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Esta vez no iba a esperar a que alguien llegara y le quitara su oportunidad de poder obtener una respuesta, Zim estaba completamente seguro de lo que estaba a punto de hacer. Ya sabía el nombre del de lentes gracias a unos compañeros suyos, y sin más decidió actuar.

─ ¡Dib! ─ Gritó antes de bajar las escaleras, él nombrado se dio vuelta, dejándole ver sus ojos color avellana.

─ ¿Qué? ─ Su voz sonaba cansada y en sus ojos se podía ver el cansancio.

─ Yo, ─ Al escucharlo hablar toda
la valentía que había sentido hace poco se habia ido, y un sonrojo se desbordó en su rostro.─ Quiero saber por qué me mirabas tanto el otro día en el almuerzo.─ Trató de sonar demandante, pero se notaba a leguas que estaba nervioso.

─ Pues... no lo sé. ─ Nisiquiera él sabía por qué lo estuvo haciendo, solo pasó.

Esa respuesta descoloco al de ojos celeste dejándolo sin palabras. Ahora se encontraba con un notable sonrojo frente a alguien con quién nunca antes había hablado.

La incomodidad lo comenzó a invadir lentamente, no sabía que decirle, pensó en si sería buena idea huir, pero él ya se estaba llendo.

Al igual que la última vez se quedó admirando como este se iba con su hermana, no quedó satisfecho con su respuesta. ¿Pero qué se esperaba?

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algodón de azúcar      [Zadr]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora