-hola amor.
Saludó la japonesa entrando a aquella blanca habitación, hay estaba su querida esposa quien cargaba un niño en brazos.
-¡Mamá!
Gritaron las gemelas al ver a su madre británica acostada en la camilla, esta le regalo una sonrisa.
-¿por qué tardaron? Akko no me digas que le fuiste a comprar golosinas.
Cuestiono de manera seria a las presentes, nerviosas negaron aquella suposición.
-bueno, dejame ver a mi hijo cariño.
Hablo la japonesa acercandose al pequeño en brazos, este solo dormia con tranquilidad en los brazos de su progenitora.
-¡HA! ¡mi hijo es negro!
Alzo la voz la mayor alejandose dramáticamente de ellos.
-¿de qué hablas? Si es mas blanco que tú.....
Contesto de manera pausada a su esposa, sus hijas veian de manera graciosa a su madre.
-creo que ama akko no se salva de esta.
-mommy Diana no le dara galleta.-se burlo la pequeña castaña tomando una de las manos de su madre británica.
-¡me has traicionado! Y no puedes poner como excusa de que yo tomo café.- dramatizo una vez mas la japonesa aguantando reirse por la cara de confusión de la Cavendish.
- es todo hoy duermes en el patio.
