Todas las noches o casi todas me gustaba ir a una colina, la más alta de todas a ver la luna, ese día estaba completamente llena, hermosa y más brillante de lo normal.
Mientras yo admiraba su belleza sucedió algo interesante y mágico, la luna poco a poco empezó a acercarse haciéndose cada vez más bella, y se podía ver con claridad cada cráter dentro de esta.
Cuando apreciaba esa vista tan maravillosa, algo paso, que a día de hoy no puedo explicar y creo que nadie en el mundo podría hacerlo... fue el suceso más atroz que pude a ver visto en mi vida el cual es el causante de mi terror hacia la luna.
Después de un rato me di cuenta de que los cráteres de la luna empezaban a moverse como si tuvieran vida propia, enormes manchas moviéndose sobre un lienzo blanco, esto me había llenado de confusión y empecé a ver de forma más detallada la luna.
Se movían más rápido los cráteres a medida que pasaba el tiempo, de forma violenta y errática se empezaron a amontonar unos sobre otros dando una forma final que me erizo la piel cuando la vi.
Era un rostro... que no mostraba emoción alguna, con una mirada vacía como si viera hacia la nada y mientras mi confusión se incrementaba a medida que la veía una enorme nube de tormenta empezó a acercarse a la luna. Esa enorme cortina negra tapaba un horror que no comprendía.
Pasaron las horas y yo me quede inmóvil viendo fijamente el cielo, mientras las gotas de lluvia bañaban mi rostro y estruendosos truenos me hacían compañía, mientras esperaba impacientemente ver la "luna" si es que todavía la puedo llamar así.
Cuando la lluvia empezó a disiparse rayos de luz empezaron a salir por los huecos de la espesa nube, mientras más se deshacía la nube más rayos salían. El miedo me invadió, sentí un fuerte escalofrió y me arrodille mirando al piso.
Una voz gruesa y maquiavélica empezó a hablarme, en un idioma que no entendía ni quiero entender, parecía que su voz no viajara a mis oídos si no directamente a mi cerebro.
No pude soportarlo más y di un último vistazo al cielo, dándome un espectáculo completamente aberrante. La cara de la luna ya no era inexpresiva, ahora era deforme, una sonrisa gigantesca acompañada de unos ojos completamente negros que me miraban fijamente.
Estaba tan cerca que parecía que si extendía mis brazos podía tocarla, la voz me atormentaba hasta tal punto que me desmalle.
Cuando desperté ya casi amanecía y di un último vistazo hacia arriba, la luna se alejaba lentamente mientras otra nube de tormenta venia para taparla.
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cuentos variados de todo tipo
Randomterror, comedia, amor o cualquier otro género , estas son historias cortas que he recopilado con el paso del tiempo