Y fue allí que se equivocaron, el error más grande de sus vidas, él era la personificación de la pureza, hermoso, frágil y tan ingenuo, por miedo a lo que pudiera pasarle, lo sobreprotegieron.
No le dieron la oportunidad de mirar mas allá de las barreras de su dorada prisión, Namjoon lo cuidaba como si de vidrio fuera, mas aun después de que sus padres ya no estaban para velar por ellos, él ahora era el responsable de la familia; negocios, empresas, gente bajo su mando lo obligaron a madurar demasiado rápido, y aunque tan solo era un joven de veintitrés años, su alma pesaba como si tuviera mil, tal era su agobio por tantas obligaciones que su mas querido tesoro fue descuidado por un momento, solo por un momento.
Pero fue ese pequeño instante suficiente para que el hermoso adolescente de dieciséis años abriera los ojos a un mundo que no conocía.
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Una tarde en la que una reunión urgente de una empresa le impidió a Namjoon volver a casa.
Una hermosa criatura de hermosos ojos y una piel tan blanca como sedosa, caminaba fastidiado por el enorme jardín de su casa, comer con su hermano y charlar con él era su única distracción.
Solo los sábados cuando lograba ver a su primo Jin conseguía distraerse con algo diferente, el y Jin era muy buenos amigos.
Namjoon no veía con buenos ojos al castaño el chico era demasiado extrovertido y liberal para su gusto.
Pero no podía evitar que su hermano compartiera con el, después de todo Jungkook necesitaba amigos de su edad.
Los sirvientes estaban afanados con los preparativos de la cena, los escoltas se habían ido tras Namjoon, nadie vigilaba en aquel momento a Jungkook y una puerta abierta en un costado del jardín fue la mas absoluta tentación para un pequeño que anhelaba libertad.
Sonrió por la travesura que haría, después de todo ¿que podría pasar si salía a dar un paseo solo?, las pocas veces que salía de casa era escoltado por dos guardias, nunca solo, se asomo a mirar que nadie lo viese salir y se marcho.
Nunca había ido mas allá de las casas de sus familiares, pero ahora estaba inmerso en un mar de personas, todos caminaban como llevados por la corriente, sin mirar a los lados, parecían sonámbulos un rio hecho de gente.
El carnaval multicolor de luces y sonidos, lo envolvía hipnotizándolo, se sentía embriagado por la libertad que corría ahora por sus venas; miraba todo con la luz de quien ve por primera vez, música y colores, se mezclaban en sus sentidos, como magia.
Sus manos se posaban en las atractivas vidrieras, ropas, calzados, adornos, flores, danzaban ante sus ojos curiosos, los olores de los miles de cafés y restaurantes lo maravillaban.
Camino por largo rato perdiéndose en la bulliciosa ciudad; cuando se sintió cansado y hambriento, pensó en regresar.
Pero ya nada de lo que veía era familiar y de pronto lo supo, se había perdido y ya anochecía, Namjoon llegaría a casa y no le encontraría allí.
Se sobresalto con ese pensamiento, ¿Cuál seria su castigo?, acaso no ver mas a Jin o aun peor ese internado del que tanto había hablado su hermano mayor, hasta que cumpliera veintiuno no seria libre, y eso le aterraba.
Suspiro tratando de calmarse y camino intentado volver sobre sus pasos.
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Hoseok estaba pasando sus vacaciones en casa de sus primos, pero pronto tendría que volver a Nueva York y a sus obligaciones, la universidad, el trabajo y una que otra linda novia esperaban por el, estaba saliendo de un café en compañía de sus primos cuando lo vio:
Era la visión más sublime que jamás vería, un cabello que brillaba bajo la luz de los faroles, un rostro angelical que se veía un tanto abatido y una delicada silueta, tentadora que invitaba a pecar, les hizo un guiño a sus primos diciéndoles que los alcanzaría luego y corrió tras las redondeadas nalgas que lo tenían embelesado.
- La verdad es un hermoso trasero - susurró para el cuando finalmente alcanzo a la joven belleza que perseguía.
- ¡Hola! ¿que hace alguien como tu por aquí a estas horas?-
Jungkook brinco del susto al oír la voz sensual y varonil del guapo hombre que se le había acercado.
– Estoy pe… perdido – Hoseok hubiese podido morir de la risa ante el evidente balbuceo del pequeño, sino lo hubiese sorprendido el hecho de que su hermosa hada era en realidad un chico, “Mierda es un chico… ¿como puede un chico ser tan hermoso?”.
Mientras trataba de poner en orden sus pensamientos una riña se armó en una cantina cercana, Jungkook miro como los hombres comenzaban a golpearse y a decirse miles de improperios.
Nunca había visto tal violencia, asustado se acurruco en la espalda del desconocido, Hoseok olvido el detalle de que su chica fuera un chico y lo tomo de la mano alejándolo del lugar.
Con la poca información que le pudo dar llegaron finalmente al hogar del pequeño, Jungkook no quería que Hoseok le dejara.
Habían hablado de mil cosas, rieron y bromearon como dos viejos amigos, y ahora cuando finalmente estaba por la parte de atrás de su hogar.
Lo menos que le importaba era escuchar los gritos de Namjoon, iba a decir algo cuando los labios de Hoseok lo asaltaron sorpresivamente, su primer beso, sabia a miel y chocolate, dulce, caliente, inolvidable.
Cuando Hoseok se separo,Jungkook aun con los ojos cerrados susurro dulcemente:
– G… Gracias – Hoseok dejo escapar una suave risa y beso la punta de su nariz.
– De nada pequeño ángel… ahora entra antes de que tu hermano te castigue…- Jungkook le había contado todo acerca de su vida y su hermano, el pequeño le dijo antes de irse:
– Podre… ¿podre verte otra vez?...- Hoseok sonrió, ¿porque no pasar sus últimos días de vacaciones en compañía de tan deliciosa criatura?. Le hizo un guiño respondiendo a su pregunta.
– Mañana en la tarde estaré aquí, trata de escaparte te llevare a un lindo lugar –
Las últimas horas de felicidad que viviría Jungkook estaban contadas, pasaría mucho tiempo para que el chico pudiera sonreír de nuevo.
Su escapada no fue descubierta, Namjoon llego entrada la madrugada y solo la chica del servicio que estaba a cargo de él, noto su ausencia.
A tantos ruegos había decidido no decir nada de la escapada, pero tampoco Jungkook le había dicho la historia completa.
Para suerte y por obra del destino Namjoon estaba envuelto en muchas reuniones, llegaría todos los días tarde esa semana y Jungkook se sentía en el cielo, se las arreglo para convencer a la chica que lo antendia para que fuera su cómplice y lo logro.
Días de escapadas, besos, charlas, mas besos, y diversión le regalo Hoseok.
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-¿Te vas mañana Hoseok?-
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♥Corazón Inocente ♥
FanfictionCometieron el error de aislarlo de la vida y lo pagarán muy caro. cuando la inocencia sea exterminada por la realidad y un corazón puro sea destruido en nombre de la sobreprotección... No habrá tiempo para arrepentimientos. Un pequeño y hermoso jov...