Capítulo 1

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Día de Otter:

2 de septiembre...,

día de mi examen de género. La orden médica menciona que debo llevar una pequeña muestra de líquido seminal en un recipiente de plástico. Todas las muestras serán recolectadas en la escuela. Algunos compañeros realizan apuestas en el salón bromeando sobre quién lleva la muestra más substanciosa, la más espesa o la más escasa; tratan de adivinar el "género" de cada uno agitando los botellines. Los frascos de fluidos dan vueltas por toda el aula mientras unas chicas de la clase dan aviso a los profesores. Guardo mi muestra entre mi ropa y procuro escapar del alboroto. Recojo mi mochila y salgo apresurado justo en el momento en el que aquel chico entra corriendo al salón y choca conmigo. Caigo al suelo. Abro los ojos desorientado, siento el pequeño bote aplastado en mi bolsillo y una mancha se hace evidente en mi pantalón. Mi muestra arruinada no es el problema. Un líquido espejo y helado de color blanco comienza a escurrir por mi cabello hasta gotear sobre mis anteojos, mientras veo al culpable estirar su mano para tomar un recipiente de mi cabeza. «Oh, mi yogurt se ha derramado», dice el desaliñado chico de melena larga al tiempo que limpia mi mejilla con uno de sus dedos y lo lame sínicamente: «Delicioso».

Eres míoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora