~Escalofrío~

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Capítulo 2

15 Enero 2019
23:07

~Wels~


Escalofríos.

Es lo que siente cada célula de mi cuerpo. Es la sensación con más impacto en nuestra vida diaria, siempre está allí, ya sea porque el ambiente está frío, o nos golpea una ráfaga de viento; también cuando nos asustamos, sorprendemos y hasta emocionamos.

Los escalofríos más desconcertantes es aquél que te produce otra persona, ese que puede llenarte el alma en un segundo, así como arrastrarte a las sombras, sumergiendo tu mente en un mar de preguntas y torturas constante.

Pero este escalofrío es distinto a cualquier otro de los mencionados, proviene del miedo mismo. El miedo a la muerte sobre valorada que vamos a enfrentar en el momento menos esperado de nuestras miserables vidas.

La ansiedad va en aumento y la falta de aire se vuelve cada vez más densa, pesada como si el oxígeno volviéndose acero, cubriendo todo mi rostro, asfixiándolo, llevando todo mi ser a su límite, hasta el escuchar las puertas abriéndose a mis espaldas.

Mis manos clavadas en el barandal del ascensor hacen marcar mis nudillos blancos por la fuerza evocada a ellas , me doy vuelta saliendo más rápido que la luz, mi respiración agitada acompaña a los exagerados movimientos de mi pecho. Miro a mis costados cuando ya me calmo y veo a una pequeña niña observando sentada en las escaleras, no debe tener más de siete años, supongo.

- Hola - saludo por educación, pero ¿Por qué a una niña le importaría eso?. Me acerco a la puerta de mi departamento mientras saco el juego de llaves.

- Eres el vecino nuevo - comenta mirando como intentó tomar la llave con firmeza pero el pulso sigue jugando en mi contra.

- Así es pequeña - la mire por un segundo y sus ojos color esmeralda tan cautivadores llaman mi atención que dejo de intentar abrir la puerta con el estado de agitación psicomotora en el que estoy. Me doy vuelta apoyando mi espalda por la madera y suspiro. - ¿Acaso no te enseñaron a no hablar con extraños? - pregunto y se encoge de hombros.

- Si lo hicieron, pero también no hay que ignorar a los más necesitados - levanta una ceja y mira mi ropa - Menos a un vagabundo tan patético - Se levanta y se acerca toma mi mano dejando una moneda en esta y luego se adentra al departamento frente al mío.

La niña me deja con una sonrisa divertida en el rostro. Acaba de insultarme. Mire la moneda y juego con ella un segundo antes de guardarla en el bolsillo de mi pantalón.

Una vez adentro comienzo a desvestirme, sin importar que la oscuridad predomina el lugar Camine hasta el baño de mi cuarto, chocando con todo tipo de cajas a mi paso.

Debo admitir que mis duchas son largas y calladas, aproximadamente horas habré durado, pero no me importa. Cuando salgo del baño secando mi cabello, enciendo las luces. Está hecho un desastre el lugar, bolsas en los sillones, ropa en las esquinas, cajas aquí y allá. En verdad debo parecer un vagabundo en un departamento de miles de dólares al mes.

Busco el único sillón libre para recostarme. Tome la chaqueta que dejé apoyada sobre el posa brazo de este y extraigo el pequeño libro.

Es un poema, que la verdad nunca conocí y bueno a confesar, no me gusta leer. Para nada, con suerte y veo mis mensajes de WhatsApp. Pero esto me llama la atención, ha de ser porque es corto a simple vista o porque estaba en aquel roble. Sin pensar más en el asunto, comienzo a leer.

Gritos Sin Voz/ De Almas Condenadas / Saga SilenciadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora