnos! —Le dijo su guardaespaldas.

—Espera. —Pidió para observar y comprender la situación.

Personas atacando unas a otras no tenia coherencia. Era inhumano lo que sucedía y ni siquiera los de seguridad que estaban allí presentes pudieron parar la masacre que sucedía frente a sus ojos.

—No es tiempo de observar. Esto es serio. —Habló otra vez su guardaespaldas mientras hacia señas a dos de seguridad que también se encontraban sobre el escenario viendo impactados lo que sucedía sin saber si dejar de lado su labor y ayudar o seguir en sus puestos. —Lo tomó del brazo para llevarlo a la fuerza de ser necesario. Pero algo tiró de su pie desde el costado del escenario. No dudó un segundo en sacar el arma y disparar.

—¿Que has hecho?

—Le disparé. —Dijo restando importancia.

—Eso no le hará bien a mi campaña. —Reprochó.

—¿Podríamos dejar eso de lado? Por si no te das cuenta se están devorando unos a otros literalmente y no de una manera romántica. Así que si no quieres ser parte de su festín sigueme.

El otro bufo pero aún así asintió. Su mente demasiado ocupada en procesar lo que sucedía y en la veracidad de los hechos para notar como era arrastrado por su guardaespaldas.

—Entra. —Reaccionó y entró al vehículo siendo seguido por su guardaespaldas.

Ni bien la puerta se cerró una persona en estado deplorable se arrojó contra esta manchando el vidrio de carmesí.

Suerte que este era irrompible sino estarían en serios problemas.

—Arranca. —Ordenó al chófer que no era nada más y nada menos que uno de los de seguridad a los que él les había hecho una seña indicándoles que trajeran el auto. Lo raro es que faltaba el otro.

Cuando ambos oyeron un gruñido por fin prestaron atención a su chófer.

—¡Oh por todos los... Es uno de ellos! —Le gritó a su guardaespaldas ya que vio por el espejo retrovisor sus ojos sangrantes.

Por el grito que dio logró que este se diera vuelta e intentara abalanzarse contra él. Por suerte su guardaespaldas fue más rápido y le quebró el cuello. Al ver que cayó y no parecería como si fuese a volver a levantarse lo atrajo hacia los asientos traseros y ocupó el lugar de chófer.

—Esto es incómodo. —Dijo el otro alejándose lo más posible del cuerpo sin vida de aquel sujeto. No lo conocía pero le daba pena de que ese haya sido su final. —No debiste matarlo. Tal vez podríamos haberle ayudado. —Dijo ni bien el otro comenzó a conducir sacándolos de allí. —Tal vez solo estaba enfermo o algo por el estilo.

—No lo creo. —Respondió su guardaespaldas. —Mira a tu alrededor. ¿Crees que una persona "enferma" haríque?

Entonces lo hizo. Dejó de observar a aquel sujeto para mirar por la ventanilla hacia afuera y por poco siente un vuelco en su interior.