Capitulo 7: Similitudes

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-¿Qué mierda fue eso?- Dije tocando mi labio tratando de disimular mi duda.

Quizás mi reacción no debería ser esta pero es inevitable, la mujer era muy parecida a mí por lo tanto mi curiosidad se había disparado por doquier tratando de resolver el misterio y tuve que retenerme. Obviamente no podríamos descifrar nada pero por primera vez no perdí las esperanzas.

Fijo su vista en mi- Nos vamos.-

Lo vi tan decidido y tan errático al mismo tiempo, que me recordó como era mi padre, podría ser una mera casualidad o podría tener un importante significado pero más allá de eso estaba el sentimiento que compartíamos. Por primera vez le hice caso. El calor de su cuerpo próximo al mío se acrecentó cuando entrelazo nuestras manos, iba a detenerme para darle un golpe pero supe de pronto que no era momento para demostrar mi odio hacia cualquier ser viviente que intentara tocarme.

Una vez adentro de mi Chevy me concentre en alejarnos de ese lugar, sin querer me dirigí a la librería. Es el único lugar en el que no nos molestarían, aunque si alguien apareciera sería la mejor opción para desquitarme, siempre me calma dar un golpe a algo o alguien. Aunque llegamos rápido no pudimos evitar que la lluvia nos mojara mientras Noah intentaba abrir la puerta de entrada.

-Maldita llave- Dijo a punto de explotar.

-No es la llave, sos vos el inservible- Dije quitándole la llave de la mano.- Así se hace-

Me observo abrir la puerta, su cara reflejo una mescla entre una sonrisa y un mohín, me pareció que ya era suficiente porque le conseguí sacar una reacción en el estado en el que estaba. Un sentimiento se desato en ese momento pero lo ignore, Noah estaba causando cosas en mi interior y no puedo permitirle eso. Una vez adentro observe todo, de repente me di cuenta del estado en el que estábamos: Noah estaba completamente mojado, los pantalones lo apretaban a más no poder, su remera blanca parecía transparente hasta el punto en el que se definían sus abdominales muy bien marcados, desvié mí vista enseguida. Maldición, esto se está llendo de mis manos. Yo tampoco me quedaba atrás, mi musculosa resaltaba cada curva, incluso mis pantalones rajados habían pasado a ser mi estilo heavy de todos los días a una perra expuesta. Desee que fuera diferente pero muy en lo profundo, eso no era completamente cierto.

-¿Tenes hambre?- Dijo mientras abría la heladera.

-Si- Conteste cortante.

-Me parecía raro que no hubieras dicho nada- Dijo como si nada.

Últimamente sus actitudes habían cambiado drásticamente, en mi mente baraje las opciones, hasta la más demente pero ninguna parecía convencerme totalmente para tomarlo como una posibilidad. Ahora más que nunca comencé a sentirme enferma de tan solo verlo, trague fuertemente la poca saliva que había en mi boca, todo se está volviendo complicado por lo tanto solo espero que no se valla demasiado de mis manos.

-Toma- Me miro.

En ese instante me di cuenta, algo en el obviamente había cambiado. Intente con todas mis fuerzas adentrarme en su mente pero inevitablemente fracase, volví a intentarlo mientras él no parecía querer dejar de mirarme.

-Diablos Noah- Murmure frustrada.

Levanto una ceja hacia mí. Aunque su gesto desapareció al instante, como si controlara cada facción y se le haya escapado un movimiento, nuevamente intrigada por su extraña reacción espere pacientemente una respuesta certera.

-¿Vas a comer o no?- Me lanzo una rodaja de tomate, que fue a parar a mi remera.

Comenzó a reírse de la forma más desquiciada que jamás había oído, por lo tanto me moleste. Mire la enorme mancha roja para luego enfocarme en su cara, sonreí, me pare mientras apretaba los puños dirigiéndome hacia él. Iba a morir.

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