Capítulo 8: Nuestros pequeños

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No puedo creer que ya haya pasado un año desde el día en que publiqué el primer capítulo de toda esta saga💕😍😭

Hacer este libro ha cambiado mi vida❤️

No saben cuanto he apreciado y sigo apreciando todos sus votos, leídas y comentarios que cada día crecen más.

Y como agradecimiento y celebración, el capítulo que están leyendo es muy especial.

Algo que esperaba poder escribir desde el principio de la saga.

Quisiera que antes de comenzar lean el último One Shot que escribí, si es que aún no lo han leído. Está ubicado en el capítulo anterior a este💙💚

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Mal's POV:
Me moví un poco, intentando no despertar a Ben. Los bebés han estado moviéndose a cada rato en la última hora y no me han dejado dormir.

<<Los amo mucho mis angelitos, pero si no me dejan dormir y hacen que su papá se despierte tendrán un castigo cuando tengan edad para eso>> Pensé y puse una mano sobre mi barriga.

Dejaron de moverse. ¿Es en serio? Hubiera hecho hace bastantes minutos y estaría durmiendo.

Volví a acomodar mi cabeza sobre el pecho de Ben y al fin pude volver a dormir.

Horas después sentí que unas manos acariciaban mi estómago y me hacían cosquillas. Abrí los ojos y alcé la vista, encontrándome con los ojos de mi esposo.

Sonreí y bostecé antes de saludarlo.

-Buenos días.

-Buenos días, cielo. ¿Te desperté? - preguntó preocupado.

Él es el primero en decirme que duerma cuando me ve cansada.

-Estaba más despierta que dormida así que no. No pasa nada.

Acarició mis mejillas y plantó un beso en mi frente.

Extraño que podamos hacer algo más que solo esto, pero es mejor por mi bien y el de los niños.

-¿Te he dicho lo hermosa que te ves recién despertada? - me preguntó.

Sonreí.

-Me lo dices bastante seguido-ambos reímos- pero me gusta que lo hagas.

Juntó su frente con la mía y acarició de nuevo mi estómago. Suspiré.

Tuve que retenerme para no pegar un brinco cuando sentí un leve dolor en mi estómago.

-¿Otra vez esos dolores? - me preguntó.

Asentí.

-La doctora nos dijo que podía pasar y que en algún momento pararía. Después de todo, nos queda menos de una semana para que nazcan.

Ambos sonreímos y miramos mi estómago. Ben agarró mi mano y la puso sobre la suya. Dieron unas pocas patadas y reí.

-Por favor no los alteres, apenas y pude calmarlos anoche.

-Han estado así varias de las últimas noches.

-Lo sé.

Su teléfono sonó y tuvo que soltar mi mano para mirarlo. Nos sentamos.

-Voy a adivinar, tenemos una reunión hoy y se nos había olvidado-le dije.

-Sí. Pero sabes que debes descansar estos días para que estés tranquila antes del parto. Y una reunión con el Consejo de Segundones no necesariamente te va a dar paz.

𝐃𝐞𝐬𝐜𝐞𝐧𝐝𝐢𝐞𝐧𝐭𝐞𝐬:𝐃𝐍𝐀 (#𝐃𝐁𝐌𝟐)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora