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(🍒) ↬ ❛Día 19;Sudoroso y Caliente❜

──Chale wey, muero de frío...

──yo también, boludo.

ambos latinoamericanos estaban acurrucandose dentro del auto, debido al gran frío que sentían. ambos traían guantes y varias ropas arriba para intentar retener el calor, pero de igual forma estaban temblando.

Habían decidido ir a ver de esas películas en las cuales va la gente en vehículos, pero fue una notable mala idea, ya que aparte que estaban pasando Titanic en pleno 2019, predominaba ese horripilante frío.

──boludo me estoy cagando de frío, no anda ma calefacción?──dijo el argentino, abrazandose a si mismo y mirando al mexicano.

──wee le robé el auto a Cuba y me salió mal, está bien pinche culero y no anda la calefacción.──se maldijo el norteamericano, abrazándose igual.

──y si... ¿Nos calentamos?──pronunció Argentina coqueto, levantando y bajando las cejas sucesivamente.

──¿Ah? ¿Cómo?──dijo México con una inocencia tonta, viendo la cara de poker del argentino.──... ¿Hay algo que no entendí?

──que cojamos, pedazo de pelotudo.──casi gritó el albiceleste, subiéndose al regazo del otro y comenzando a rozar sus intimidades.──ya sabes... calor corporal... sexo...──El tricolor sonrió ladino finalmente luego de caer en el juego, tomando las caderas del más bajo por centímetros.

──me gusta tu idea, mamoncito...──murmuró México en la oreja del otro, mordiendole el lóbulo frontal. poco a poco fue bajando por su cuello y hombro, quitandole aquella gran bufanda, y dejando un notorio rastro de saliva y besos, también repartiendo de estos por su clavícula. tenían demasiadas ropas y eso lo hacía ligeramente incómodo, pero era zafable. Ambos se quitaron los abrigos quedando ahora ambos en un buso, siendo el de Argentina más ajustado, marcando sus sensuales curvas. México siguió con su trabajo, metiendo su fría mano por debajo de las ropas de su pareja y, sintendo la cálida piel que tenía este ahora.

Argentina no quedaría quedarse atrás, bajó su mano hasta el pantalón del nortemaricano y quitó la cremallera, sacando así el ahora duro miembro de este del pantalón.──¿Duro? ¿Tan rápido?──se burló el albiceleste, acariciando aquel músculo. México lo miró a los ojos y le dió una fuerte nalgada, sobresaltado al suramericano.──M-México...

──por culpa de esto estoy duro.──continuó bastante pervertido, apretandole los glúteos y sacudiendolos de momentos. Eso era algo que le encantaba hacer, apretar y dejar la marca de su mano sobre el glúteo del menor, simplemente le fascinaba. Prosiguió a bajar el pantalón que tenía este, riendo al notar que debajo tenía una calsa termica. decidió ignorar ese momento y de igual forma le quitó aquella prenda, bajando inclusive su ropa interior, y metiendo directamente un dedo en el recto del otro. Argentina dió un pequeño respingo ante sentir ese intruso dentro de él, pero en poco más ya estaba dando saltitos sobre tres dedos del mayor.

su respiraciones saliendo de la boca creaban ese "humo" debido al frío que ya no sentían, todo ya estaba más caliente, y ya se habían olvidado del por qué estaban ahí. México sacó los dedos y tomó su miembro con firmeza, juntandolo con el trasero de Argentina, el cual mueve sus caderas resfregandose con el musculo. El nortemaricano finalmente metió su miembro dentro del argentino, por momentos lo iba a meter de forma lenta y suave para no dañarlo, pero sus planes fueron arrebatados de su cabeza, ya que el albiceleste bajó, metiendo todo el miembro de una estocada.──ah~! M-Mexica~!──soltó un gemido alto, alzando la cabeza y cerrando sus ojos por la excitación.

no pasaron ni unos minutos ya que comenzó a dar saltos bastantes seguidos, logrando que aquel ruido de sus pieles chocando se oyera bastante alto. México agarró una de las nalgas de Argentina, apretandola y dejando una marca, mientras que su mano libre se posa sobre la esbelta espalda de este, haciendo presión para que las penetradas sean más profundas y satisfactorias.

poco a poco todo se hacía más caliente de lo normal, el frío ya era lo de menos para ese entonces, por lo unico que se preocupaban era por satisfacerse el uno al otro. Las paredes del argentino poco a poco y cada vez más apretaban el miembro del mayor, él cuál palpitaba en su interior, dando a notar que muy probablemente ambos llegarían al climax. Argentina gemía alto el nombre del nortemaricano, a la vez que se apresuraba en saltar. se sentía cansado ya, su cuerpo estaba cubierto de un sudor inexplicable por las bajas temperaturas, pero no iba a detenerse, se sentía demasiado bien, sentía como México golpeaba su punto débil, ese punto que lo hacía llorar de la excitación y gemir como si fuera la última vez que lo haría.

El albiceleste soltó un último gemido prolongado, sintiendo el líquido caliente y espeso dentro de él. él igual se corrió, manchando así el pecho del contrario, o la ropa mejor dicho. No sacó el miembro de su interior, cayó rendido sobre el cuerpo del mayor, abrazandolo. la respiración de ambos era agitada, intentaban recuperarla pero era dificil en esos momentos. México dió una última nalgada a Argentina, abrazandolo luego por la cintura, soltando un suspiro prolongado.

Las personas estaban confundidas, ¿Desde cuándo la película de el Titanic tenía gemidos?

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