𝐃𝐞𝐬𝐜𝐞𝐧𝐝𝐢𝐞𝐧𝐭𝐞𝐬:𝐃𝐍𝐀 (#𝐃𝐁𝐌𝟐)

Capítulo 29: Amores eternos

Último capítulo ❤️🤧

El tiempo escribiendo este segundo libro se me ha pasado demasiado rápido.

Aún así, estoy segura de que estarán felices con la noticia que daré en el Epílogo.

Y estoy segura de que no se esperan todo lo que pasará en ese capítulo💜

❗

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Mal's POV:
Al salir de la pista, nos dirigimos hacia nuestros amigos para despedirnos.

Logré notar que muchos de los chicos estaban ebrios o a punto de estarlo.

Sorpredentemente, Uma también lo estaba. Generalmente ella regaña a Harry por eso, pero creo que hoy será al revés.

Logramos alejarnos luego de oír sus comentarios sin sentido alguno.

Evie y Doug eran de los pocos lúcidos.

-Cualquier cosa avísennos o a los padres de Ben.

-Descuida, M. Estaremos bien.

-Gracias por dejar que nos quedáramos-nos dijo Doug.

-Es bastante tarde, así que era lo mejor. Sobre todo viendo el estado en el que están los demás.

Todos miramos en dirección a la pista, donde Jay y Carlos bailaban. Haciendo pasos bastantes extraños.

Los cuatro nos reímos.

-No olviden que mi tercer sobrino o sobrina puede esperar un poco más-me susurró Evie cuando nos abrazamos para despedirnos.

-¡Evie!

Ella se rió.

De camino a ver a los niños, nos encontramos con mis suegros.

-Gracias por cuidarlos mientras que no estamos-les dije.

-No es nada, querida-me dijo Bella.

-Volveremos antes del almuerzo.

-Está bien, hijo. Vayan con cuidado-dijo Adam.

Nos despedimos y seguimos hasta la puerta del cuarto de los mellizos.

Abrí la puerta y nos acercamos a la cuna.

-Los veremos mañana, mis amores-les dije.

Besamos sus frentes y los cubrimos bien con sus mantas.

Ava empezó a hacer pucheros. Ben se dio cuenta de que su peluche había quedado del otro lado de la cuna, así que se lo dio.

Ella sonrió y se tranquilizó al tenerlo en sus brazos.

Cerramos la puerta sin hacer ruido.

-Ya tengo un maletín listo en el auto, así que podemos irnos.

-Bueno, ¿entonces a qué estamos esperando?

Se rió y besó mi frente.

(...)

-Espero que esa hora de viaje haya valido la pena-le dije.

-Creeme, lo hará.

Oí que abría la puerta y me dejó en el suelo.

Me vendó los ojos pocos después de salir del castillo ya que decía que descubriría a donde iríamos si veía el camino.

Cuando salimos del auto se puso el bolso en el hombro y me cargó.